Bodegas Abadal, de la DO Pla de Bages, ha mostrado a un grupo de sommeliers y profesionales de la gastronomía el proceso de recuperación de la viña y la tina de Mas Arboset, donde la bodega ha vuelto a hacer vino de tina como en el siglo pasado. De esta forma reafirma su compromiso con el territorio recuperando este ancestral método de elaboración de vino en unas construcciones de piedra seca únicas en Europa.
De la mano de Miquel Palau, enólogo de la bodega, y de Valentín Roqueta, propietario de Abadal, los asistentes han conocido con un recorrido en 4×4 la historia de las tinas del Valle del Flaquer, un patrimonio de piedra seca único en Europa. Después han visitado la tina de Mas Arboset, una pequeña joya de la arquitectura del siglo XIX y la única tina existente en la actualidad rodeada de viña. A pie de ésta, los asistentes han podido asistir al descube del vino realizado por Miquel Palau y se ha embotellado simbólicamente la primera botella que han podido degustar los asistentes.
En esta finca se ha impulsado la recuperación de una antigua viña de más de 70 años y los trabajos de investigación y el cultivo de más de diez variedades autóctonas, entre las que destacan sumoll, punxó fuerte, garnatxot, cola de carnero, malvasía de Manresa, mandó, pansera, picapoll y 2 variedades «desconocidas». Durante el año 2014 ya se han plantado 900 cepas de las diferentes variedades que se encontraron e injertaron de esta finca.
El propietario de Abadal, Valentí Roqueta llama «locura compartida» a todo el esfuerzo y pasión que ha promovido con este proyecto de recuperación, «un proyecto forzosamente romántico y que nos obliga a tener los pies en el suelo». Se ha realizado la cata en primicia del vino que está fermentando actualmente en la tina y se ha comparado con la botella del vino de Tina Mas Arboset 2013, resultado de la primera vinificación que se llevó a cabo el año pasado, primer año del «vino de tina«.
La cata del vino de tina
Miquel Palau, enólogo de Abadal, ha dirigido la cata explicando que apuestan por recuperar la historia y la tradición destacando que «con esfuerzo y conocimiento se pueden recuperar unas experiencias magníficas». «Nos debemos a nuestro territorio, y además, sentimos que tenemos compromiso». Y así se puede comprobar con la cata de estos vinos de tina que sirven «para explicar la historia y tradición que tenemos detrás»
Se comenzó probando el vino del segundo descube, «un vino con una estructura más presente y un tanino más marcado. Más ligero en color, en nariz destaca por la fruta más madura y por la sensación balsámica de hojarasca». Se siguió con el del primer descube, donde «hay mayor sensación de fruta licorosa (cereza y frambuesa) y con una elevada sensación balsámica destacando el romero, el tomillo y el hinojo».
Con el Vino de Tina Mas Arboset 2013, Miquel Palau ha destacado que «muestra una evolución favorable y positiva. Se mantiene muy vivo, nítido y muy sincero, ya que todavía transmite las sensaciones del entorno que le rodea». Según él «es un vino que lleva el paisaje en la copa«.
Seguidamente, los invitados han disfrutado de un desayuno típico de viña en la era de Mas Arboset y han brindado con ABADAL PICAPOLL y ABADAL 3.9; el vino de finca de la Bodega. Y lo han cerrado con Alma de Picapoll, un destilado elaborado a partir de la variedad Picapoll.
Abadal se vuelca en las tinas y en el compromiso con el territorio
Abadal está inmerso en la recuperación de las tinas, para revitalizar este patrimonio espectacular: mezcla de civilización, paisaje y cultura. Este es un experimento único en estos momentos en Cataluña porque este tipo de construcción de tinas a pie de viñedos sólo se hizo en la comarca de el Bages, hace más de 100 años, para poder explotar con viñas unas zonas que quedaban muy alejadas de la casa de campo. Son estas tinas externas, hechas de piedras secas y aisladas interiormente con cerámica vitrificada. Son únicos los más de 100 conjuntos de tinas que se han recuperado hasta ahora y la cuarentena más que están pendientes de rehabilitación, pero también es único el proceso de hacer el vino.
Mas Arboset es la culminación de este proceso y un ejemplo del esfuerzo de la Bodega Abadal para mantener su compromiso con su territorio y afianzar su filosofía de expresar con sus vinos la singularidad de una tierra. Fue fundada por Valentí Roqueta en Santa Maria de Horta d’Avinyó (comarca del Bages) en 1983, en los terrenos próximos a la casa de la familia, con más de 8 siglos de historia y con una larga tradición en el cultivo de la vid.
