Domini de la Cartoixa, más conocido como Clos Galena, cumple 25 años encarnando el sueño de Miguel Pérez y Merche Dalmau, quienes en 1999 decidieron dar forma a una bodega con vocación de sostenibilidad social y medioambiental.
Situada en El Molar, en el sudoeste de la comarca del Priorat, a la derecha del río Siurana, la bodega y sus viñedos se encuentran en una loma a 228 metros de altitud. Miguel Pérez, farmacéutico, enólogo y profesor universitario zaragozano, apostó desde el principio por la agricultura ecológica, certificada por el Consell Català de Producció Agrària Ecològica (CCPAE). Domini de la Cartoixa (más conocido por el nombre de su vino más icónico, Clos Galena) cumple veinticinco años encarnando el sueño de Miguel Pérez y Merche Dalmau quienes, en 1999, prendados de la fuerza mística del Priorato, decidieron dar forma, a partir de 11 ha de viñedo propio (actualmente son cerca de 30 ha), a una bodega con vocación de sostenibilidad social y medioambiental.
Así, los viñedos se gestionan sin el uso de fungicidas sistémicos, insecticidas, herbicidas o fertilizantes sintéticos. Las plagas y la maleza se previenen y controlan a través de métodos mecánicos tradicionales y naturales y la fertilización se realiza a través de coberturas de compuestos, abono verde o estiércol de animales.
De este modo, en esta tierra de suelos privilegiados y un clima extremo que marca carácter, el equipo de Clos Galena trabaja para mantener y recuperar viñedos centenarios en una apuesta honrada por preservar el territorio, que se extiende al apoyo del entramado social y cultural de la comarca.
En 2002, hace casi 22 años, se comercializaron sus dos primeros vinos, los tintos Galena y Clos Galena, su vino más icónico. Desde sus inicios todos sus vinos son ecológicos, con las tradicionales garnacha tinta y cariñena (con uvas nacidas de un viñedo plantado hace más de 70 años) como reinas de sus viñedos, acompañadas de cabernet sauvignon y syrah.
Por su parte, Clos Galena se ha elaborado todos los años excepto en la conocida como añada del cambio climático, la 2003, ya que no alcanzó los estándares de calidad exigidos por la bodega. Desde sus inicios fue recibido con entusiasmo por la crítica internacional, otorgándole la publicación norteamericana The Wine Advocate, dirigida entonces por Robert Parker, 96 puntos a Clos Galena 2004.
Otro de los hitos de la bodega fue cuando su Formiga de Vellut 2014 fue escogido para el banquete de los Premios Nobel de 2017. Fue la primera vez que un vino catalán recibía este honor en los más de 100 años de historia de los prestigiosos premios.
“Una apuesta innovadora en aquel momento en un Priorat que siempre nos ha enamorado y donde apostamos por elaborar vinos excepcionales”, como señala Merche Dalmau, CEO y propietaria de Clos Galena, y una de las dos mitades que dieron vida a este proyecto, encargada, tras fallecer de cáncer su esposo en 2013, de preservar la esencia de un proyecto muy personal, manteniéndose fiel a una filosofía de respeto por el territorio y sus gentes.
Merche decidió, “por romanticismo”, luchar contra la adversidad para continuar el sueño de Miguel, acompañada del que ha sido su director técnico desde los inicios, el enólogo Toni Coca, y del responsable de viticultura y bodega, Enric Amorós. “Hay una parte sentimental en esta aventura hecha por personas buenas y honestas que nos han permitido crecer y disfrutar de la vida”, recalca Toni.
Un brindis por la vida con el vino conmemorativo Clos Galena 25 Años de un Sueño 2022
Clos Galena ha querido celebrar este primer cuarto de siglo, por una parte, recuperando algunas de las añadas históricas de Galena y Clos Galena procedentes de la enoteca de la bodega y, por otro lado, creando un vino conmemorativo, único e irrepetible: Clos Galena 25 años de un sueño 2022, una edición limitada de 1.398 botellas elaboradas a partir de las uvas de cinco de sus parcelas más especiales.
Este vino “celebra no solo nuestra trayectoria, sino también el espíritu de superación e innovación que ha guiado a la bodega y a las personas que trabajan en ella”. Sin duda, un Brindis por la Vida, un homenaje al sueño de Miguel pero también la justa recompensa al trabajo de Mercedes y los suyos por mantener vivo ese sueño que es la bodega Clos Galena.
Para hacer este vino se emplean viñas de cariñena que tienen alrededor de 80 años, las de garnacha entre 45 y 60 años, y las viñas de syrah son un poco más jóvenes, con unos 30 años, plantadas en el característico suelo de licorella prioratino. En el coupage de este tinto tan especial participan todas ellas y se añade un toque de cabernet sauvignon.
Cada cepa produce solo 0,5 kg de uvas, lo que hace que su producción sea muy especial. Vendimiadas y seleccionadas a mano, las uvas de cada variedad se fermentan y maceran por separado. Finalmente se realiza el ensamblaje, combinando las distintas variedades, antes de que el vino se críe en botas de roble francés durante 12 meses.
Se ha elegido para este tinto tan exclusivo la cosecha 2022, una añada seca, en la que se sufrió tres olas de calor en verano, pero que, gracias a las lluvias de la primavera y a las reservas de agua que el suelo mantenía de las nevadas de Filomena del año anterior, tuvo una buena maduración y unas producciones normales.
La bodega resalta que «el resultado es un vino de aromas complejos, con identidad de zona y viña, donde destacan las frutas maduras y las hierbas de sotobosque mediterráneo, acompañados sutilmente de especias dulces y balsámicos frescos«. Añaden que «en boca es un vino amable pero persistente, con volumen y untuosidad. Un tinto que comienza su recorrido de manera sutil y delicada para ir desarrollando, en su paso, todo su carácter, destacando en él la tipicidad zonal, la complejidad y el difícil equilibrio conseguido entre frescor y fuerza tánica contenida«.
Así este vino singularmente fresco y suave, fruto de una añada contradictoriamente calurosa y seca, refleja la propia dualidad de los 25 años de historia de esta bodega, años llenos, en palabras de Mercedes Dalmau, “de momentos difíciles, pero también de grandes momentos”.