Las pequeñas bodegas españolas triunfan, cada vez más, en mercados internacionales tan importantes como el estadounidense. El vino español en Estados Unidos destaca por su variedad, calidad, personalidad, el tipo de uva y su precio.
Una bodega familiar española aporta gama y valor al catálogo de los importadores, según el último informe la consultoría Giménez & Sigwald Wine Associates. Y es que, a pesar de que el sector del vino en España se ha caracterizado por su clasicismo y por resistirse a los cambios, hoy en día ya se puede hablar de vinos modernos en España; vinos que compiten, vencen y convencen, y que conquistan territorios internacionales por su originalidad y su calidad.
En mercados como el estadounidense, los importadores eligen cada vez más bodegas españolas. Estas son, según Álvaro Giménez de Gs Fine Wines la consultora para la internacionalización de bodegas españolas, las claves de ese éxito:
- Variedad: Todo el mercado ha evolucionado hacia un tipo de consumo en el que prima la variedad. Las pequeñas bodegas españolas aportan diversidad a un consumidor que ya está aburrido de ver las mismas referencias desde hace muchos años en los lineales. De hecho, hay retailers que ya están prescindiendo de vinos más conocidos a favor de bodegas familiares de mayor precio que aportan valor a la gama y proporcionan mayores márgenes a las tiendas, que también es un punto importante a la hora de pensar en exportar vino a Estados Unidos.
- Calidad: Los americanos saben que el vino español está al mismo nivel de calidad que los vinos franceses o italianos, y además es más barato, por lo que son más conscientes de su valor, lo que ellos llaman el “value” – “calidad – precio”. Hasta el consumidor que menos sabe, sabe eso. Es una noción muy extendida entre los profesionales de la distribución de vino de Estados Unidos.
- Personalidad: En cuanto a estilo, en lo enológico, se están buscando vinos con carácter. Menos madera y más aroma, más especiados, más florales, pero vinos largos que convenzan, que tengan personalidad. En este sentido España es una potencia mundial en crear vinos que digan algo y eso es una ventaja para abrir mercado en EE.UU.
- Tipos de uva: Hay un conocimiento total de las variedades, y de hecho los importadores están pidiendo que se amplíe en la etiqueta el nombre de la uva, qué variedad es, y que se vea menos la bodega. Se está vendiendo mucho vino por variedad de uva + país: cabernet de España, por ejemplo. Los americanos se adaptan a cualquier tipo de uva, no hay una uva estándar. Conocen desde la garnacha hasta monastrell, malbec, shiraz, merlot, todo. Prueban de todo, aunque sí es verdad que el malbec es el tipo de uva más conocido en restauración porque viene de Argentina y Chile.
- Precio: El vino español ha competido por precio durante muchos años y en estos momentos se está intentando que se reconozca el valor del vino y subir un poco los precios. Aun así, va a seguir siendo más barato que los competidores europeos. El sector está intentando subir el precio medio, porque se había hecho un mal trabajo en ese sentido. Las bodegas españolas se pueden permitir cobrar unos euros más porque el consumidor los puede absorber tranquilamente.
En consonacia con los datos que aporta este último informe, la consultora Giménez & Sigwald acaba de programar el Spanish Wine Roadshow, una gira presencial por EEUU con 40 bodegas españolas que tendrá lugar en junio.