Claves del proyecto Mas Arboset
Abadal explica las acciones de tipo vitícola que se han realizado :
- Recuperación y conservación de todo el patrimonio varietal existente a la parcela. Abadal dice que estas variedades «son patrimonio y riqueza de nuestra agricultura y en cierta medida, son un poco de todos. No podemos permitir su desaparición». Durante el año 2014 se han plantado 900 cepas de las diferentes variedades que existen en Mas Arboset. El invierno 2013 se tomó madera de las diferentes variedades presentes en la finca y se injertaron en vivero para poder plantar durante el Abril de este año. Entre estas variedades están: Sumoll, Punxó fort, garnatxot, cua de moltó, malvasía de Manresa, mandó, Pansera, Picapoll y 2 variedades «desconocidas» de las que no se conoce el nombre.
Asimismo, se han limpiado dos bancales que nos han permitido recuperar una barraca de viña situada en un margen y un lavadero de recogida de aguas pluviales que antiguamente se utilizaba para acumular el agua necesaria para hacer tratamientos en los viñedos. - Recuperación de los antiguos marcos de plantación. Plantaciones densas para favorecer la competencia entre cepas y aumentar así el estrés entre las plantas. El resultado, una uva concentrada. Antiguamente, la finalidad era diferente: los marcos de plantación tenían sentido para sacar el máximo rendimiento del terreno, por lo que no se dejaba ni un rincón ni un solo margen sin plantar. A mayor plantación, mejor rendimiento.
- Tratamiento de la cepa de forma individual. «Antiguamente nuestros abuelos llegaban a la viña cuando salía el sol y no se iban hasta que oscurecía. Largas estancias a pie de viña que hacían que conocieran las cepas una a una y que cubrieran sus necesidades de forma individual (calzarla con una piedra, reinjertarlo cuando se moría…)».
En cuanto a las enológicas son las siguientes:
- Recuperación de la vinificación en tinas de piedra seca. Las tinas tienen en su interior baldosas de cerámica cocida que entraban en contacto directo con la uva al fermentar. Recuperamos estas vinificaciones para experimentar qué sensaciones aportaban estos vinos en un material menos «inerte» que lo que estamos habituados a emplear hoy en la bodega.
- Recuperación del «coupage en la viña»: Vinificación multi-varietal teniendo en cuenta la diversidad de variedades existentes en la viña. Coupage mayoritario de uvas tintas con un porcentaje de blanca (pansera). Surgían dudas: ¿qué papel jugará este % de blanca con la tinta? Técnicamente existen teorías enológicas sobre el papel de la uva blanca en la vinificación de tintos pero en Mas Arboset, «haremos un trabajo de campo experimentando cómo lo vivían nuestros abuelos», dicen desde Abadal.
- Encubado mixto de la uva: El encubado de la uva se ha hecho de manera mixta entre la manera tradicional (aplastando la uva sobre las tablas (“brescat”) con los pies y dejando caer mosto, pieles y rapa en la tina) y el encubado actual (despalillando las uvas para separar la totalidad de la rapa para eliminar un 70% de la rapa). Esta reducción de rapa nos asegura una menor astringencia y dureza al vino final. Es bien conocido que la presencia de la rapa en las vinificaciones no juega un papel favorable porque aporta verdores y tanicidades. No obstante, un % residual ayuda a estructurar y dar cuerpo al vino resultante.
La fermentación se ha iniciado sin ningún tipo de aditivo, siendo las levaduras propias de la uva las responsables de la misma. De esta manera, reforzamos el carácter autóctono e identitario del vino final. - Control de la fermentación / maceración: La fermentación se ha llevado a cabo sin control de temperatura. La temperatura de la uva a la entrada no superó los 16 º C y la fermentación no sobrepasó los 25 º C. Se ha hecho un control diario de densidades, temperatura y cata para valorar su evolución.
Los trabajos de maceración se han realizado mediante pigeage manual. - Descubado: El descubado de la brisa se ha realizado en diferentes momentos con el fin de «experimentar» con diferentes tipologías de vinos. Antiguamente se encubaba la uva y se pasaba a descubar y prensar cuando el tiempo lo permitía (en muchos casos una vez terminada la fermentación, se tapaban las tinas con yeso para evitar que el vino se estropeara a la espera de poder ser prensado).
