Josep Grau ha recuperado un viñedo centenario en el Priorat, «El Pas de l’Estudiant». Este paraje único, con más de 150 años de historia, da nombre a su vino y se encuentra situado en un anfiteatro natural donde se trabaja con técnicas tradicionales.
En 2003, Josep Grau se asentó en Capçanes porque sintió el impulso de volver a sus orígenes desde que descubrió su pasión por el vino. En este municipio fue donde adquirió su primera viña para elaborar vinos amparados en la D.O. Montsant. Veintiún años después, sigue atesorando y recuperando viñedos únicos en Montsant y también elaborando vinos en la D.O.Ca. Priorat. Así Josep Grau Viticultor es el gran proyecto de vida de Josep Grau, donde busca elaborar vinos auténticos y con muy poca intervención, sin artificios, que respeten el lenguaje natural de la viña.
Entre los vinos con los que recupera el patrimonio vitivinícola de la D.O. Montsant está El Pas de l’Estudiant, que, según palabras de Josep Grau, es fruto de “un paraje de gran belleza, además de ser uno de los más impactantes del Priorat”. El nombre del viñedo, que también da nombre al vino, tiene su origen en el camino que lo cruza por su parte superior: un recorrido que hacía a diario a pie un niño de la Sierra de Almos hasta Capçanes para ir a la escuela, a más de cinco kilómetros.
Un viñedo de más de 150 años
Según la documentación encontrada por Josep Grau, la historia de este viñedo se remonta a hace 150 años, pero tras el estudio de sus bancales se ha podido determinar que posiblemente ya fuera un viñedo mucho antes.
Este viñedo es un monumental anfiteatro orientado al norte, a más de 320 metros de altitud, situado en una pendiente, trabajado con bancales viejos de piedra seca y con un suelo óptimo para la viña. Se encuentra rodeado por un camino de herradura antigua y la delimitan viejos riegos que hacen que las lluvias violentas no erosionen el terreño. Una verdadera muestra de agricultura vernácula.
En la parte inferior se cultiva garnacha peluda y en la zona más alta, cariñena. Gracias a su orientación recibe una mayor exposición a la luz solar y su ubicación permite beneficiarse de la influencia mediterránea. Olivos, almendros y robles completan este maravilloso paisaje que ejemplifica la riqueza de la vieja tierra del Priorato.
Las viñas que se encuentran en la finca fueron plantadas en 1947, aunque en la actualidad se encuentra en recuperación, tras cuarenta años de abandono, en los que el bosque ha ido ganando terreno a las viñas. Hace tres años, Grau adquirió los terrenos con la idea de recuperar este paraje, respetando la viña superviviente. El objetivo, declara, es “recuperar el patrimonio perdido de la zona a través de un gran vino”. Este 2024 la bodega ha conseguido los permisos definitivos para terminar de recuperar la viña que había sido invadida por el bosque y empezar los trabajos de recuperación del viñedo.
La nota de cata por Josep Grau
“En la copa, el vino muestra una presencia etérea que nos envuelve y nos llena de aromas, haciendo presente la fruta roja que nos recuerda las pequeñas cerezas del bosque que rodea la bodega”, explicaJosep sobre este vino que ha creado bajo el proyecto de Josep Grau Viticultor.
Y añade: “Poco a poco, el vino crece haciéndose absolutamente grande, con un equilibrio maravilloso. Es un vino puro, limpio y vibrante, que nos mantiene atentos a su evolución en la copa y que despierta admiración en cada minuto que pasa, por su complejidad. En boca, tiene gran profundidad, una cereza final que nos transmite la dimensión de su concentración, llena de finura”, explica Josep sobre este vino que ha creado bajo el proyecto de Josep Grau Viticultor.
El precio por botella es de 38 euros.