La maduración fenólica y tecnológica de la uva es vital de cara a su recolección, decidir que toca vendimiar constituye el momento clave en la elaboración de vino. Según estudios recientes llevados a cabo por el Instituto de Ciencias de la Vid y el Vino (ICVV) de La Rioja en colaboración con Bayer CropScience, el uso del producto Fruitel 180, en el inicio de envero, se perfila como una nueva alternativa para facilitar las vendimias y mejorar la calidad de los vinos.

La determinación del momento de la vendimia supone una de las decisiones más importantes para el comienzo de la elaboración de un vino de alta calidad. Las características que deben reunir las uvas para transmitir el máximo potencial enológico al vino final se deben determinar previamente y realizar el seguimiento adecuado para identificar su introducción en los proceso de elaboración en bodega.
El mayor nivel de exigencia del mercado hacia vinos con abundante expresión de color, estructura y volumen en boca, obliga a que la maduración fenólica sea adecuada, desde el punto de vista de que los compuestos aromáticos expresen su máximo potencial dentro del proceso de elaboración y crianza. Es decir, que el contenido de taninos y polifenoles esté en su máximo nivel de concentración y grado de madurez.
Este punto se alcanza cuando la uva adquiere un cierto grado de maduración, que puede llevar acarreadas otras consecuencias no deseadas para la elaboración del vino, como que la maduración tecnológica de la uva no sea la adecuada. Pueden aparecer fenómenos de alto contenido en azúcares en la pulpa, así como pH más alto, que dificultan la elaboración de vinos de calidad y estabilidad de los mismos.
Existen diversos factores que inciden en determinar los distintos grados de madurez fenólica y tecnológica, aunque es un hecho que en los últimos años cada vez es más difícil alcanzar el deseado equilibrio que produce vinos de calidad. Cabe destacar las modificaciones del cultivo, como por ejemplo, las ubicaciones de las plantaciones, manejo del riego y abonados, entre otras, así como otros aspectos vinculados al cambio climático. En su conjunto, estos factores provocan un profundo debate para determinar la fecha adecuada de vendimia, puesto que el desequilibrio en las maduraciones cada año es más patente.
En este sentido, se ha desarrollado un estudio para evaluar el impacto de uso del fitorregulador Fruitel 180 aplicándolo a pleno campo en el momento en que las uvas alcanzan el 20% de envero, y determinar las distintas variables bioquímicas que afectan tanto a la uva, como al vino elaborado con las uvas tratadas frente al vino elaborado con uvas sin tratar, con posterior cata de los vinos obtenidos.
Este estudio se ha realizado durante la pasada vendimia 2014, y ha sido desarrollado conjuntamente por investigadores del Instituto de Ciencias para la Vid y el Vino (ICVV) de La Rioja y la empresa Bayer CropScience SL, sobre uvas de la variedad tempranillo.

En este primer año, los datos obtenidos han sido muy positivos para la mejora en la elaboración de vinos tintos de crianza. Cabe destacar entre las principales conclusiones:

• Respecto a la maduración tecnológica, Fruitel 180 ha retrasado la acumulación de azúcares en las bayas, y tanto la acidez total, como el contenido en ácido málico y potasio, han bajado respecto a las uvas sin tratar.
• También cabe resaltar que las uvas tratadas han mostrado un mayor nivel de antocianos.
• En cuanto a los vinos finalmente elaborados, la intensidad de color en los tratados con Fruitel 180 ha sido ligeramente superior, y con un grado alcohólico más bajo.
• Desde el punto de vista organoléptico, el vino procedente de uvas tratadas ha mostrado una mejor valoración en la fase olfativa, con una mayor presencia de los aromas afrutados.
• A nivel gustativo, los vinos no tratados han dado sensaciones de mayor astringencia y persistencia en boca, lo cual se relaciona con su mayor grado alcohólico.

En este primer año de estudio permite concluir que el tratamiento con Fruitel 180 en la fase del envero, ha estimulado la biosíntesis de antocianos en la uva, y ha retrasado la acumulación de azúcares en la baya, lo que se considera positivo para la calidad de los vinos, acercando la maduración tecnológica y fenólica de la uva. Por lo tanto, Fruitel 180 puede suponer una nueva herramienta para ajustar los desequilibrios que se producen en el proceso de maduración, que dificulta la identificación de la fecha de vendimia adecuada.
Este estudio ha sido realizado por:
– Dra. Rosa López Martín, investigadora de la Sección de Viticultura y Enología del CIDA de La Rioja (Instituto de Ciencias de la Vid y del Vino).
– Dra. Pilar Santamaría Aquilué, investigadora de la Sección de Viticultura y Enología del CIDA de La Rioja (Instituto de Ciencias de la Vid y del Vino).