¿Cómo se comportaron españoles y británicos durante el confinamiento o con las medidas de el distanciamiento social? Los consumidores españoles experimentaron cambios significativos en los patrones de consumo de bebidas debido al confinamiento. Y es que, a pesar de que las bebidas alcohólicas pasaron a ser un producto habitual en las cestas de la compra, beber sin el poder socializar no resultó agradable para los españoles. Sin embargo, a sus vecinos ingleses, la medida no pareció afectarles. Estas son las conclusiones que se desprenden del último estudio del Instituto de Ciencias de la Vid y del Vino (ICVV) en colaboración con el UK Centre for Excellence on Wine Education, Training and Research.
La pregunta con la que se empezó el planteamiento de este estudio fue la siguiente: ¿Cómo afectan estas medidas de distanciamiento social y confinamiento a la vida cotidiana de las personas en el contexto de esta nueva pandemia? Teniendo en cuenta que el mundo entero se sumergió en una situación nunca antes vista que, al impedir una relación presencial e interactuar — siendo esta una necesidad primitiva del ser humano — cabría esperar plantearse, cómo afectarían dichas restricciones a los hábitos de consumo de alcohol de dos países tradicionalmente considerados bebedores: España y Reino Unido.
El objetivo general de la colaboración entre El instituto de las ciencias y la Vid y del Vino« y el UK Centre for Excellence on Wine Education, Training and Research fue explorar las respuestas culturales al distanciamiento social y el confinamiento. Y sobre todo, entender cómo estas medidas sanitarias modificaron los mecanismos de consumo de alcohol e interacción social en estas dos culturas tan afectadas por la pandemia.
El estudio del consumo de bebidas como el vino o la cerveza resultó ser de especial importancia, ya que estas bebidas son marcadores de identidad y expresión social y están fuertemente arraigadas a las culturas. Así la cultura de los individuos está ligada de manera importante a los patrones de consumo. El estudio basado en encuestas online, se aplicó a dos poblaciones de participantes británicos y españoles (179 participantes de cada país).
Un país de vino frente a un país de cerveza
La idea general de que el Reino Unido es un país cervecero y España un “país de vino” resulto ser ambigua e incorrecta ya que los participantes británicos, declararon consumir principalmente vino, mientras que los españoles cerveza, tanto antes como durante el confinamiento. Por otro lado, los consumidores españoles experimentaron cambios significativos en los patrones de consumo de bebidas debido al confinamiento. En particular, se observó una disminución generalizada del consumo especialmente de cerveza acompañada de tapas para los españoles.
Contrariamente a lo experimentado por los participantes españoles, no se observó ninguna distinción entre el consumo de cerveza y vino en el contexto social o la vida privada para los participantes británicos. Esto no es sorprendente, porque estos resultados están de acuerdo con varios datos econométricos e históricos que muestran que el Reino Unido ha contabilizado una parte importante de las importaciones mundiales de vino durante siglos.
Este cambio de hábito social explicaría la disminución del consumo de alcohol en España, ya que el mismo, está ligado fundamentalmente a la cultura. De manera diferente, los participantes británicos parecen haber estado buscando una vida «normal» durante el confinamiento, a través de algún tipo de adaptación a la nueva realidad, manteniendo sus hábitos normales que son por cultura físicamente distantes.
En conclusión, los resultados mostraron que los británicos no experimentaron cambios significativos en el consumo de alcohol durante el confinamiento porque adaptaron su consumo a las circunstancias. Sin embargo, los españoles experimentaron una disminución relacionada con la ausencia de sus contextos sociales habituales, un hecho que hizo disminuir especialmente el consumo de cerveza, pero mantener el de vino. Estos resultados sugieren que, para los británicos el consumo de alcohol es un núcleo central en su cultura, y que para los españoles, la socialización es más una característica cultural que el alcohol en sí.