Bodega Matarromera, Pago de Carraovejas y Ence – Energía y Celulosa colaboran en el proyecto Vinebox, una iniciativa que busca soluciones sostenibles para aprovechar al máximo los residuos de poda de la vid en la industria del vino. Este proyecto se alinea con la nueva Ley de Residuos y promueve la sostenibilidad, la bioeconomía circular y el uso responsable de recursos naturales en el sector vitivinícola.
Bodega Matarromera, Pago de Carraovejas y Ence – Energía y Celulosa se unen en una destacada colaboración para impulsar el proyecto Vinebox, con el objetivo de encontrar soluciones sostenibles que permitan aprovechar al máximo los residuos de poda de la vid en el sector del vino.
Este consorcio, a través de su proyecto de investigación y desarrollo (I+D), tiene la meta de introducir una gestión eficiente en la recolección y almacenamiento de las podas de sarmiento de la vid. Estas podas se utilizarán para producir pulpa de celulosa renovable, que posteriormente será sometida a pruebas en demostradores de papel y cartón. El papel producido será empleado en la fabricación de cartones utilizados para envases de vino y en la creación de etiquetas innovadoras elaboradas completamente a partir de recursos renovables.
Esta iniciativa representa una respuesta sostenible a las demandas impuestas por la reciente entrada en vigor de la Ley 7/2022 de Residuos y Suelos Contaminados, que prohíbe la quema de residuos vegetales generados en la agricultura. El proyecto Vinebox se alinea con los principios de sostenibilidad y digitalización, así como con la cohesión social y territorial y la igualdad de género del Plan Nacional de Recuperación, Transformación y Resiliencia 2021-2026.
Este proyecto, que cuenta con la financiación de la Unión Europea y el Centro para el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (CDTI) mediante fondos FEDER, tiene un presupuesto de 879.539,00 € y se desarrollará en un período de 30 meses. Además, se han sumado al proyecto como subcontratadas entidades de renombre como el Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos (IATA-CSIC), el Instituto Tecnológico del Embalaje, Transporte y Logística (Itene), y la empresa Athisa, que aportará soluciones para el servicio de recolección y almacenamiento de las podas de sarmiento.
Cerrar el ciclo, respeto al entorno y sostenibilidad social y económica
Sobre Vinebox, Pedro Ruiz, CEO de Alma Carraovejas, declara que “para nosotros la sostenibilidad es más que un compromiso: es nuestro día a día; es un tramo del camino del que nos queda mucho por recorrer. El respeto por nuestro entorno forma parte de nuestra filosofía, del esfuerzo que hacemos por implementar medidas en el presente que se vean reflejadas en el futuro”.
Por su parte, Eva Navascués, directora de I+D+i de Pago de Carraovejas, sostiene que con Vinebox “es posible cerrar el ciclo aprovechando este material procedente de sarmientos en las etiquetas de vino y cajas de embalaje que empleamos en las bodegas. Se demostraría que evitar la quema de los sarmientos no solo redunda en la protección ambiental, sino que permite la sostenibilidad en sentido amplio, también la social y económica”.
Carlos Moro, presidente y fundador de Bodega Matarromera, explica que “ante todo somos viticultores y agricultores, y todo lo que hacemos en nuestras bodegas para ser más sostenibles es por obligación para con la tierra, es nuestro deber cuidarla y transmitir nuestro mejor legado a las siguientes generaciones”. Añade que “hasta no hace muchos años, creíamos ilimitados los recursos naturales, y no había conciencia de las graves consecuencias medioambientales de “producir, usar y tirar”. Las empresas tenemos no solo la responsabilidad moral de contrarrestar el impacto negativo que nuestra actividad genera en el entorno, sino también de apostar por formas de producción más equilibradas, más sostenibles, más responsables y más eficientes, y este proyecto es un claro ejemplo de ello”.
Sonia Villanueva Sánchez, directora de calidad e I+D+i de Bodega Matarromera, declara que «que este proyecto de investigación permite a profundizar en su estrategia de incorporar coproductos en su proceso productivo. Granza fue la primera marca agroalimentaria española en utilizar etiquetas con papel elaborado a partir de residuos de uva remplazando el anterior 15% de pulpa virgen. Ahora los resultados son más amplios, pues el proyecto permite integrar los sarmientos en la producción de celulosa Naturcell, en aras de generar etiquetas y cajas de cartón.«
Ence es una empresa con altos estándares de sostenibilidad en todos los aspectos de su producción. Es pionera en el sector al contar con una Declaración Ambiental de Producto para su celulosa, lo que refleja su compromiso con el uso responsable de recursos naturales como la madera y la biomasa, convirtiéndola en referencia de la bioeconomía circular.
Por su parte, para Antonio Casal, director de Desarrollo de Negocio de Celulosa de Ence, esta alianza con el foco en los residuos de podas de la vid “demuestra una vez más el papel protagonista de Ence en el impulso de la bioeconomía circular, no sólo en su proceso productivo, sino también buscando sinergias con otros sectores, como el vitivinícola en este caso, para innovar y buscar nuevas formas de contribuir al desarrollo sostenible”. Y señala que “queremos seguir aportando nuevas soluciones ante los retos que nos plantea una sociedad cada vez más exigente, y ante los que estamos aportando alternativas basadas en un aprovechamiento responsable de los recursos naturales”.
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[…] de vid con la pasta Naturcell de Ence refleja el compromiso del consorcio con la sostenibilidad, la economía circular y la excelencia en […]