Distinto de cualquier bag in box de vino que hayamos visto antes, este diseño de Nutcreatives para el club de vinos Viajes de un Catador, potencia «el aspecto lúdico del vino», según sus creadores, también «la facilidad de transporte y la presentación, para llegar a un envase lo más funcional e innovador posible».
Viajes de un Catador es un club de vinos que «reúne vinos muy interesantes de toda España y cuenta con ocho variedades (Vino del Año, Vino Original, Blanco y Tinto Clásico, Blanco y Tinto Moderno, un espumoso y el bag in box)», afirman desde Nutcreatives. En el caso del bag in box «partíamos de un vino -en palabras de sus productores- sencillo y amable, rápido de beber, versátil, vivaz y con valores, ideal para tapeo o fiestas al aire libre, un tinto para jugar componiendo piezas, oler y beber». Esa es la raíz de su diseño que se basa en la unión de esta personalidad tan festiva «con el hecho de que su formato de venta en bag in box lo hacía aún más adecuado aún para este tipo de eventos informales».
Por este motivo decidieron «huir del típico bag in box cuadrado para buscar un producto con una imagen radicalmente diferente, que gracias a unos pliegues triangulares es capaz de adoptar formas muy cambiantes. El envase está rematado por un asa de manera que es fácil de sujetar, transportar, colgar, etc. eliminando además la necesidad de una bolsa adicional para llevárnoslo de un sitio a otro».
«Potenciando la imagen del bag in box buscamos además eliminar prejuicios respecto a este tipo de envases, con el objetivo de eliminar la sospecha de que un bag in box no puede contener un vino de calidad«, añaden. Nutcreatives planteó además que existiese la posibilidad de un segundo uso, incluyendo instrucciones en el envase para que la bolsa de cartón se utilice como un juego de construcción con piezas hexagonales.
Así lo que han buscado es que el diseño del envase sea completo desde un punto de vista de diferenciación, sin dejar de lado los aspectos más funcionales y tampoco los ambientales, ya que evita el uso de bolsas y alarga la vida útil de la caja de cartón al máximo posible.
La apuesta por este vino supone además un apoyo a una bodega que trabaja con discapacitados psíquicos, y que cuenta con la ayuda de estos profesionales en el manipulado y envíos de su almacén. Por ello Nutcreatives añade que «se trata de un producto destacable desde un punto de vista social«.
Por su parte el club de vinos Viajes de un Catador tiene claro que siempre que pueda apoyará este tipo de trabajadores y otros proyectos de exclusión social o que recuperen viñedos, personas, enólogos y proyectos de esfuerzo en zonas complejas.
En cuanto al diseño de las etiquetas es obra de la ilustradora y diseñadora Marta Botas y está inspirado en los hallazgos. Las etiquetas muestran a través de ilustraciones lo que Maite Corsín, una de las creadoras de este club de vinos y conocida experta en el mundo vinícola (especializada en periodismo y marketing), se ha ido cruzando en las zonas donde se elaboran estos vinos, siempre intentando mostrar lo humano, animal y vegetal. Desde Nutcreatives rematan diciendo: «A todos nos gusta contar y saber de dónde vienen los productos y nada habla más de la tierra que lo que la rodea o allí hay».
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Sencillamente hermoso y ecológico sistema de packaging. Muy lindo y cómodo con la asa de mano y atractivo diseño.