La bodega más antigua de Canarias celebra su 250 aniversario. Ubicada en el singular paisaje volcánico de La Geria, El Grifo ha sabido preservar la tradición vitivinícola de la isla adaptándose a los cambios. Sus vinos, nacidos de viñas centenarias y elaborados con métodos sostenibles, reflejan la esencia de la bodega. Además, con la mirada puesta en el futuro, la bodega continúa innovando y ampliando su oferta enoturística de manera respetuosa.
En 2025, El Grifo celebra el 250º aniversario de la construcción del lagar cubierto e inicio de la actividad como bodega. Ubicada en La Geria, en un paisaje declarado Reserva de la Biosfera desde hace más de 30 años, protegido por la UNESCO, con sus vientos alisios, la escasez de lluvia y la imposibilidad de mecanización, El Grifo, generación tras generación, elabora vinos minerales determinados por las cenizas de un volcán.
Vinos heroicos
Los vinos de la bodega han conquistado al público local y han dado el salto a la Península y a otros mercados internacionales como Alemania, Reino Unido, Francia, Suiza e Italia. Se trata de vinos nacidos de un paisaje devastado, de plantas centenarias que, desde hace al menos dos siglos, sobreviven en la aridez. La filoxera no tocó esta tierra de fuego, como lo demuestran las viñas sin injertar. Y con ellos, y la certeza de que sin el respeto por la tradición y un espíritu innovador, nada sería posible, continúan su labor.
Juan José Otamendi, propietario de El Grifo junto a su hermano, Fermín, declara que “celebrar 250 años de existencia supone sentirse orgulloso del recorrido, iniciado antes por nuestra abuela, continuado por nuestra madre y que tiene relevo en la quinta generación, pero sobre todo, significa el compromiso por una viticultura respetuosa con el medio, acorde con la indiosincrasia de Lanzarote y poniendo a las personas, entre ellos, los viticultores, en el centro”.
Vinos complejos y compromiso con el medio ambiente
Los excepcionales vinos que elabora El Grifo, siempre complejos y que expresan el carácter de la isla, cuyo equipo de enólogos lidera en la actualidad Elisa Ludeña, y supervisa Xabi Kamio, no es el único logro digno de celebración para la firma vitivinícola. Anticipándose al futuro, se suceden las vendimias de invierno, un hito en el hemisferio que surgió como una posibilidad y que se ha convertido en una lección magistral sobre la incertidumbre climática y como una alternativa real y esperanzadora. Además, ha transformado en ecológico su viñedo, apostando por la viticultura regenerativa y apoyando a los más de 150 viticultores con los que colaboran.
Enoturismo sostenible y de calidad
El Grifo también pone el foco en la nueva filosofía en torno al enoturismo. En línea con un modelo sostenible, al margen de masificaciones, ofrece experiencias cualitativas enfocadas a un perfil de usuario interesado en conocer el ADN de la bodega, que se pueden vivir de lunes a viernes, siendo una de las directrices de la bodega la conciliación de las personas que integran el equipo.
En línea con ese enoturismo sostenible, de calidad y su compromiso con la isla y su conservación, en octubre, firmaron la adquisición del Caserío de Mozaga. Esta propiedad familiar está situada a tan solo unos kilómetros de distancia de la bodega, en San Bartolomé, fue construida a finales del siglo XVIII y está catalogada como Patrimonio Histórico de Lanzarote. Permaneció habitada de forma ininterrumpida hasta 1998, cuando inicia la actividad como hotel.
De esta forma, El Grifo asegura la continuidad de esta histórica propiedad dentro de la familia, a la vez que refuerza su plan estratégico para diversificar y fortalecer su oferta enoturística.
Una bodega con gran pasado y presente, que sigue mirando al futuro, mientras en 2025 llega a su año de celebración por todo lo que han logrado.