Un equipo de científicos israelíes de la Universidad de Ariel, en Cisjordania, está tratando de recrear el vino que existió durante la época de Jesucristo. Se trata del Centro de Investigación del Vino de esta universidad, que se puso en marcha en 2012, cuyo objetivo es ampliar los conocimientos en este campo y se centra en poner a Israel en el centro del mapa mundial del vitivinícola.
Un grupo de expertos de la Universidad de Ariel, en Cisjordania, se encuentran trabajando en recrear el vino existente hace dos mil años, el que bebieron Jesucristo y el Rey Salomón. Se han puesto manos a la obra con el estudio de una especie de uva conocida como ‘Dabouki’.
Hacia la recuperación de variedades antiguas de Israel
El Centro de Investigación del Vino de la Universidad de Ariel tiene como objetivo recuperar los vinos que se elaboraban antiguamente en Israel.
Según informan en la web de la Universidad de Ariel «en los últimos 20 años la cantidad y la calidad de la producción de vino de Israel ha dado un gran salto. Para continuar con el desarrollo y la mejora de los vinos israelíes son esenciales más investigación y desarrollo de los viñedos locales y las tecnologías «. Un hecho que destacan es que «por razones históricas, todas las variedades de los vinos producidos en Israel hoy en día son de origen europeo moderno». Por eso este centro dedica un amplio esfuerzo a la localización de las variedades antiguas perdidas de uvas que se utilizaron para la producción de vino y sus restos que se han descubierto en yacimientos arqueológicos de todo Israel». Esto dará lugar a la reactivación de los vinos que se producían durante los tiempos bíblicos, «como los servidos en la mesa del rey David».
A través del uso de semillas antiguas, los científicos están realizando distintas pruebas, para obtener el material genético de estas uvas milenarias, con el propósito de transferirlas después a otras variedades de uvas israelíes locales, para finalmente conseguir la réplica exacta.
Para este estudio también se están empleando distintos fragmentos de vasijas de barro, encontrados en ruinas de templos judíos de la época, y utilizadas para el almacenamiento de vino.
En los últimos cuatro años se han identificado hasta 120 variedades de uvas cultivadas en Israel, de las que veinte se han considerado aptas para la producción de vino.
Un vino de una variedad antigua recuperada
Recientemente los investigadores mostraron en la Expo de Milán 2015 una investigación pionera de la mano del doctor Shivi Drori, director del Centro de Investigación del Vino de la Universidad Ariel. A través de investigaciones sobre la era bíblica y equipos de investigadores de campo, Drori localizó una muestra «viva» de la variedad autóctona Maaravi (Marawi, en inglés).
De esta forma presentaron en el evento de Milán miles de botellas de vino elaboradas con esta uva, considerada extinguida desde hace mucho tiempo y que fue cultivada en Belén en el 220 d.C., y que el equipo de expertos ha logrado replicar mediante la misma técnica que ahora quieren utilizar con la ‘Dabouki’.
El Centro de Investigación del Vino de la Universidad Ariel indica que esta investigación se anuncia como » innovadora» por el periódico New York Times en un reportaje en primera plana.