Con motivo del 8 de marzo desde el ecommerce Vinissimus proponen cinco vinos hechos por cinco grandes mujeres. De diferentes zonas vitivinícolas españolas, son vinos interesantes que conocer y probar.
Llega el 8 de marzo y en relación a esta fecha toca abogar por el trabajo de las mujeres en el mundo del vino. En esta ocasión Vinissimus ha hecho una selección de cinco vinos elaborados por mujeres. Nada mejor que brindar en esta fecha con productos con firma de mujer.
El 8 de marzo fue declarado oficialmente por la ONU Día Internacional de la Mujer en 1975. Existen dudas sobre el porqué de la fecha, pero parece que ésta coincide con la de una importante manifestación que tuvo lugar en 1857, cuando un grupo de empleadas del sector textil salió a las calles de Nueva York para protestar por las sórdidas condiciones en las que se veían obligadas a trabajar.
Desde aquel 8 de marzo, se han sucedido, de manera incesante, multitud de movimientos en pos de la igualdad de derechos de las mujeres. Desgraciadamente, las quejas y descontentos de las mujeres en la sociedad actual aún existen y abarcan casi cualquier ámbito que podamos imaginar, tanto profesional, como social o personal.
El mundo del vino no escapa a tan ridícula e injusta fijación y parece centrarse en la figura del hombre como el gran hacedor y conocedor de vinos, mientras que, a menudo, se reserva para la mujer un lugar secundario de manera totalmente inmerecida. Cada vez hay más vinos elaborados por mujeres en diferentes zonas vitivinícolas españolas.
Por todo esto y para celebrar el Día Internacional de la Mujer, Vinissimus, eCommerce de venta de vino, enseña cinco grandes vinos elaborados por mujeres.
María Vargas: Castillo Ygay Blanco, de Marqués de Murrieta
Responsable desde hace 25 años de los vinos de Marqués de Murrieta en Rioja y de Pazo de Barrantes en Rías Baixas, María se formó tanto en enología como en viticultura para conseguir transmitir su pasión por la tierra y sus frutos a través del vino.
El amor por la uva que sus padres le inculcaron desde pequeña se ha trasmitido a todas y cada una de las botellas que María ha elaborado, hasta el punto de que, el prestigioso crítico Tim Atkin la reconoció en 2017 como mejor enólogo/a del año y premió el Castillo Ygay Blanco, un maravilloso vino Gran Reserva Especial, como mejor vino del año.
Katia Álvarez: Gallaecia, de Martín Códax
Si buscásemos un verdadero referente en la DO Rías Baixas, una bodega que todos asociásemos de inmediato a tradición y calidad, es muy probable que el nombre de Martín Códax nos viniera a la mente.
Somos muchos los que nos contamos entre los enamorados de sus albariños elaborados en mil y un estilos distintos, pero pocos los que sabemos que a los mandos de la gran nave Martín Códax está, desde hace 15 años, Katia Álvarez. Ella es la responsable de elaborar, únicamente en las añadas cuyo clima lo permite, el Gallaecia, un maravilloso vino blanco de cosecha tardía con un alto porcentaje de botritis noble que ha llevado a los vinos de albariño a otro nivel.
Carmen Ferrer: El Quintà, de Celler Bàrbara Forés
Carmen Ferrer encarna casi todas las virtudes que hacen grande a un ser humano. Es sabia, pero sabe escuchar, quiere hacer muchas cosas, pero saber ser paciente, respeta cualquier opinión incluso sabiendo que es errónea, ensalza la tradición sin dejar de mirar adelante y, por encima de todo, siente un gran compromiso con la tierra que habita y trabaja, al tiempo que es tremendamente acogedora con los venidos de otros rincones de la geografía.
Ella ha puesto la mágica Terra Alta y sus brillantes garnachas blancas en el mapa mundial del vino de calidad y El Quintà, un auténtico referente, es buena prueba de ello. Viña vieja de garnacha blanca, barrica y el clásico suelo de panal que tan bien define la elegancia de los vinos de la Terra Alta son algunas de sus claves.
Maite Sánchez: La Suerte de Arrayán, de Bodega Arrayán
La Sierra de Gredos, Méntrida y sus vinos, especialmente los elaborados a partir de garnacha tinta, están alcanzando unos niveles de popularidad inimaginables hasta hace muy poco. En estas tierras de larga tradición vitivinícola se vienen elaborando desde tiempos inmemoriales grandes vinos que, sin embargo, el mercado actual no estaba valorando como se merecen. Han sido enólogos y enólogas como Maite Sánchez los que, con su savia nueva, han ayudado a los vinos de estos lares a recuperar el prestigio que jamás debieron perder.
Como directora técnica de Arrayán ha revitalizado la bodega incorporando variedades autóctonas entre las que, por supuesto, no podía faltar la garnacha. La Suerte de Arrayán es frescor de altitud, finura de suelos arenosos y la elegante estructura habitual en los vinos de la firma.
Ester Nin: Planetes de Nin Garnatxes en Àmfora, de Família Nin-Ortiz
Ester Nin no es nativa del Priorat, pero desde su Penedès natal acabó atraída por el magnetismo del terruño prioratino hasta el punto de no poder separarse de él. Llegó al Priorat en 2001 y compró su primer viñedo solo 3 años después. No tardó en elaborar un vino propio de pequeña producción (3 barricas) y tuvo muy claro desde sus inicios, que el verdadero trabajo de todo gran vino debe darse en el viñedo, no en bodega.
Al lado de otras grandes damas del vino como Sara Pérez o Daphne Glorian, Ester ha crecido y sigue creciendo, tal y como sucede con sus vinos, auténticos elixires llenos de alma, fruto de la observación y el respeto más profundo por el entorno y con una capacidad de emocionar al alcance solo de los más grandes. Planetes de Nin Garnatxes en Àmfora concentra todas estas virtudes y las viste de un perfume irresistible de piel de naranja y resinas.