Bajo el lema Vinos de hoy con Historia, la bodega Carlos Serres resume sus casi 125 años de pasión por el vino. Un recorrido histórico que condensa su gama Onomástica a la que se une ahora el rosado Onomástica Rosado Reserva 2016. Elaborado con un arriesgado coupage de la variedad minoritaria 60% mazuelo y 40% tempranillo, este vino cuenta con una producción limitada de tan solo 1.200 botellas.
Un vino especial no solo por su edición limitada (1.207 botellas), por su color (un perfecto equilibrio cromático entre la frescura del rosa y la longevidad que denota el amarillo y el naranja) y por la vivacidad en boca de un vino nacido para envejecer. Lo que convierte a Onomástica Rosado Reserva en uno de los elegidos para ser incluido dentro de la saga que la bodega Carlos Serres engloba dentro de sus Vinos de hoy con Historia, es su arriesgado coupage, gracias a la variedad minoritaria Mazuelo (60%) y la clásica Tempranillo (40%).
Bajo el lema Vinos de hoy con Historia, la bodega centenaria Carlos Serres resume la filosofía y leit motiv de sus más de 120 años de pasión por el vino, un recorrido histórico que condensa su gama Onomástica.
Se trataba de mirar al pasado y refundarlo desde la mirada de hoy. Así nació el Blanco Reserva, hace ya más de una década, cuando la categoría “blanco reserva” estaba casi desaparecida en Rioja. Poco después se recuperó la nomenclatura Segundo Año, que etiquetó a los crianzas de Rioja hace más de medio siglo y que, de nuevo, Carlos Serres trajo a la luz. Y hoy, el vino Onomástica Rosado Reserva que ahora ve la luz, ahonda en el legado histórico de Serres.
Equilibrar el pasado y el presente
A mediados de siglo los rosados criados ocupaban un espacio dentro de los vinos de la bodega Carlos Serres. Vinos míticos. Pero aquello, de alguna manera, desapareció. La puesta al día de aquel producto tenía que pasar por adaptarla a Onomástica y su concepto reserva. Por ello, el vino a mitad camino entre el blanco y el tinto debía ser único.
De hecho, el Onomástica Rosado Reserva es un rosado realmente particular, primero, en su coupage (Mazuelo 60% y Tempranillo 40%): una variedad minoritaria que busca su espacio dentro de Rioja, cuando siempre lo ha tenido, en armonía junto a la clásica Tempranillo de la tierra.
Para elaborar este rosado, la selección manual de uvas se ha llevado a cabo entre tres pequeñas parcelas de la Finca El Estanque: un viñedo de más de 60 hectáreas, con cepas que superan los 35 años, y cuyo suelo arcillosocalcáreo constituye una tierra de excepcional calidad para el cultivo de la vid. Allí las maduraciones son lentas y homogéneas, y las uvas culminan en un perfecto equilibrio entre la acidez, el contenido de azúcar y la madurez fenólica.
Elaborado por el método tradicional de sangrado, el mosto obtenido del estrujado de uvas tintas permanece en contacto con los hollejos entre 4 y 6 horas, a una temperatura de 8 ºC. Tras dicha maceración, se procede al sangrado a otro depósito, donde fermenta parcialmente a una temperatura controlada (14-16 ºC). La fermentación finaliza en barrica de roble francés y, tras 536 días, continúa su afinado en botella durante más de 500 días, lo que le confiere su característica complejidad.
Nota de cata
Su color delata el paso del tiempo: el rosa es invadido por ciertos toques anaranjados, algunos amarillos, lo que le otorga una gran personalidad. La nariz descubre un vino vivo, lleno de complejidad, con los cacaos que acompañan a una fruta madura, roja, aún silvestre.
En boca se rebela graso, potente, con una vivacidad y frescura intensa, que le mantendrán detenido en el tiempo. Un vino versátil, que se disfruta pleno en soledad y buena compañía, nacido para envejecer. Un total de 1.207 botellas para seguir escribiendo estos Vinos de hoy con Historia.