El vino en lata está aumentando su presencia en varios mercados, algunos de ellos muy importantes para el sector del vino, como es Estados Unidos. En España ya se empiezan a ver incursiones de empresas nuevas o bodegas de trayectoria que se animan a envasar en lata. La consultora Wine Intelligence hace una serie de recomendaciones para aquellas firmas que estén valorando introducir el vino en lata entre su oferta de productos.
El vino en formato en botella de vidrio de 75 cl es el más tradicional y habitual, sin embargo poco a poco se van introduciendo otros, desde el bag in box, que en algunos países ha tenido recientemente una demanda al alza durante la pandemia, hasta el vino en lata. Algunos se echarán las manos a la cabeza con este último, pero no hay que perder de vista que conquista a otro tipo de consumidores que quizás no se han sentido muy atraídos por el vino. Es el caso de los jóvenes que valoran formatos de poco peso, fáciles de transportar, abrir y perfectos para consumir en grupo al aire libre.
En España encontramos ya ejemplos de vino en lata, es el caso de la marca Zeena que tiene vinos orgánicos y de Viña Xétar tinto, que se caracteriza por ser de baja graduación alcohólica, entre otros. Otra marca que se ha aproximado al envase de aluminio, sin ser en lata pues conserva la forma de la botella, es Sandara.
La consultora especializada en el mundo del vino Wine Intelligence hace una serie de reflexiones sobre lo que supone este envase y aporta una serie de claves que pueden servir de ayuda para las firmas que se planteen dar dar el salto al negocio del vino en lata.
El vino en lata, al alza
El vino en lata sigue creciendo por delante de otros formatos, aunque partiendo de una base muy pequeña, en mercados mundiales clave como el de Estados Unidos.
En un momento en el que el volumen de vino consumido en muchos mercados maduros se está estabilizando o disminuyendo, no es de extrañar que este formato esté atrayendo una atención significativa, al igual que en otras categorías de bebidas alcohólicas.
Las ventajas del vino en lata
Para los consumidores, las ventajas del alcohol en lata son evidentes. Son más pequeñas y ligeras de transportar, pero también más duraderas; son tan reciclables como las de vidrio y se prestan a diseños de envases más distintivos, lo que las hace perfectas para el consumo social al aire libre, que ha sido una ocasión creciente durante el Covid-19. Para el comercio también hay ventajas. Las latas ocupan menos espacio en los almacenes y frigoríficos de los comercios, son más ligeras de transportar y están disponibles en otros tamaños. Cuando se permite su venta en el comercio minorista de conveniencia, también hay más oportunidades de obtener un margen mayor que el que ofrece normalmente una botella de 750 ml.
El vino en lata también goza de estas ventajas, pero aún no ha alcanzado una masa crítica. Un problema es que la historia del vino ha estado muy ligada a la botella de vidrio. Los bebedores de más edad pueden coquetear con la idea de un vino en bag-in-box, si su envase es atractivo y el estado de necesidad implica una gran convivencia al aire libre, pero para muchos bebedores de más edad, la idea del vino en lata sigue siendo un anatema.
No es de extrañar, por tanto, que los bebedores más jóvenes (de 25 a 44 años) sean los más abiertos al concepto de vino en lata. Entre otras cosas porque las situaciones para las que las latas son buenas -beber mientras se está fuera- son las que mejor se adaptan a su estilo de vida. Los millennials de EE.UU. son un 50% más propensos a comprar vino en lata una vez que conocen la existencia de este formato, según un estudio de consumo de Wine Intelligence. Dicho esto, la penetración del formato de lata ha sido hasta ahora pequeña, porque incluso los bebedores más jóvenes están fuertemente influenciados por la idea de que el vino viene en botellas de vidrio.
Aspectos a tener en cuenta a la hora de lanzarse a hacer vino en lata
Wine Intelligence recomienda a los productores de vino que tengan en cuenta los siguientes seis factores a la hora de evaluar la inversión en la producción de vino en lata.
- «No es el mismo vino, pero en una lata». Teniendo en cuenta los factores operativos que pueden afectar a la calidad del vino en lata, los productores deberían evaluar qué tipos de vinos probar o trasladar a este formato.
Esto también podría considerarse desde el punto de vista del consumidor: los consumidores suelen consumir bebidas espumosas en lata, que suelen servirse frías, de ahí que los consumidores estén más abiertos a los vinos rosados y espumosos en lata, o a los productos de vino mixto con carbonatación añadida. - Aprovechar el crecimiento de la premiumización. Tanto en la categoría de vinos como en la de otras bebidas con alcohol, dado que los consumidores compran y consumen cada vez más en latas en otras categorías, los niveles de aceptación de los productos premium en latas crecerán, siempre que las señales «premium» sean claras.
- Sacar partido del auge actual de las bebidas RTDs (listas para beber). Los recientes datos de consumo de Wine Intelligence y el IWSR muestran que los consumidores de EE.UU. han experimentado cada vez más con la categoría de bebidas alcohólicas de alta graduación durante 2021. Por ejemplo, innovaciones como «Taylor’s Portonic in a can» han obtenido una adopción temprana.
- Las marcas de vino existentes pueden extenderse con éxito al formato de lata. Dado que los consumidores suelen comprar vino en lata en función de la ocasión, como la socialización al aire libre, es probable que las marcas de vino existentes no vean sus valores de marca actuales afectados negativamente al extenderse a este formato.
Desde el punto de vista del consumidor, durante la pandemia se ha producido una vuelta a las marcas probadas y de confianza, y es probable que la tranquilidad de las marcas conocidas respalde la confianza de los consumidores en el formato de lata. - Centrarse en la profundidad más que en la amplitud de la distribución. Dado que la mayoría de las compras de vino en lata son para ocasiones específicas y a menudo espontáneas, junto con una vida útil más corta que la del vino embotellado, el canal de impulso es clave para el éxito, cuando las regulaciones locales permiten que este canal venda vino.
Tener vino en lata en una amplia distribución puede hacer que sus agotamientos iniciales parezcan buenos, y hacer feliz al distribuidor, pero algunos entornos minoristas tendrán mucha más relevancia para este formato que otros. - El vino en lata es una forma de entrar en la tendencia de bajo contenido alcohólico. La creación de un producto vinícola en lata ofrece a los productores la oportunidad de salirse del clásico nivel de alcohol de 11-13% alcohol por volumen (ABV, Alcohol By Volume), y el formato de la lata actúa como dispositivo diferenciador para evitar comparaciones negativas con el vino estándar.
Combinando una base de vino con otros mezcladores, se puede conseguir un producto con un 5% de alcohol, con menos calorías y menos alcohol, y ofrecer un producto que se distinga del vino estándar tanto en el formato como en el sabor.
Estas son algunas de las sugerencias de Wine Intelligence, claro que no son lo mismo unos mercados que otros, el estadounidense se caracteriza en general por buscar novedades y quizás otros mercados más tradicionales vayan por detrás y no adopten tan rápido este tipo de formatos.
Sea como sea, se trata de una opción a seguir muy de cerca y será interesante observar cómo les está yendo a aquellas firmas que se han lanzado a producir vino en lata, tanto dentro de nuestro país como fuera de nuestras fronteras.