Cloe Rose completa la gama Cloe de Bodegas Doña Felisa, este rosado muy fresco en boca y con poca graduación alcohólica busca conquistar el sector premium. Con una producción muy limitada se puede encontrar ya en establecimientos seleccionados de Levante y costa andaluza. Por otro lado, la bodega ha adquirido 22 nuevas hectáreas de cultivo con diferentes variedades de uva con las que pretende duplicar su producción.
Bodegas Doña Felisa, también conocida como Chinchilla, ha presentado su última incorporación: Cloe Rose, un rosado que viene a completar la gama Cloe en la que ya elaboraban un blanco 100% Chardonnay. El nuevo rosado premium es un monovarietal de garnacha del que se han elaborado tan solo 7.000 botellas que ya se están distribuyendo a nivel nacional en el canal HORECA, especialmente en establecimientos seleccionados del área de Levante y costa andaluza.
Cloe Rose es un rosado muy fresco en boca, con poca graduación alcohólica, elaborado en la línea de los rosados provenzales que tan bien están funcionando en el mercado y con el que la bodega busca conquistar al sector premium, siguiendo la estela de Cloe blanco, que se comercializa únicamente por cupo.
La presentación del nuevo vino se llevó a cabo en el marco del Salón Gourmets y según explicaba el director comercial de Bodegas Doña Felisa, Alberto Hernando de Luís, la acogida del rosado por parte del sector profesional no puede haber sido más positiva, «hicimos la presentación a la Sociedad Gastronómica de Madrid y a un gran número de periodistas y profesionales, todos ellos han coincidido en destacar su gran frescura en boca y sus matices de pétalo de rosa y grosella», características que, junto con su baja graduación alcohólica, le auguran grandes resultados a este rosado de piel de cebolla que viene a completar el portfolio de vinos blancos, tintos, rosados y dulces de calidad que viene elaborando esta bodega.
Nueva etapa de expansión
Esta bodega familiar, situada en plena serranía de Ronda, en un territorio vinculado al cultivo de la vid desde época romana, venía comercializando hasta ahora unas 200 mil botellas al año. Inmersa en un proceso de expansión, sus responsables trabajan ya en alcanzar una producción cercana al medio millón en un plazo de cinco años vista, gracias a la puesta en marcha de 22 nuevas hectáreas de cultivo con diferentes variedades de uva que vendrán a sumarse a las 40 que actualmente tienen en explotación.
Este incremento de superficie cultivada en propiedad les permitirá prácticamente duplicar su producción total. Un incremento que quieren que sea progresivo, siguiendo los parámetros actuales de cultivo y elaboración que tan buenos resultados le han dado hasta la fecha y en los que el cuidado de la uva en el campo y en el proceso de recogida y elaboración del vino son fundamentales.
Mientras estas nuevas vides alcanzan su momento óptimo de producción los Chinchilla Wines, nombre bajo el que son también conocidas las elaboraciones de esta bodega fundada en 1999 por situarse en el territorio del mismo nombre, continúan elaborando vinos que son la expresión de un territorio marcado por el terroir en el que se encuentran.
Tanto sus fundadores, José María Losantos y su mujer, Gema Alonso, como la segunda generación de la familia que ahora van tomando las riendas, han apostado por una viticultura de alta calidad y de limitadísima producción, de apenas kilo a kilo y medio de uvas por cada cepa, buscando la máxima concentración de las características de cada variedad. «Son vinos muy cuidados, que elaboramos mediante un proceso controlado, que comienza en el cuidado del viñedo, recogida manual y selección de la uva, aportando una gran carga conceptual y un diseño exclusivo». El objetivo no es otro que ofrecer a los amantes del buen vino un producto de máxima calidad amparado en una emergente D.O. Sierras de Málaga y D.O Málaga en el caso de los vinos dulces.