En la transformación global y local de la producción y consumo de vinos destaca el ascenso del vino blanco y cambios significativos en Argentina. El informe de la OIV, con cifras del 2021, refleja una disminución del 25% en la producción mundial de vino tinto desde 2004, mientras que el vino blanco ha experimentado un aumento del 13%. En Argentina, a pesar de la tendencia mundial, el vino tinto sigue dominando el mercado interno. Estos datos reflejan una reconfiguración y marcan un punto de inflexión en la historia vitivinícola tanto a nivel global como local.
La producción mundial de vinos ha experimentado cambios notables en los últimos años, según revela un informe de la Organización Mundial de la Vid y el Vino (OIV) y que analiza el Observatorio Vitivinícola Argentino. En 2021, el vino blanco representa el 50% de la producción total, superando al vino tinto que ha disminuido un 25% desde su punto máximo en 2004. Se da un desacople entre la producción y venta en el mercado interno argentino y lo que el mundo consume.
En cifras, la producción mundial de vino blanco se estima en 130 millones de hectolitros (mhl), mientras que el vino tinto alcanza los 110 mhl, representando el 42%. El vino rosado, por su parte, se sitúa en el 8%, aproximadamente 21 mhl. Este cambio de tendencias se evidencia claramente desde 2013, según el informe de la OIV.
En el caso particular de Argentina, uno de los grandes países productores de vinos del mundo, se ha observado un cambio estructural significativo. Si en los primeros años del 2000 el vino blanco representaba más del 60%, en 2021 se invierten las proporciones, elaborando un 31% de vino blanco y un 66% de vino tinto. Mientras tanto, el vino rosado mantiene una trayectoria más estable, oscilando entre el 2% y el 4% de la producción total.
Contrariamente a la tendencia global, el consumo interno de vino en Argentina destaca por una mayor preferencia hacia el vino tinto. Entre 2000 y 2021, se ha observado una disminución en el consumo total de vino, modificando la composición del consumo por color. En 2000, el vino blanco representaba el 46%, disminuyendo al 26% en 2021, mientras que el vino tinto ha experimentado un aumento, acercándose al 70%.
A nivel mundial, el consumo de vino tinto ha descendido un 15% desde su pico en 2007, mientras que el vino blanco ha aumentado un 10% desde el año 2000. Es crucial señalar que el consumo de vino blanco no supera al de vino tinto, ya que gran parte del vino destinado a usos industriales es blanco (destilación, producción de vinagre, bebidas a base de vino, etc.), según advierte la OIV.
Desde el Observatorio Vitivinícola Argentino indican que es importante señalar que el consumo de vino blanco se ha mantenido relativamente estable en el período 2000-2009 y ha crecido a un ritmo relativamente rápido a partir de 2010, impulsado por el éxito mundial del vino espumoso.
El mercado del vino rosado, aunque afectado por la crisis financiera mundial entre 2008 y 2010, ha experimentado un crecimiento continuo desde 2011, aunque a un ritmo más lento. En el ámbito doméstico en Argentina, el vino tinto sigue siendo dominante en el mercado interno.
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[…] la evolución global de la producción y consumo de vinos en las últimas dos décadas, la producción de vino blanco aumentó un 13% desde su punto más bajo en 2022, superando al vino tinto a partir de 2013. A principios del siglo, el vino blanco representaba el […]
[…] quienes lo beban beben historia y algo único, y hay que saber transmitirlo. Sobre el tema de los vinos blancos se centrÓ en su aumento de consumo en el mundo y opina que esta tendencia va a […]
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