Por José Antonio Vidal, presidente de la Asociación Española de Enoturismo (AEE)
El enoturismo en España, ¿goza de buena salud? A continuación la opinión de José Antonio Vidal que pone el foco en las claves para la internacionalización de la actividad enoturística a través de datos. Aborda una falta de posicionamiento, tanto nacional como internacionalmente hablando y qué se puede hacer para dar a conocer a nuestro país como destino enoturístico.
El enoturismo es una de las modalidades de turismo experiencial por excelencia, dado el componente sensorial que conlleva todo lo relacionado con la cultura del vino.
Precisamente por ello, se entiende que el enoturismo sea uno de los productos más complejos que ofrece el sector turístico, requiriendo de grandes especialistas en el arte de comunicar.
Siendo el vino gastronomía -como alimento líquido que es, además de saludable-, y complemento idóneo e indisoluble de la comida y viceversa (“el vino con su comida y la comida con su vino”), las vivencias gastronómicas aportarán al enoturismo el valor necesario y fundamental para, con los complementos de naturaleza, de ocio y de patrimonio histórico-artístico, conformar una experiencia integral de éxito.
El enoturismo, sólo en EEUU y en Centroeuropa (es decir, sin tomar en cuenta otros países referentes como Sudáfrica, Australia, Nueva Zelanda, Chile o Argentina), lo practican más de 96 millones de enoturistas, aportando el 20% de los ingresos a las bodegas.
En España, los últimos datos publicados correspondientes a 2015, reflejan que los establecimientos asociados a las Rutas del Vino de España recibieron 2.242.941 visitantes, siendo el total de movimientos turísticos (nacionales e internacionales), según datos del INE, 227.138.840 (sin tener en cuenta a los excursionistas). Estas cifras reflejan que tan sólo un 0,9% de los viajes realizados en el territorio español, tuvieron como destino las Rutas del Vino oficiales (contando con dos rutas más que el año anterior y, aún así, inferior al ya de por sí preocupante 1,1% de 2014, comparándolo con el 24% de media de los países enoturísticos con los que hemos de competir).
Y decimos, hemos de competir, porque, después de aproximadamente 20 años de actividad enoturística en nuestro país, el sector no sólo no es suficientemente conocido a nivel nacional, sino que tampoco está posicionado internacionalmente.
Estas conclusiones no son ‘opinión’, son ‘información’ de una realidad contrastada con las propias fuentes oficiales.
Una realidad que demuestra a pie de calle que aún una parte importante de la población confunde enoturismo con ecoturismo o incluso con naturismo.
Un término, el enoturismo, que, quizás por ello tampoco lo recoge aún el diccionario de la RAE, motivo por el que la Asociación Española de Enoturismo (AEE) ha propuesto la siguiente definición:
- Modalidad de turismo basada en desplazamientos a entornos vinícolas, con el propósito de conocer, disfrutar y compartir experiencias de todo tipo en torno a la Cultura del Vino.
Definición que la RAE está estudiando incluir en la próxima edición del diccionario de la Lengua Española.
Con esta situación actual, al enoturismo se le prevé, o un gran potencial para el desarrollo del turismo rural en nuestro país, o un fracaso que resultaría difícil de admitir, siendo nuestro país líder mundial en turismo receptivo, en producción vinícola y en gastronomía (tres sectores que participan del enoturismo y que contribuyen de manera decisiva al equilibrio y saneamiento de nuestra balanza de pagos, siendo imagen de España en todo el mundo).
Como es natural, las causas de esta falta de posicionamiento, no se circunscriben sólo a una, sino a una acumulación, ya histórica, de ellas:
- a) unas, afectan de un modo directo a los propios establecimientos, que reconocen estar, por un lado, insuficientemente profesionalizados en general, y por otro, divididos en la batalla por hacerse un hueco en el mercado, cuando el mercado exige unidad y especialización (la división sólo empobrece y aísla);
- b) y otras causas, debidas a circunstancias de las que todo el sector debería sentirse en parte responsable, y que la AEE viene comunicando desde el principio de sus actuaciones, refrendadas en la rueda de prensa que tuvo lugar en noviembre en la sede de la Cámara de Comercio de España, bajo la presidencia de nuestro Presidente de Honor, José Luis Bonet: fundamentalmente, la ausencia de suficiente rigor en áreas clave de gestión como son la investigación, la innovación, la profesionalización y la competitividad.