Las tinas de piedra seca
Una tina es donde fermenta el mosto fruto de pisar la uva. Son construcciones forradas con baldosas barnizadas. Las tinas de viña de la comarca del Bages (Barcelona) aparecieron a finales del siglo XVI, se consolidaron durante el siglo XVII y se extendieron ampliamente con el crecimiento de la viña de los siglos XVIII y XIX. Sólo en los términos municipales de Mura, Talamanca y Rocafort se conservan más de un centenar de tinas de viña que son testimonio vivo de la época de esplendor de la vid y el vino en el Bages, especialmente entre los años 1860 y 1890. Casi la mitad de estas tinas se concentran en el valle del Flequer y la zona de Mura, y la mayoría forman conjuntos de tinas y barracas de piedra seca de gran valor histórico, arquitectónico y cultural, que constituye una de las joyas del patrimonio etnológico de Cataluña y España.
La construcción de estos singulares depósitos de piedra respondió a la necesidad de rebajar los costes y el tiempo del transporte de la uva desde los campos de cultivo hasta las cubas situadas junto a las casas, en un momento de una gran demanda de vino debido a la crisis de la filoxera en Europa. La construcción de tinas y la producción de vino al pie de las viñas no se da en ningún otro lugar de España.
El funcionamiento de la tina de vino
La estructura de las cubas a pie de viña suele ser de forma cilíndrica, hecha con piedra y mortero de cal y revestida por dentro con baldosas o azulejos de cerámica barnizadas de color rojo de 40 x 40 centímetros. La capacidad de las cubas oscila entre los 5.000 y los 31.000 litros. La capacidad media suele ser de unas 87 cargas de vino (unos 10.500 litros).
La uva, una vez se había cosechado, se transportaba a las tinas donde se aplastaba sobre las tablas (“brescat”). Una o más personas aplastaban la uva cogidos de una cuerda que colgaba del techo de la tina.
El mosto se colaba a través de los tablones y cuando se consideraba suficiente aplastado, lo que quedaba del grano de uva, la brisa, se podía depositar dentro de la tina moviendo alguna de las tablas. Y así, poco a poco, se iba llenando- cuanto la tina comienza a llenarse, el mosto ya se ponía a hacer la fermentación alcohólica (convirtiendo los azúcares del mosto en alcohol). El mosto podía fermentar también sin la brisa. De una forma y de otra, daban vinos diferentes (tintos, rosados o blancos).
Al terminar la fermentación, que duraba unas tres semanas, ya se tenía el vino y había una prensa para aplastar la brisa que quedaba dentro de la tina. Se sacaba por arriba y se prensaba para aprovechar el vino que quedaba en la brisa, el grano de uva mal aplastado y la rapa.
Una vez el mosto se había transformado en vino, el mismo grado de alcohol ya lo protegía de estropearse. Y entonces, ya se podía sacar de la tina. Las tinas se vaciaban a través de un agujero de salida (“boixa”). Muchas veces se ponía una baldosa o plato de cerámica en el interior de las tinas para garantizar que quedara bien tapada y para asegurar que nadie se llevara el vino. Además, para evitar que la brisa atascara la salida al vaciar el la tina, se ponían unas zarzas o sarmientos en la tina frente al agujero.
Datos a tener en cuenta:
1 portadora: 80-90 kg
1 carga de uva: 160-180 kg
1 carga de vino: 121 l
Año de llegada de la filoxera: Francia, 1868; Cataluña (Girona), 1878; Bages, 1892-95
Sobre el autor: Bodegas Abadal
Abadal ha destacado siempre por su vinculación al territorio y por el compromiso de expresar con sus vinos la singularidad de una tierra . Fue fundada en 1983 por la familia Roqueta en Santa María de Horta de Avinyó (comarca del Bages, Barcelona), en los terrenos próximos a la casa de la familia, con más de ocho siglos de historia y con una larga tradición en el cultivo de la vid.
La bodega es la apuesta por un territorio, como camino de diferenciación e identidad, y se debe a su paisaje y a su entorno. Viñedos rodeados de bosque dónde se encuentran las tinas, un valioso patrimonio social e histórico único en Europa.
Desde hace tiempo Abadal está inmersa en la recuperación de las tinas para revitalizar este patrimonio espectacular, mezcla de civilización, paisaje y cultura, y el proyecto de Mas Arboset es la culminación de este proceso.
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