El futuro del viñedo sostenible pasa por el uso de técnicas que ayuden al aprovechamiento de recursos tan importantes como el agua; algo en lo que son expertos Finca Antigua. La bodega de Familia Martínez Bujanda, utiliza con éxito la nanotecnología en sus sistemas de riego y ahora reutiliza césped artificial para cubrir parte del suelo de su viñedo, evitando el laboreo y mejorando el nivel de humedad de la cepa.
Dentro de su trayectoria innovadora y vanguardista, Finca Antigua, la bodega castellano-manchega de Familia Martínez Bujanda apuesta por nuevas formas de viticultura en las que el aprovechamiento de recursos y la sostenibilidad juegan un papel protagonista.
Tras el éxito cosechado gracias al uso de la nanotecnología en sus sistemas de riego, con la que Familia Martínez Bujanda ganó el año pasado los premios del Agua de Castilla-La Mancha, en 2019 han apostado por darle una segunda vida al césped artificial de algunos campos de fútbol de Valencia.
Lauren Rosillo, director técnico de Familia Martínez Bujanda, explica “queríamos cubrir el suelo con un material reciclado que permaneciese estable durante todo el ciclo de la uva y evitase la evaporación del suelo, para reducir así el riego de agua”. De ahí que la familia de bodegas escogiese a la Comunidad Valenciana como fuente de recursos para esta iniciativa.
El sistema ocupa actualmente una hectárea del terreno del viñedo de Finca Antigua. Tras un año de funcionamiento, sus responsables aseguran que los resultados ya se están dejando notar. Y si el balance final resulta satisfactorio, no descartan usarlo en otras parcelas de la finca.
Lauren Rosillo: “El futuro sostenible de los viñedos pasa por recurrir a técnicas que ayuden al aprovechamiento del agua, en este caso de césped artificial, para aprovechar al máximo los recursos que puede ofrecernos en la viticultura”.
Marta Santander Martínez Bujanda, directora de Exportación y quinta generación de esta familia de bodegueros, apunta que “Finca Antigua es nuestro exponente más innovador y tecnológico. Hemos visto una gran oportunidad en el reciclaje de un material complicado de reutilizar, como es el césped artificial de los campos de fútbol, para usarlo en nuestro favor y del medio ambiente”.
El uso de este tipo de césped impide que la hierba crezca y se evita así el llamado laboreo (trabajo con el tractor para quitar las hierbas). Además, ayuda a conservar mejor el nivel de humedad de la cepa, sin que intervenga en ningún otro aspecto más del crecimiento de la uva.
En opinión de Rosillo, “El futuro sostenible de los viñedos pasa por recurrir a técnicas que ayuden al aprovechamiento del agua, en este caso de césped artificial, para aprovechar al máximo los recursos que puede ofrecernos en la viticultura”.
Por su parte, Martínez Bujanda asegura que “esta iniciativa se complementa a la perfección con el uso que hacemos desde hace años de la nanotecnología en Finca Antigua”.
En la D.O. La Mancha el clima es cálido, por lo que no hace falta conservar el calor en el viñedo como en las tierras de Rioja, por ejemplo. En esta circunstancia, el plástico del césped artificial resulta la herramienta perfecta debido a que absorbe el calor y, al ser oscuro, no refleja la luz solar sobre la cepa.