Un vino expresivo, persistente y muy equilibrado, un tinto soberbio para los amantes de la syrah. Así se presenta la nueva añada Pago Garduña 2016 de Abadía Retuerta. Un gran vino que mejora en esta añada particularmente «sabrosa y de gran finura», según comenta su enólogo Ángel Anocíbar. Este vino porcedente de su exclusivo terroir de tan sólo 2 hectáreas, se ha lanzado al mercado con una producción de 4.500 botellas.
Abadía Retuerta, la bodega vallisoletana afincada en el municipio de Sardón del Duero y en plena ‘Milla de Oro’ del Valle del Duero, inicia su andadura a la conquista de la temporada estival con la nueva añada de su Pago Garduña 2016.
Pago Garduña 2016 llega al mercado para deleite de los amantes de la Syrah. Un gran vino que se cobra su expresividad y refinada madurez.
Esta nueva añada es particularmente “sabrosa y de gran finura” explica el enólogo de la prestigiosa bodega ribereña, Ángel Anocíbar. De la que se han elaborado “15 barricas, que se traducen en algo más de 4.500 botellas” añade Anocíbar.
Un vino elaborado únicamente con syrah, una variedad foránea que ha encontrado un hábitat especialmente apropiado en el pago donde se asientan sus vides, de suelo predominantemente calizo, blanco y luminoso, y situado en una vaguada rodeada de pinos que las protege de los vientos.
Se trata de un tinto opulento y sugerente que es muy atractivo en nariz, con aromas de fruta negra, ciruelas, zarzamoras de campo, con toques golosos de caramelos de violeta y un fondo de pan tostado, brioche, panettone… que le aportan complejidad tras haber estado 16 meses y medio de reposo en barrica nueva francesa.
En el paladar es fresco, intenso y elegante, con taninos suaves y envolventes, que denota su refinada madurez. Un vino expresivo, persistente y muy equilibrado.
La excelente madurez de la vendimia de 2016
En Abadía Retuerta se sigue muy de cerca la evolución de sus viñedos, siempre teniendo en cuenta las condiciones climáticas que caracterizan la añada, para determinar así el momento ideal de la recogida de la uva. Los controles previos de maduración y analíticas ayudan a determinar las fechas idóneas en las que vendimiar las distintas parcelas de la finca. Por ello, sus referencias llegan al mercado única y exclusivamente cuando los vinos de la añada cuentan con una calidad extraordinaria.
La de 2016 fue una añada que se caracterizó por una primavera fría y lluviosa para dar paso luego a un verano extremadamente caluroso que compensó el frío inicio. “Ya tenemos experiencia manejando añadas de este tipo en Pago Garduña, en el que debemos proteger la uva de una insolación excesiva para que mantenga su personal carácter y sus cualidades” destaca Anocíbar. Y así lo refleja a través de su intenso color, su intensidad aromática y por su refrescante y suave tacto al paso por boca.
La uva de Pago Garduña 2016, se ha vendimiado y seleccionado a mano, para ser elaborada con sumo cuidado por gravedad, para respetar al máximo la esencia que se extrae del terruño de Abadía Retuerta.
Esta añada ha obtenido 94 puntos en la revista americana Wine Spectator y 93 puntos en The Wine Advocate, la influyente publicación que fundó Robert Parker.
Así mismo Pago Garduña 2016 ha obtenido reconocimientos nacionales, en la Guía Gourmets ha sido merecedor de 96 puntos y de 94 puntos en la conocida Guía Peñín.
Tan sólo dos hectáreas conforman el Pago Garduña. Un terruño exclusivo donde cobra personalidad este opulento tinto que representa la excelencia de la variedad syrah. Un vino de colección para el deleite personal o disfrute compartido.
Los viñedos de Pago Garduña se sitúan a una altitud de hasta 850 metros sobre el nivel del mar en una ladera orientada al norte, pero con una ligera inclinación al este que protege a la uva del fuerte sol de poniente de los veranos castellanos. Su peculiar situación hace de este pago llegar a una inmejorable madurez a la variedad syrah con gran concentración de aromas y azúcares para dar lugar a un vino tinto soberbio.