Elegir y abrir una botella es toda una experiencia, en el restaurante ese ritual va de la mano del sumiller y en casa del aficionado al vino. Y un detalle que aporta un extra al producto es su diseño, en este sentido la etiqueta dice mucho de un vino, comunica su contenido antes de consumirlo y puede ser toda una declaración de intenciones de lo que se encontrará en su interior.
El vino es… “El vino es una de las bebidas más nobles de la naturaleza”, describió J. Weslley. También nos resuenan las palabras de G. Portman cuando detalló que “El vino es un complejo total, equilibrado, vivo… De todo lo que el hombre consume, el vino es lo único que le llega directamente desde la tierra y vivo”. El vino sabe dejarnos huella.
La historia de la vitivinicultura ha hecho su camino dejando paso a la diversidad y a los matices y a su vez, ha abierto puertas a las necesidades de la industria, el comercio y el marketing. Desde el cuidado de la uva en el viñedo, la vendimia, su crianza… hasta que se obtiene ese vino que terminará vertido en una copa, que quizá, sea la del lector de este artículo. «Prepara las yemas de tus dedos, coge tu copa por el fuste y saborea» es la invitación que nos hacen desde Etygraf.
Este gesto, la experiencia de catar un vino, deja rastro y en Etygraf, compañía especializada en la impresión de etiquetas autoadhesivas en bobina emplazada en Sueca (Valencia), es muy consciente de que en el mundo hay muchas formas de dejar marca. ¿Qué mensaje puede transmitir la imagen que acompaña a un vino? El arte de comunicar, este es el poder que tiene una botella de vino y lo logra a través de su etiqueta, diseños que se mantienen y otros que se adaptan a las tendencias, a los cambios en los perfiles de los consumidores.
La actualidad se rige por nuevos abordajes a la hora de plantear diseños, materiales y técnicas a emplear en la elaboración de una etiqueta y como expone Etygraf, «tener muy presente la composición de una etiqueta nos dará mucha información sobre su grado de respeto con el medio ambiente». Sumando toda esta información, desde la empresa valenciana señalan las distintas opciones para lograr etiquetas consideradas “ecológicas”: etiquetas compostables (frontal y adhesivo, no hay disponibilidad de tintas compostables), etiquetas procedentes de materiales reciclados o de materiales de origen responsable y reducción de materiales y desperdicio.
¿Pero qué hay del proceso? Etygraf fue pionera en la instalación de la primera máquina con secado UV LED y banda estrecha de Europa, la BOBST FIRENZE M4. Con esta implantación, la empresa lograba diferentes beneficios de impresión, como una mejora en el secado y, por tanto, anclaje de las tintas al soporte, un descenso del consumo energético, lo que se traduce en la reducción de la “huella de carbono” del producto”. Un gran paso para la compañía que ha conseguido posicionar sus etiquetas entre las más “ecológicas” del sector. Asimismo, el 100% de las tintas y barnices que utiliza son de baja migración.
Llegados hasta aquí, cuando se presente la ocasión, conviene deleitarse ante ese escaparate de botellas de vino o con la etiqueta que nuestros dedos hayan decidido tocar, porque ha conseguido llamar nuestra atención. Este 2022, Etygraf ha impulsado la campaña #marcandoestatierra y como ellos mismos saben, todo lo que rodea al vino está vivo y su conjunto deja huella.
Etygraf • https://etygraf.com/
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