La producción mundial de vino en 2023 será la más baja de los últimos 60 años. Esto se debe a la combinación de volúmenes de cosecha extremadamente bajos en el hemisferio sur, así como en algunos de los principales países de la Unión Europea. Son datos que han ofrecido desde la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV).
Una producción mundial de vino inusualmente baja se espera en 2023, de hecho será la menor de los últimos 60 años. Las cosechas han caído en picado en el hemisferio sur y en algunos de los principales países de la UE debido a las extremas condiciones climáticas. Esta es una de las conclusiones acerca de las primeras estimaciones de la producción mundial de vino en 2023 que han recopilado en la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV). La producción va a estar en una horquilla de entre 241,7 y 246,6 millones de hectolitros, por lo que será un 7 % inferior a la de 2022.
Desde la sede de la OIV en Dijon el 7 de noviembre a través de una conferencia web el jefe del Departamento de Estadística y Transformación Digital, Giorgio Delgrosso hizo la presentación de estos datos.
Se prevé un bajo volumen de producción en el conjunto de la Unión Europea. Italia y España registran un descenso significativo respecto a 2022 debido a unas condiciones climáticas desfavorables que provocaron mildiu y sequías. Francia se convierte en el mayor productor mundial en 2023, con un volumen ligeramente superior a su media quinquenal.
En cuanto a las primeras previsiones de la cosecha en EE.UU. indican que el volumen de producción no sólo será superior al de 2022, sino también a la media observada en los últimos años.
En el hemisferio sur se espera que los volúmenes de producción de vino estén muy por debajo de las cifras de 2022. Australia, Argentina, Chile, Sudáfrica y Brasil se vieron muy afectados por las adversas condiciones meteorológicas. La única excepción es Nueva Zelanda, el único país con un nivel de producción para 2023 superior a su media quinquenal.
A partir de la información recogida sobre veintinueve países, que representan el 94% de la producción mundial en 2022, la producción mundial de vino (excluidos zumos y mostos) en 2023 se estima entre 241,7 MHL y 246,6 MHL, con una estimación intermedia de 244,1 MHL. Esto representa un descenso del 7% respecto al volumen de 2022, ya por debajo de la media.
No obstante, la cifra de este año debe tomarse con cautela, ya que todavía hay grandes países, como China, cuya información no está disponible. Además, la gran volatilidad de los volúmenes de producción observada en los últimos años, tanto a escala nacional como regional, dificulta aún más las previsiones..
Esta sería la menor producción desde 1961 (214 MHL), incluso inferior al volumen de producción históricamente bajo de 2017 (248 MHL). Este escenario negativo puede atribuirse a descensos significativos en los principales países productores de vino de ambos hemisferios. Mientras que en el Hemisferio Sur, Australia, Argentina, Chile, Sudáfrica y Brasil registraron variaciones interanuales de entre el -10% y el -30%.
En el hemisferio norte, Italia, España y Grecia son los países que más sufrieron las malas condiciones climáticas durante la temporada de cultivo. Sólo EE.UU. y algunos países de la UE, como Alemania, Portugal y Rumanía, experimentaron condiciones climáticas favorables que se tradujeron en volúmenes medios o superiores a la media.
Hemisferio Norte
Unión Europea (UE): se espera un volumen de producción de vino de 150 mhl
En la Unión Europea (UE), se espera que el volumen de producción de vino (excluidos zumos y mostos) en 2023 sea de 150 mhl, lo que representa un descenso interanual de 11,2 mhl. En términos relativos, este volumen estimado es un 7% inferior al de 2022 y un 8% inferior a la media de los últimos cinco años. En conjunto, la producción de vino de la UE en 2023 representa el 61% del total mundial, una cifra en línea con la media de los últimos diez años.
Si esta estimación se confirma en los próximos meses, será el tercer nivel de producción más bajo registrado desde principios de siglo, después de 2017 (141 mhl) y 2012 (148 mhl).
Las estimaciones preliminares para la producción de vino en los países de la UE en 2023 muestran un escenario bastante heterogéneo, con diferentes condiciones climáticas registradas en las principales regiones vitivinícolas a lo largo de la temporada de crecimiento.
En algunos países, una primavera lluviosa provocó una presión fúngica, mientras que las tormentas y el granizo causaron inundaciones, daños y pérdidas en los viñedos.
Por el contrario, en otras regiones, concentradas sobre todo en el sur de la UE, graves sequías causaron estrés hídrico a las vides. Sólo en unos pocos países se registraron buenas condiciones climáticas que dieron lugar a volúmenes de cosecha medios o superiores a la media.
