Con una edición limitada de solo 450 botellas en formato de tres litros y que ya está adjudicada a coleccionistas, amantes del vino y del diseño. Así es como celebra Aalto Bodegas y Viñedos sus 20 años. Elegante y contundente, como si de una obra de arte se tratara, así es esta edición limitada por dentro y por fuera. Para su diseño de las etiquetas y la caja conmemorativa ha contado con la colaboración de la reconocida Aalto University de Finlandia.
Con motivo de la conmemoración de su XX aniversario, Aalto Bodegas y Viñedos ha lanzado una edición especial de 450 botellas únicas. Se trata de una edición en formato de tres litros que proviene de seis barricas seleccionadas de 225 litros de diferentes añadas (2016, 2017 y 2018), y que refleja la filosofía de Aalto en su máxima expresión: contundencia y elegancia.
“Hemos cumplido ya 20 años desde la fundación de Aalto y no veíamos otra manera mejor de celebrarlo que creando un vino irrepetible”, explica Eduardo Ferrín, director General de la bodega.
Esta edición especial ha sido adjudicada ya prácticamente a los clientes privados del mercado nacional e internacional, la gran mayoría coleccionistas, amantes del vino y del arte.
Para recrear esta efeméride, la bodega ha contado con la colaboración de la destacada Aalto University (Helsinki, Finlandia), que a través de su escuela de arte y diseño ha dado forma al embalaje conmemorativo.
Esta creación representa el terruño y las raíces de los viñedos viejos, la verdadera alma de Aalto desde su fundación hace ahora veinte años. Para ello se ha creado también una etiqueta especial bañada en oro, que rompe con el diseño habitual en blanco, negro y plateado de los vinos de la bodega.
La colaboración con la universidad finlandesa, considerada entre las 10 mejores del mundo en arte y diseño, nació a raíz de la visita en 2018 de su vicepresidente Hannu Seristö a las instalaciones de la bodega en el municipio vallisoletano de Quintanilla de Arriba. “Mientras catábamos los vinos surgió la idea de colaborar para crear algo muy especial que simbolizara nuestra pasión por la tierra, pero sin renunciar a la modernidad y diseño que caracterizan tanto a la universidad como a nuestra bodega”, explica Ferrín.
Por su parte, Seristö se muestra muy satisfecho con la colaboración. “Agradecemos la confianza que Bodegas Aalto ha depositado en nosotros dando la oportunidad a nuestros estudiantes de diseñar el embalaje de su botella XX aniversario, que ha supuesto un verdadero estímulo para los futuros profesionales. Este acuerdo responde al espíritu de la universidad que se basa en establecer vínculos de colaboración entre estudiantes y empresas de reconocido prestigio mundial”, señala.
Durante casi dos años, la bodega y la universidad han estado trabajando para dar forma y crear este vino único y su packaging que plasma la esencia de Aalto Bodegas y Viñedos.
Fidelidad a los principios de Aalto
Desde sus inicios hace ahora 20 años en una pequeña instalación situada en Roa de Duero, Burgos, Aalto se ha mantenido fiel a sus principios creando vinos modernos, que entusiasmen, con una complejidad derivada de sus más de 200 parcelas de tempranillo y su viñedo viejo.
En esta ocasión, el vino especial del XX aniversario conserva esa esencia dando un paso adicional. “Para crear las 450 botellas de este vino único hemos seleccionado algunas barricas de fincas y añadas diferentes, que consideramos especiales y con una mayor capacidad de guarda”, indica Mariano García, Director Técnico y Enólogo.
Las seis barricas seleccionadas para este icónico vino han permanecido guardadas y cuidadas en bodega durante estos últimos años, ensamblándolas en octubre de 2020 siguiendo las directrices de Mariano García.
El vino ha estado, según la añada, desde 20 a 40 meses en barrica. Las añadas de 2016, 2017 y 2018 fueron calificadas de “muy buenas” por la Denominación de Origen Ribera del Duero, con muchas diferencias entre sí que, sin embargo, nos dieron grandes vinos.
El intenso calor de 2016, atípico en el clima continental de la Ribera del Duero, aporto a los vinos Aalto una complejidad magnífica. En 2017, por su parte, la sequía y las heladas redujeron drásticamente la producción en toda la Ribera que no impidió, sin embargo, que con el trabajo de campo saliese adelante una gran añada y un vino frutal y expresivo. Las óptimas condiciones climatológicas del 2018, prácticamente “de libro”, permitieron una excelente maduración de la uva.