Un estudio de Nielsen habla del buen momento de consumo en España tras analizar el año 2017. Las ventas de vino y cerveza han sido grandes dinamizadores en hostelería y han crecido mucho. Algunas claves sobre el consumo, la cesta de la compra y los motivos de que haya habido un incremento significativo, a continuación.
Más productos en la cesta de la compra y más caros. El mercado de gran consumo experimentó en 2017 una doble alegría que le hizo crecer un 3,7%, según el informe Nielsen 360. Y por supuesto entre los productos que han tenido auge están las ventas de vino, con un crecimiento significativo en hostelería. Entre las causas que motivan este aumento están el buen tiempo y el turismo.
La dos caras de la hostelería: buen crecimiento en el primer semestre y leve en el segundo
El análisis de Nielsen que recoge que el consumo en casa crece, pero también la hostelería cerró 2017 con un incremento del 5,7%, gracias a las buenas temperaturas, a la mayor confianza del consumidor y al empuje del turismo, con cifras récord. No obstante, el mayor consumo se produce en horas diurnas, y es que el consumo nocturno sigue de capa caída, de hecho en la última década el número de locales se redujo en un 30%.
También pudo ser mejor, y es que 2017 tuvo dos caras. El primer semestre registró un crecimiento del 5,3%, con meses espectaculares como abril y junio, con incrementos de entre el 7% y el 9%. Por el contrario, el segundo semestre fue más plano, con un aumento del consumo del 1,3%. En este periodo incluso hubo algún mes como septiembre en el que la variación fue negativa. La clave fue el buen tiempo y las altas temperaturas, en tanto los registros marcaron el devenir del consumo.
Por categorías, vinos y cervezas fueron los grandes dinamizadores, con crecimientos del 8,8% y 6,9%, respectivamente. Las bebidas no alcohólicas (aguas, refrescos, etc.) crecieron un 3,2%; mientras que los espirituosos tuvieron un año plano.
La cesta de la compra
En cuanto a las compras de los españoles para el hogar, el análisis de Nielsen habla de un crecimiento de 3,7% y lo valora como «situación saludable para el sector, ya que crecer en un entorno de inflación moderada les permite invertir e innovar. De hecho, la aportación del precio al crecimiento se triplicó, pasando del 0,7% en 2016 al 2,1% en 2017. Y además tuvo mérito crecer un 1,5% en volumen cuando la población no lo hace. Sin más estómagos que llenar, la innovación logró compensar».
Detallan que esta subida de precios quedó patente sobre todo en los productos frescos, que se encarecieron en conjunto un 2,8%. «A pesar de ello, los españoles siguieron siendo “frescos”, pues una tercera parte de la cesta es fruta, verdura, carne, pescado, pan o huevos», añaden. Sin embargo, pudo ser mejor: «precisamente, debido al encarecimiento del pescado, los españoles redujeron su compra un 5,4%».
Gustavo Núñez, director general de Nielsen Iberia: “La mejora de la economía y del empleo se traducen en más confianza para consumir y más alegría para hacer la compra”.
La inflación, además de fresca, también fue envasada, pero eso tampoco asustó al consumidor. Los precios crecieron el año pasado un 1,8% en la parte de envasados, sobre todo alimentación, productos refrigerados y bebidas. A pesar de ello, aumentaron un 1% las unidades vendidas, es decir, una cesta más llena.
Y pudo ser mejor, ya que la perfumería lleva una tendencia distinta a la del conjunto del mercado, con una intensa actividad promocional que hizo que sus precios bajaran el año pasado un 0,6%. Menos esfuerzo para el bolsillo se tradujo en un crecimiento en ventas del 2,3%, pero esto es la mitad de lo que crecen las bebidas o los refrigerados.
Por otra parte, la evolución de la marca del distribuidor se mantuvo de nuevo estable. Apenas un crecimiento de 0,2 décimas para una cuota del 39,2%. Y lo mismo sucede con las ventas en promoción, que representan dos de cada diez euros vendidos en el mercado de gran consumo y su peso sobre el conjunto de las ventas se mantiene sin cambios. Eso sí, son promociones más eficientes, ya que un 32% de ellas ganan dinero, frente al 30% del año pasado.
El aspecto «emocional» y los productos premium
Nielsen menciona salud, ahorro y comodidad como tendencias a las que el consumidor se ve abocado por su estilo de vida, pero añade que «lo emocional también “vende”».
Esas sensaciones alcanzan su cénit con la compra de productos premium, aquellos que destacan por sus ingredientes, sus beneficios o la experiencia que ofrecen. De hecho, un 57% de consumidores se muestra dispuesto a pagar más por ese plus de calidad. Esta tendencia se traduce en la cesta de la compra en la presencia de más productos como vinos con DO, cervezas especiales, ginebras y tónica premium, jamón curado, aceite de oliva premium o sushi y ahumados.
Por otra parte, esta cesta trending de la compra también es sensible a los factores externos, como el calor. Con veranos cada vez más largos y olas de calor más frecuentes, el consumo de productos para combatir sus rigores crece tanto como la temperatura: agua, cervezas o hielo son ejemplos de categorías dinámicas por estas razones climatológicas. Eso sin olvidar otros artículos tan o más necesarios como los repelentes y los insecticidas.
Más confianza y alegría para hacer la compra
Según el director general de Nielsen Iberia, Gustavo Núñez, “la mejora de la economía y del empleo se traducen en más confianza para consumir y más alegría para hacer la compra. Hemos interiorizado a raíz de la crisis el control del gasto con lista de la compra y estar ojo avizor a las subidas y bajadas de precio, pero luego en tienda tomamos muchas decisiones y metemos productos no previstos en la cesta. Cuatro de cada diez consumidores buscan la novedad en tienda y esa innovación ayuda a crecer en volumen en un momento en el que no tenemos la ayuda del aumento de la población”.