Arínzano Eternidad, el vino de la DOP Pago de Arínzano elaborado con el sistema de criaderas y soleras, con el que desde la bodega explican que «el tiempo se detiene». Este blanco lleva al límite la expresión de la variedad chardonnay con una gran madurez y complejidad.
Arínzano Eternidad es un vino que busca la máxima expresión de la variedad chardonnay a través de una prolongada crianza oxidativa y que demuestra su capacidad para elaborar vinos de larga guarda. Se ha apostado por una crianza dinámica en barricas de roble francés de 225 litros, que comienza con una solera de 2015.
Este blanco es de color dorado profundo, extremadamente expresivo. En nariz destacan notas de fruta escarchada, miel, tabacos, crema pastelera o balsámicos mentolados, una gran paleta aromática que se engrandece en la copa.
Para vestir la chardonnay más atemporal de Arínzano se ha contado con la colaboración de la arista Teresa J. Cuevas, una obra maestra de la artista que convierte a Arínzano Eternidad en un viaje sensorial envuelto en historia, magia y creación.
Chardonnay Lab
Desde Arínzano explican que creen y apuestan «por la calidad de los vinos de chardonnay en la finca, una variedad que se adapta perfectamente a su terroir». Por ello, hace unos meses presentaron Arínzano Pureza y Arínzano Armonía: dos vinos de edición limitada, resultado de un minucioso y ansiado proyecto.
En él, se ha buscado, única y exclusivamente, identificar aquellos elementos que revelan de la manera más pura la excelencia de este terruño milenario a través de la uva chardonnay procedente de la parcela Canteras, la más cualitativa de la propiedad.
El Chardonnay Lab se ha convertido en un auténtico espacio de reflexión en torno a esta variedad, donde el equipo enológico de Arínzano y la experiencia de especialistas del sector, externos a la bodega, han unido su maestría para analizar, debatir y catar cuál de los materiales son los más idóneos para reflejar la mejor cara de la chardonnay de la finca.
Arínzano Pureza
De entre los 36 elementos analizados, la chardonnay afinada durante un año en un depósito esférico de hormigón de 800 litros, sin ningún tipo de recubrimiento de resina, ha sido el que mejor ha expresado la singularidad de esta variedad en Arínzano.
Arínzano Pureza tiene un cuerpo, estructura, cremosidad y equilibrio que lo hacen único. Es un vino muy aromático y de complejidad que recuerda al olor a tierra mojada o a lluvia, con un frescor natural al que se unen aromas a tomillo y romero que transportan a un paseo por la finca en la que se ubica la bodega, atravesada por el río Ega.
Arínzano Armonía
Es la máxima representación del chardonnay más internacional, una variedad presente prácticamente todo el mundo y que, en España, concretamente en Navarra, también se manifiesta como una uva excepcional para elaborar blancos de guarda.
En Arínzano Armonía, tres tipos de crianza se han conjugado con un equilibrio asombroso, con el fin de conservar el origen de la uva, su frescura, y aportarle complejidad.
En este caso, su afinamiento se ha hecho en dos barricas de roble francés de primer y segundo uso y un ánfora. Un ‘bis a bis’ entre el enólogo de Arínzano, José Manuel Rodríguez, y el Master of Wine, Jon Pepper.
Una bodega y su Denominación de Origen Protegida «Pago de Arínzano»
Arínzano cuenta con la Denominación de Origen Protegida «Pago de Arínzano». Esta calsificación en España es para el vino que se elabora en una región muy específica, con características de suelo, clima y variedades particulares, lo que los hace únicos y distintivos. Por eso se les otorga la Denominación de Pago para proteger su nombre y métodos de elaboración y mantener y mejorar sus cualidades a lo largo del tiempo. En Arínzano descan que «la denominación de Vino de Pago es la máxima categoría que puede obtener un vino en España, superior a la Denominación de Origen Calificada. Tras años de exhaustiva demostración de las cualidades únicas de su clima, geología y viñedos, Arínzano es la primera propiedad del norte de España en haber recibido este reconocimiento».
Ubicada en un valle único, realzado por sus microclimas, la combinación de piedra, tierra y agua da lugar a un terruño excepcional que favorece la expresión única de tres variedades de vino de alta calidad.
A lo largo de su historia, la finca ha pertenecido a monjes, nobles y familias dedicadas al vino, manteniendo siempre una fuerte conexión con esta bebida. En la actualidad, en el corazón de este valle atravesado por el río Ega y el viento Cierzo, Arínzano ofrece vinos que reflejan la influencia del tiempo y la tierra.
PVP. Arínzano Eternidad: 200€. Disponible en la tienda online de la bodega.