La certificación ‘Agricultura Regenerativa’ presentada por AENOR y Epigen Healthy Bite marca un hito en la sostenibilidad agrícola, enfocándose en mejorar la fertilidad del suelo y promover prácticas respetuosas con el medio ambiente. Este avance, respaldado por destacados expertos, posiciona a la agricultura regenerativa como el camino hacia una producción de alimentos más saludable y competitiva en el campo español.
AENOR presenta una innovadora certificación denominada ‘Agricultura Regenerativa’ bajo el Modelo Epigen Healthy Bite, destacando la importancia del suelo como elemento central en la producción agrícola. Esta iniciativa se centra en la premisa de que un suelo saludable constituye la base esencial para obtener alimentos de máxima calidad. La agricultura regenerativa, en este contexto, se posiciona como un sistema de producción que busca la regeneración de los suelos, preservando y aumentando su fertilidad.
La certificación evalúa un conjunto de técnicas de cultivo orientadas a incrementar la fertilidad del suelo, promover el microbioma nativo (bacterias, hongos y otros microorganismos) y establecer un nuevo equilibrio en el ecosistema suelo-planta. Entre estas técnicas se encuentran el manejo de malas hierbas, la eficiencia en el uso del agua de riego, la planificación de siembras y cultivos, las rotaciones, el fomento de la biodiversidad en el entorno de producción, la gestión de la nutrición vegetal y el control de enfermedades y plagas.
Durante el proceso de certificación, los expertos de AENOR evalúan la mejora continua en los suelos, incluyendo la toma de muestras y la medición del carbono capturado en el suelo. El Modelo Epigen Healthy Bite de Agricultura Regenerativa, respaldado por la ciencia y la experiencia, ha sido probado con éxito en diversos cultivos como cerezas, uvas de mesa, melocotones, naranjas, fresas, arándanos, sandías, plátanos de Canarias, tomates, pimientos rojos, pepinos y lechugas, entre otros.
La presentación de esta certificación contó con la participación de destacados actores, como el embajador de Epigen José Álvarez, el chef con estrella Michelin y dos soles Repsol Michelín, Javier Mejía, director de Marketing Estratégico y Desarrollo de Negocio de AENOR, Juan José Moreno, mánager de Alimentación de AENOR, Ana Isabel Tristán, doctora en Química Avanzada de la Universidad de Almería, José Carlos Prados Salazar, catedrático del departamento de Anatomía y Embriología Humana de la Facultad de Medicina de la Universidad de Granada, y Carlos Meza Tapia, CEO de Terragénesis, especialista en microbioma y referente en producción orgánica, entre otros ponentes.
Durante la presentación de esta certificación, Rafael García Meiro, CEO de AENOR, ha declarado que AENOR, a través de las certificaciones, “apoya a empresas comprometidas con los valores que son importantes para la sociedad. En el caso de la Agricultura Regenerativa estamos abordando dos dimensiones muy relevantes para el bienestar de las personas: la ambiental y la social. En la primera, esta certificación extenderá buenas prácticas para conseguir una tierra más sana y fértil; y en la segunda, esta certificación se une a una línea de trabajo en la que hemos desarrollado otras soluciones y que se refiere a la alimentación de forma saludable. Tengo la confianza de que esta iniciativa alcanzará una masa crítica suficiente de tierras de cultivo que impulsen la competitividad del campo español, porque sostenibilidad implica competitividad”.
Por su parte, Francisco Javier del Águila, CEO Epigen Healthy Bite, ha subrayado “la importancia que ha tenido el proyecto de combinar la industria agroalimentaria con la ciencia para estandarizar un método de agricultura regenerativa, convirtiéndose en una agricultura que, al igual que un bosque, sirve de pulmón para el medio ambiente”.
La Agricultura Regenerativa no solo contribuye a mejorar la fertilidad del suelo, sino que también promueve la recuperación de la salud de los suelos, equilibra el microbioma, gestiona la humedad del campo, favorece el enraizamiento y aumenta la productividad. Asimismo, reduce la dependencia de insumos químicos como fertilizantes y fitosanitarios, y juega un papel clave en el incremento de la captura de carbono en el suelo.