Viticultores comprometidos con la defensa de la identidad de su territorio y que comparten los valores de singularidad, autenticidad y diversidad que enriquecen el mundo del vino se citaron por sexto año en Madrid. El Salón de Vinos Radicales, el encuentro más alternativo del vino español reunió el 10 de febrero a 34 bodegas y contó con la presencia de viticultores de Georgia, país invitado en esta edición. El Premio Radical de Año recayó en la sumiller y viticultora, Lucía Fuentes.
Bodegas y viticultores que priorizan lo local frente a lo global volvieron a reunirse en la sexta edición del Salón de Vinos Radicales, celebrado el pasado 10 de febrero en Madrid. Consolidada ya como la cita imprescindible para conocer la otra cara del vino español, aquella que representan los pequeños viticultores identificados con los valores de singularidad, fidelidad a un paisaje, autenticidad, innovación, pasión, riesgo, inspiración y locura… que determinan la riqueza del vino.
El encuentro de pequeñas bodegas y viticultores tuvo lugar en su escenario habitual (LaSede del COAM, el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid). Este salón se celebra desde 2015, cuando sus organizadores, un grupo de profesionales de la comunicación ligados al mundo del vino reunidos bajo el nombre de Sindicato del Gusto, dieron a conocer el Manifiesto de los Vinos Radicales. Reclamando la atención sobre el trabajo de los «últimos mohicanos de la viticultura«, aquellos que «nadan a contracorriente de la globalización del gusto, las imposiciones del mercado y la proliferación de los vinos fotocopia«.
La nueva edición de este salón contó con la participación de 34 bodegas, 32 de ellas procedentes de distintas comarcas vinícolas del territorio español (Méntrida, Madrid, Ribeira Sacra, Rioja, Penedès, Alella, Castilla y León, Manchuela, Mallorca, Cebreros, Islas Baleares, Rías Baixas, Menorca, Castilla-La Mancha, Murcia, Terra Alta, Calatayud, Ribera del Duero, Bizkaiko Txakolina, Sierras de Málaga, Pago Calzadilla, Bierzo, Ribera del Guadiana, Alicante y Sierra Norte de Sevilla), que reflejan la riqueza y diversidad del actual panorama de vinos auténticos este territorio.
Como atractivo especial, se sumó la presencia de Georgia como país invitado, una nación que recientemente se ha revelado como la mismísima cuna de la viticultura mundial, con vestigios sobre el cultivo de la vid que se remontan a 8.000 años atrás, pero cuya producción vinícola contemporánea es prácticamente desconocida fuera de sus fronteras. La representación georgiana, inédita en otros eventos vinícolas de este país, tuvo como protagonistas a las bodegas Itsis Marani y Marani Kolkhi (esta última, proyecto de la Facultad de Viticultura de la Universidad Internacional del Cáucaso).
Como en ediciones anteriores, durante la celebración del Salón se entregó el premio Radical del Año, que en esta ocasión recayó en Lucía Fuentes, por su original duplicidad en su desempeño como sumiller del restaurante Aponiente (El Puerto de Santamaría) y viticultora en la Tierra de Cádiz. Este galardón se entrega cada año a una personalidad por su actividad en la defensa de los valores de singularidad, autenticidad y diversidad que define el concepto de “vinos radicales”.
La cata inaugural del VI Salón de Vinos Radicales, exclusiva para los medios de comunicación, se centró esta vez en los vinos naranjas. Bajo el cartel de «Georgia y el origen de los vinos naranjas«, Santi Rivas –winestar, líder del Colectivo Decantado y comunicador del vino–y Federico Oldenburg –escritor vinícola, miembro del Sindicato del Gusto e impulsor del Salón de Vinos Radicales– guiaron a los presentes en la cata de siete vinos singulares.
El VI Salón de Vinos Radicales contó con la colaboración de Gastroactitud, el portal de información y formación enogastronómica, y de cuatro empresas alimentarias que ofrecieron una degustación de sus productos: conservas seleccionadas de Adolfo Sádaba (Navarra), una selección de panes de Levadura Madre (Madrid), jamón ibérico de Carrasco Ibéricos (Guijuelo) y anguilas de Roset (Delta del Ebro).