Para poder posicionar internacionalmente nuestro enoturismo, como garantía de su futuro, la AEE propone una estrategia alineada con las muy exigentes condiciones que impone la globalización:
– En primer lugar, la unidad entre los agentes que conforman el clúster enoturístico (establecimientos, organismos vinícolas y asociaciones afines). Unidad basada, entre otras actuaciones, en la intercooperación empresarial, generando así un marco de un inmenso valor global, en el que los establecimientos, para su mejor promoción y comercialización, han de verse como prescriptores los unos de los otros -versus competidores-, como red de establecimientos. Para ello se hace necesaria la clasificación de los mismos en categorías, cada una de ellas con su marca distintiva, como ya se lo hemos hecho saber a la Secretaría de Estado de Turismo.
– En segundo lugar, la creación del ‘Instituto del Enoturismo de España’, bajo la titularidad de esta Asociación, como plataforma para la Gestión del Conocimiento, que dotará al sector de las herramientas necesarias en cada una de sus áreas para, entre todos y como Enoturismo de España, proyectarnos al exterior mediante óptimos procesos de internacionalización, con el fin de posicionarnos en el lugar que naturalmente nos corresponde:
- Área Investigación: elaboración de informes académicos sobre enoturismo comparado, avalados por las autoridades en la materia que forman parte del Comité de Expertos de la AEE, en colaboración con prestigiosas universidades nacionales e internacionales.
- Área Innovación: asesoramiento en nuevos modelos de productos y servicios acordes a la demanda del nuevo enoturista.
- Área Profesionalización: desarrollo de un Plan académico de Formación integral en Enoturismo, implementado tanto en destinos como en instituciones académicas de reconocido prestigio, tomando como punto de partida que el propio empresario sea el primero en estar convencido de que su enoturismo es una unidad de negocio independiente, y así ha de transmitirlo a toda su organización.
- Área Competitividad: Exigente Programa de certificación de la calidad orientada a producto y focalizada en la satisfacción del cliente, concepto sobre el que gira el éxito de la experiencia.
Esta estrategia colaborará a dotar al sector de una estructura estable y sostenible, preparándole para competir en las mejores condiciones en los exigentes mercados internacionales, garantizando así su futuro.
El salto internacional debería contemplarse como red de establecimientos bajo el concepto ‘Enoturismo de España’, si el sector como tal estuviera preparado para ello, y que después de tantos años, en general no lo está.
Entendemos que antes de dar ese paso transcendental para su futuro y para la imagen de España, se debería trabajar intensamente en el mercado doméstico hasta su consolidación. En tanto en cuanto llegue ese momento, la salida al exterior no debiera hacerse de forma masiva, sino sólo de aquellos establecimientos que se hayan autoimpuesto unos rigurosos procesos de calidad y sean una garantía de éxito suficientemente contrastada: al exigente y ya maduro mercado enoturístico internacional no se debe salir a experimentar, a riesgo de cometer errores difícilmente subsanables.
Afortunadamente contamos con excelentes profesionales, algunos de los cuales, durante el Congreso Nacional de Enoturismo (celebrado el 9 y 10 de mayo en Madrid), nos van a emocionar contándonos cada uno de ellos sus historias que les han llevado a ese éxito. Casos que han de servirnos a todos como ejemplos de calidad profesional y de actitud ante la vida, para ir convirtiendo nuestro enoturismo en referentes nacionales, orgullosos de formar parte de nuestra Marca España.
Se trata ahora de trabajar juntos con generosidad, uniendo nuestras fuerzas, bajo un modelo inclusivo, complementándonos entre todos los agentes por el futuro del sector.
En base a estos valores, en tan sólo nueve meses de intensa actividad desde su creación, la AEE es a día de hoy una organización en constante crecimiento que ya cuenta con 182 miembros, y convenios con 23 entidades colaboradoras (entre ellas, agencias de viajes) que les ofrecen condiciones preferenciales en sus productos y servicios.
José Antonio Vidal,
presidente de la Asociación Española de Enoturismo (AEE)
La Asociación Española de Enoturismo (AEE) se define como una entidad sin ánimo de lucro para, desde una perspectiva empresarial ágil y eficaz, representar y defender bajo una sola voz los intereses del sector. Su objetivo es dotar a esta actividad de una estructura estable que permita su posicionamiento en los mercados como Marca España, en el lugar que naturalmente le corresponde.