Bodegas Emilio Moro ha decidido interponer una demanda por infracción marcaria a Carlos Moro y a sociedades del Grupo Matarromera, porque indican que «están haciendo uso de marcas que contienen el apellido ‘Moro’ para distinguir productos y servicios en el sector vinícola».
Bodegas Emilio Moro explica que pretende «proteger a los consumidores de la confusión que pueda causarles este hecho y salvaguardar el legado y la buena reputación de la marca Emilio Moro, construida a base del esfuerzo y el trabajo de tres generaciones de bodegueros comprometidos».
La demanda ha sido admitida a trámite y la bodega confía en que los tribunales entiendan el perjuicio que supone la coexistencia de estas marcas que, en opinión de la bodega, tratan de aprovecharse del legado y el prestigio de Emilio Moro.
Así en defensa de sus derechos y el de los consumidores, Bodegas Emilio Moro ha demandado a Carlos Moro y a sociedades del Grupo Matarromera, tales como Bodegas y Viñedos Carlos Moro y Bodega Matarromera, porque han venido utilizando marcas que contienen el apellido “Moro” para distinguir sus productos y servicios en el mercado.
La bodega considera que este hecho puede generar un riesgo de confusión en los consumidores ya que, en este sector, el apellido “Moro” se asocia indiscutiblemente con la tradición bodeguera y los vinos de Emilio Moro. Una marca nacida hace casi 120 años que, afirma: «a lo largo de tres generaciones, ha construido una imagen de calidad, solidez y de reconocido prestigio tanto dentro como fuera de nuestras fronteras donde actualmente tiene presencia en más de 50 países».
Por ello, en defensa de sus derechos y el de los consumidores, Bodegas Emilio Moro ha interpuesto una demanda contra aquellas sociedades que han venido utilizando marcas que contienen el apellido “Moro” para identificar sus productos y servicios en el mercado. A raíz del uso de este apellido como marca por dichas compañías, se han registrado algunos casos de error y confusión en el mercado, de forma que se ha visto necesario clarificar que no existe ninguna conexión entre Bodegas Emilio Moro y las sociedades del Grupo de Carlos Moro; son compañías completamente distintas e independientes que no guardan ningún vínculo entre las actividades que desarrollan ni entre los vinos que comercializan.
Las causas de la demanda
En el comunicado que remite Bodegas Emilio Moro señalan que los motivos de la demanda, que ya ha sido admitida a trámite, «son claros: La Ley de Marcas prohíbe registrar y utilizar el nombre o el apellido de una persona como marca si estos ya han sido registrados con anterioridad por un tercero, que, por ende, goza de un derecho prioritario, ya que ello puede inducir a error al consumidor. En este sentido, existe además numerosa jurisprudencia reciente que ha puesto de relieve que el mero hecho de obtener el registro de una marca no da derecho a su uso si puede colisionar con el derecho de otras marcas registradas anteriormente». Por todo ello, afirman que se sienten «en el derecho y en el deber de actuar en protección de los consumidores y rechaza rotundamente cualquier acto de un tercero que sea susceptible de aprovecharse del renombre y la reputación de las bodegas y/o de causar un menoscabo al carácter distintivo de sus marcas».
En este sentido la dirección de Bodegas Emilio Moro ve “la responsabilidad moral y el deber de actuar. Se lo debemos a nuestro legado familiar -heredado a lo largo de tres generaciones-, a las 94 personas que trabajan actualmente en la bodega, a nuestros consumidores y a todas aquellas personas que han querido acompañarnos durante todos estos años de historia. Por supuesto, respetamos el derecho de otros bodegueros a comercializar sus vinos y, en este caso especialmente, el de Carlos Moro como presidente de Grupo Matarromera. No obstante, rechazamos rotundamente cualquier acto que pueda confundir al consumidor y aprovecharse del renombre y reputación que las Bodegas Emilio Moro y sus marcas tienen en el mercado”. Una reputación que destacan “está avalada por numerosos premios y distinciones no solo a la calidad de sus vinos sino también a la labor de difusión de la cultura y el vino españoles que la Bodega viene desarrollando en los últimos años en países de todo el globo, especialmente de Europa, Estados Unidos y Asia”.
Así, Bodegas Emilio Moro confía en que los tribunales entiendan el perjuicio y el riesgo de confusión existente para los consumidores, provocado por la coexistencia de otras marcas que tratan de aprovecharse del legado y el prestigio de la marca Emilio Moro.
Unos vinos con más de 120 años de tradición familiar
Los vinos Emilio Moro son el resultado del esfuerzo y la pasión de tres generaciones de viticultores. El origen de la bodega se remonta a 1891, año de nacimiento de su fundador, Emilio Moro, en Pesquera de Duero (Valladolid), enclave privilegiado de la Ribera de Duero rodeado de viñedos. Emilio Moro, abuelo de los actuales propietarios, enseñó a su hijo el amor por el vino, y este a su vez lo transmitió a sus hijos. Hoy en día, José y Javier Moro, nietos, se hacen cargo de la bodega a la que ya se está empezando a incorporar la cuarta generación de la familia.
Explican que la tradición, el espíritu innovador, que se ha visto reflejado en numerosos proyectos de I+D+i con universidades y entidades de reconocido prestigio, y el compromiso social, de la mano de la Fundación Emilio Moro, «son las señas de identidad de una bodega con más de 120 años de historia que actualmente posee unas 200 hectáreas de viñedo propio plantadas e injertadas con un excelente clon de tempranillo recuperado de sus viñas más viejas y que comercializa seis vinos bajo la D.O. Ribera del Duero: Finca Resalso, Emilio Moro, Malleolus y los vinos de pago Malleolus de Valderramiro, Malleolus de Sanchomartín y Emilio Moro Clon de la Familia«.