En este contexto, Francia se ha convertido este año en el primer productor mundial, con una producción de vino estimada en 45,8 mhl, perfectamente en línea con su nivel de 2022 y un 3% por encima de su última media quinquenal. La cosecha de este año puede considerarse relativamente importante, aunque algunas regiones registraron variaciones negativas con respecto a 2022. Es el caso de Burdeos y Sud-Ouest, que sufrieron los ataques del mildiú velloso, y de Languedoc-Rosellón, que se vio afectado por las olas de calor y la sequía. Se esperan volúmenes especialmente elevados en la región de Cognac, Córcega y Champaña.
2023 es un año complicado para la producción de vino en los otros dos mayores países productores de la UE.
Italia registró un notable descenso del volumen de su producción de vino en 2023, estimado en 43,9 mhl (-12% / 2022). Esta es la menor producción desde la cosecha históricamente baja de 2017. Muchos factores pueden atribuirse a esta baja producción, en particular las fuertes lluvias que hicieron que el mildiú se desarrollara en las regiones del centro y del sur. Además, parte del viñedo italiano se vio afectado por inundaciones, granizadas y sequías.
España mantiene su posición de tercer productor mundial de vino con un volumen estimado de 30,7 mhl, lo que representa un descenso del 14% respecto a 2022 y del -19% en comparación con su última media quinquenal. Se espera que el nivel de 2023 sea el más bajo de los últimos 20 años. El bajo volumen de cosecha es consecuencia de una grave sequía y de unas temperaturas extremas que afectaron fuertemente a las viñas. Se espera que Castilla-La Mancha, la mayor región productora de vino, disminuya su producción entre un 10 y un 15% con respecto al año pasado.
En cuanto a los demás grandes países productores de vino de la UE, se esperan tasas de crecimiento positivas en Alemania (9,0 mhl, +1% / 2022), Portugal (7,4 mhl, +8% / 2022) y Rumanía (4,4 mhl, +15% / 2022). En estos tres países, se espera que los volúmenes de producción también sean superiores a sus últimas medias quinquenales en un 2%, 12% y 4%, respectivamente.
Del mismo modo, Hungría (2,5 millones de hectolitros, +1% / 2022), Bulgaria (0,9 millones de hectolitros, +7% / 2022) y Eslovenia (0,6 millones de hectolitros, +6% / 2022) han aumentado su producción con respecto a 2022; sin embargo, los niveles previstos están por debajo de sus últimas medias quinquenales. En general, en todos estos países, el periodo vegetativo se caracterizó por unas condiciones cálidas y secas, y las precipitaciones estivales dieron lugar a unos rendimientos elevados.
Varios países de la UE prevén un descenso de la producción con respecto a 2022. Austria, el séptimo productor europeo de vino, tiene un volumen de producción estimado para 2023 de 2,4 mhl (-7% / 2022), tras una temporada de crecimiento turbulenta y desafiante que estuvo marcada por fuertes tormentas.
Uno de los países que presenta una mayor variación negativa con respecto a 2022 es Grecia, con una producción de vino prevista para 2023 de 1,1 mhl. Este volumen representa un descenso significativo no sólo respecto al año pasado (-45%), sino también respecto a su última media quinquenal (-50%). Esto puede atribuirse a las fuertes lluvias caídas durante la primavera, que provocaron enfermedades en la uva (sobre todo mildiu), y a las elevadas temperaturas y la sequía de los meses de verano, que afectaron fuertemente a las vides.
La República Checa estima una producción de vino de 0,5 mhl, cifra un 13% inferior a la de 2022 y un 14% por debajo de su media quinquenal. Croacia informa de un volumen de producción de 0,4 mhl en 2023, un nivel un 41% inferior al de 2022 y un 46% inferior a su media quinquenal. Esta baja cosecha es consecuencia de condiciones climáticas adversas y de un brote de mildiu. Por último, Eslovaquia tiene un volumen de producción de vino estimado en 0,3 mhl, un 20% inferior al de 2022.
Fuera de la UE: se espera un aumento en Estados Unidos y Suiza, sin datos de China, Rusia se mantiene como en 2022 y desciende en Georgia y Moldavia
La OIV indica que en Estados Unidos, cuarto productor mundial, la estimación preliminar de producción de vino para 2023 es de 25,2 mhl. Esta cifra es un 12% superior a la de 2022 y un 4% superior a su media quinquenal. Este crecimiento se ha visto favorecido por las temperaturas frescas y las abundantes lluvias invernales en las regiones de Napa y Sonoma, que han aportado la tan necesaria humedad a las vides tras varios años de sequía.
