Fernando Chivite, uno de los enólogos más respetados del panorama español, ha regresado al mundo del vino con Arbayún, su proyecto vitivinícola más íntimo y personal en Navarra. Un vino Chardonnay y otro Garnacha con su sello son fruto de esta nueva aventura. Ambos son ediciones limitadas ya que sólo se han producido 13.000 botellas de Arbayún Chardonnay y 26.000 de Arbayún Rosado Garnacha.
Fernando Chivite ha puesto en marcha Arbayún, su proyecto vitivinícola más personal, con el objetivo de hacer vinos únicos, de calidad y con su propio sello. Para ello, el enólogo de referencia en Navarra ha seleccionado sus viñas en un terreno que conoce muy bien: la zona de Baja Montaña, situada en Liédena y sus alrededores. Un enclave único, ligado a sus casi 40 años de carrera profesional y ubicado a los pies de los Pirineos, entre la Foz de Lumbier y la de Arbayún. Es, precisamente, de ésta última (la más extensa e impresionante de las gargantas navarras) de la que el proyecto recibe su nombre en un intento por parte de su autor de ligar los dos vinos que elabora, un monovarietal Chardonnay y otro de Garnacha, al terruño del que proceden.
Fernando Chivite: “Quería hacer vinos con carácter, en pequeñas producciones artesanas, buscando las viñas más nobles e intentando hacer las cosas muy despacio y bien”.
“Quería hacer vinos con carácter, en pequeñas producciones artesanas, buscando las viñas más nobles e intentando hacer las cosas muy despacio y bien”. Un propósito que llevó al enólogo navarro a esta comarca vitivinícola virgen, con vestigios de vides de más de 2000 años de antigüedad y donde siempre se ha practicado una viticultura tradicional, sostenible y respetuosa con el medio ambiente. “Es un lugar muy novedoso y con condiciones espectaculares para elaborar blancos y rosados”. Además, este terreno de gran riqueza natural y paisajística está declarado Reserva Natural para proteger a la mayor colonia de buitres leonados de Navarra, una referencia que también está reflejada en las etiquetas de los nuevos vinos de Fernando Chivite con una característica pluma de la gola de esta ave rapaz.
Un regreso a los orígenes
Fernando ha sido un enólogo clave en la expansión y el desarrollo de la viticultura y enología de Navarra, “la Baja Montaña es una zona muy interesante, tanto por las condiciones naturales de clima, como de suelo”. Situadas sobre suelos pobres, bien drenados, profundos y aptos para la viticultura tradicional que se practica en la zona, las viñas de las que proceden tanto el blanco como el rosado de Arbayún son de baja fertilidad y rendimiento. Características que, producen la calidad de unas uvas que son tratadas con mucho mimo y vendimiadas a mano.
Rodeados de laderas y ríos que descargan las nieves del Pirineo, los viñedos de Arbayún rebosan historia en cada vid. Las características climáticas del Alto Valle del Ebro -un clima fresco, clásico del prepirineo, con viento y altas precipitaciones bien repartidas durante el año (700 mm)- dotan a las viñas, que están situadas entre los 450 y 600 metros de altitud, de un periodo vegetativo muy largo con una maduración lenta, completa y sin sobresaltos que aportan de calidad tanto a la planta como a la uva.
Arbayún Chardonnay y Arbayún Rosado Garnacha, unos vinos de edición limitada
Con el objetivo de enamorar y sorprender al público con sus vinos de alta gama, fáciles de entender y elaborados basándose en una actualización de la viticultura tradicional, Fernando Chivite presenta las primeras añadas de Arbayún Chardonnay y Arbayún Rosado Garnacha. Su proyecto se llama Viñedos y Bodegas Baja Montaña y ha dado como fruto dos vinos jóvenes y frescos, sin artificios, criados sobre sus propias lías durante seis meses y de edición limitada a los que el enólogo aporta su “toque personal” y transmite su experiencia y saber hacer.
Elaborado con uvas asentadas en las mejores terrazas terciarias de la zona y vendimiadas durante la última semana de septiembre, Arbayún Chardonnay 2014 es un blanco brillante y franco que, gracias a su crianza sin madera y a su corta maceración en frío, tiene el cuerpo y el carácter que caracterizan los Chardonnay de las más nobles producciones. Se trata de un vino sin maquillaje, con cuerpo y largura, que enfatiza los perfiles más clásicos de la variedad y que envejece bien durante tres años en botella. Un blanco que en nariz presenta notas florales y a nuez fresca y que en boca es complejo y compacto, con un final largo y recuerdos a cítricos y minerales. En definitiva, desde Arbayún lo describen como un Chardonnay con genio, raza y a la vez cierta ampulosidad debido a su prolongada estancia sobre lías finas y del que sólo se producen 13.000 botellas.
Arbayún Rosado Garnacha 2014, del que sólo se producen 26.000 botellas, es la reinterpretación actualizada del rosado tradicional navarro de Garnacha. Elaborado con una breve maceración previa de los hollejos en frío para extraer sólo los aromas más delicados de la variedad, el rosado de Fernando Chivite tiene un tenue color rosa pálido, joven y sin evolución que demuestra ese trato exquisito que el enólogo le da a las uvas. En nariz se muestra delicado y presenta ligeras notas florales y a frutas silvestres. Su entrada y paso en boca cuenta con un buen volumen, matices frutales y alguna nota amarga agradable que acentúa su complejidad. Así, en palabras de la firma navarra «Arbayún Rosado Garnacha atesora una concentración y largura inusuales en su categoría».
Arbayún Chardonnay P.V.P.: 9 euros aprox.
Arbayún Rosado Garnacha P.V.P.: 9 euros aprox.