Momentos de consumo “on the go” y bebidas «ready to drink», el tipo de consumidor está cambiando; y con él los nuevos hábitos de ocio que impulsan hacia envases más ligeros y cómodos de llevar. Así, la encuesta realizada por Ball, el mayor productor de latas de bebida del mundo ha desvelado que en España, el 66% de los encuestados afirma que ha probado o que tiene intención de probar vinos en lata, aunque las cifras varían en función de la edad. El vino tinto es el favorito de los millennials españoles para consumir en lata, frente a otros mercados como Reino Unido, Chile o Francia, que prefieren los espumosos.
El perfil del consumidor de bebidas está cambiando. Sus compras no obedecen solo a impulsos o a costumbres y, en los últimos años, existe una mayor concienciación en torno a la sostenibilidad: queremos saber qué compramos, qué beneficios nos aporta, si responde o no a nuestras necesidades y a nuestro estilo de vida. En este análisis se muestra la percepción de los vinos en lata, cuyo consumo comienza a incrementarse.
Además, con la pandemia nuestro estilo de vida ha cambiado radicalmente, por lo que las bebidas que nos acompañan tienen que hacerlo en un formato fácil y cómodo. Ejemplo de ello es la popularidad que está experimentando el vino en lata y es que parece que la tendencia está aterrizando en nuestro país, especialmente entre los millennials. Tres de cuatro millennials españoles (76%) señalan que han probado o tienen intención de probar en el próximo año vinos en lata, diez puntos por encima de la media nacional, que se sitúa en un 66%.
Esta es una de las conclusiones de una encuesta realizada por Ball, el mayor productor de latas de bebida del mundo, para conocer la opinión de la población sobre este producto en distintos países.
El interés por el vino en lata, una cuestión de edad
El interés por el vino en lata varía en función de la edad. De hecho, la conocida como Generación X (45-54 años, aproximadamente) se muestra abierto a probar esta categoría de bebidas (69%), al igual que la población más joven perteneciente a la denominada Generación Z (67%).
El estudio sobre los vinos en lata, que se ha realizado en seis países, muestra que esta tendencia es similar en casi todos los mercados. Por ejemplo, en Estados Unidos, son también los millennials los más abiertos a probar vino en lata (75%), mientras en Chile el porcentaje de millennials que simpatizan con esta categoría asciende al 80%. Por el contrario, en Francia -otro país tradicionalmente vinícola como España y Chile-, la cifra disminuye hasta el 43%.
El tipo de vino favorito para beber en lata
Otro de los aspectos que analiza el estudio es la tipología de vino favorita por los encuestados para envasar en lata. Para los millennials españoles, el tinto es el más elegido (51%), seguido por el blanco (46%) y los espumosos (32%). Aquí también se aprecian diferencias entre los gustos de los millennials españoles y los de otros países, que señalan el vino espumoso como el más adecuado para envasar en lata, a excepción de Estados Unidos, que también se decanta por el tinto.
Un envase reciclable
“Nos encontramos en un momento en el que los consumidores no solo se preocupan por la calidad del producto que compran, sino también por el proceso de elaboración del mismo, así como por la sostenibilidad y reciclabilidad del envase que lo contiene. En este sentido, la lata de aluminio puede reciclarse infinitamente sin perder calidad en el proceso y ello con independencia del tamaño, diseño o color del envase. Además, su peso se ha reducido un 35% desde los años 80, lo que la convierte en el envase perfecto para esos momentos de consumo “on the go”, en la playa, el campo o la piscina, al tiempo que contribuye a fortalecer la tendencia “ready to drink” que viene revolucionando el mercado de los espirituosos a nivel internacional”, afirma Myriam Galmés, Commercial Manager de Ball para el Sur de Europa.
Democratizar el consumo de vino
“La opción de que las bodegas hagan mucho más accesible el vino a los consumidores a través de nuevos formatos y packagings me parece un acierto para democratizar el consumo de esta bebida en múltiples actividades en las que, hasta entonces, esta bebida no tenía ninguna oportunidad. Por ejemplo, si se va a hacer un picnic en primavera o verano se puede completar la experiencia y disfrutar de la naturaleza con un vino joven con un toque fresco para combatir el calor. Por el contrario, si el usuario apuesta por un festival y la opción número uno es el vino, la lata también puede ser un buen formato para conservar los tintos y blancos más jóvenes», comenta Pilar Oltra, sumiller y CEO de Vinology y espacio La Parra.
«Sin lugar a duda, el vino es una bebida que crea curiosidad, y cada vez son más los consumidores que están apostando por él como primera opción. En este sentido, creo que todo aquello que ayude a llevar la cultura del vino a nuevos públicos y diferentes entornos que antes eran más complicados de ocupar es todo un beneficio, no solo para las bodegas, sino también para los consumidores”; concluye Pilar Oltra.