A estas alturas del año, no se dispone de datos sobre la cosecha de uva en China. Las primeras estimaciones para el año 2023 se facilitarán en el primer semestre de 2024.
En cuanto a los países de Europa del Este, la producción de vino en Rusia se estima en 4,9 mhl, una cifra en línea con el volumen de 2022 y un 9% superior con respecto a su última media quinquenal.
En Georgia, la producción de vino en 2023 se estima en 1,5 mhl, lo que supone un descenso del 28% respecto al volumen de 2022 y un 19% por debajo de su media quinquenal. Este volumen relativamente bajo se debe a unas condiciones meteorológicas desfavorables, como fuertes lluvias, granizo y vientos intensos, que afectaron gravemente a las regiones vinícolas orientales del país. Del mismo modo, se espera que Moldavia produzca 1,3 mhl de vino en 2023, lo que supone un descenso del 10% respecto a 2022.
En Suiza, se espera una producción de vino relativamente alta en 2023, de 1,0 mhl, un nivel un 4% superior al de 2022 y un 14% por encima de su última media quinquenal.
Hemisferio Sur: descenso de producción generalizado con la excepción de Nueva Zelanda que crece
En el hemisferio sur, donde las vendimias finalizan en el primer semestre de 2023, las cifras preliminares sobre la producción de vino tienden a ser más precisas y fiables en este periodo del año. Tras una cosecha récord en 2021 y un descenso relativo de los volúmenes en 2022, la estimación de producción de vino en 2023 para el Hemisferio Sur es de 45 mhl, lo que representa no sólo un descenso del 19% respecto a 2022, sino también una disminución del 18% respecto a la media de los últimos cinco años.
Se trata del nivel de producción más bajo registrado desde 2003 y puede atribuirse a los fenómenos climáticos extremos que tuvieron lugar durante la temporada de cultivo en todas las principales regiones productoras de vino. En conjunto, se prevé que la producción de vino del Hemisferio Sur en 2023 represente el 19% del total mundial.
Todos los grandes países sudamericanos productores de vino han registrado una caída significativa de la producción con respecto a 2022. Chile es el mayor productor del hemisferio sur en 2023, con una producción de vino de 10 mhl, un volumen un 20% inferior a la elevada producción del año pasado y un 18% inferior a su media quinquenal. La cosecha se vio gravemente afectada por los incendios forestales y la sequía. En 2023, debido a las heladas primaverales y a las granizadas, la producción de vino de Argentina sólo alcanzó los 8,8 mhl (-23% / 2022). Esto representa uno de los volúmenes más bajos registrados en su historia.
Brasil tiene un volumen de producción de vino estimado de 2,3 mhl en 2023. Esta cifra representa un descenso del 30% respecto a la elevada producción de 2022, y se debe principalmente a la falta de lluvias en algunas regiones vitivinícolas importantes como Rio Grande do Sul.
Uruguay, con una producción estimada para 2023 de 0,5 mhl, registró una gran variación negativa con respecto al año pasado (- 34%), al sufrir una grave sequía unida a olas de calor.
En Sudáfrica, la producción de vino en 2023 se estima en 9,3 mhl, lo que supone un descenso del 10% respecto a 2022 y del 8% respecto a su última media quinquenal. Este año, la cosecha se ha visto afectada principalmente por la presión de las enfermedades fúngicas, en particular el oídio y el mildiu.
Australia registró una reducción considerable de la producción de vino en 2023, con una estimación de 9,9 mhl, lo que representa una disminución del 24% con respecto a 2022. Esto se debe a la combinación de lluvias persistentes, temperaturas inusualmente frías e inundaciones provocadas por los efectos de La Niña. Además, la presión sobre las existencias llevó a la imposición de topes de rendimiento para reducir el exceso de existencias.
El segundo mayor productor de Oceanía, Nueva Zelanda, representa una excepción en el Hemisferio Sur: con una producción de 3,6 mhl (-6% / 2022), es el único país con crecimiento positivo respecto a la media observada en los últimos cinco años (+14%).
Una producción bajo condiciones climáticas extremas
Una vez más, las condiciones climáticas extremas, como las heladas tempranas, las lluvias torrenciales y la sequía, han afectado considerablemente a la producción del viñedo mundial. Sin embargo, desde la OIV valoran que en un contexto en el que el consumo mundial está disminuyendo y las existencias son elevadas en muchas regiones del mundo, la baja producción prevista podría aportar equilibrio al mercado mundial.