A pesar de las dificultades vividas durante este 2020 en todo el sector vitivinícola el vino catalán cierra el año con un buen sabor de boca. Cifras positivas en cuanto al consumo, una cuota de mercado del 41,3% y un incremento en volumen de ventas, beneficiado en parte por la campaña conjunta puesta en marcha por las denominaciones catalanas para promocionar el consumo.
Las denominaciones de origen vinícolas catalanas cierran el año 2020 con cifras positivas por lo que respecta al consumo de sus vinos en Cataluña, y con la satisfacción de haber puesto en marcha la primera campaña conjunta para promocionar el vino catalán con DO.
Pero, pese a eso, el año 2020 será recordado como un año muy difícil para el sector por el grave impacto que ha tenido la Covid-19, especialmente debido al cierre del canal Horeca (que representa aproximadamente el 60% del consumo del vino en Cataluña) y los problemas logísticos a consecuencia de las restricciones impuestas, que impidieron las exportaciones durante semanas.
A los daños económicos se añadieron además las afectaciones a la viña como consecuencia de la virulenta plaga de mildiu que, en algunos casos, hizo perder hasta la mitad de la cosecha.
Ante esta situación adversa, el consumidor ha ayudado a dar un impulso al sector vinícola catalán, que cierra el año con una cuota de mercado del 41,3%, consolidando así la tendencia al alza de los últimos seis años y el crecimiento sostenido tanto en el canal Horeca como en el de la alimentación.
Por lo que respecta al volumen de ventas, el incremento ha sido del 6,64% en el conjunto de los dos canales, pasando de 22.280 miles de litros a los 23.759 de este año, situando así al conjunto de las denominaciones de origen vinícolas catalanas en la primera posición del ranking, según el Informe Nielsen.
Esto en lo que se refiere a Cataluña. Si miramos hacia el exterior, el vino -junto con el cava– ocupan la quinta posición en el ranking de exportaciones por sectores, con una cuota del 4,07%. La pandemia supuso una disminución de las exportaciones del 5,49% en volumen el primer semestre del año respecto al mismo periodo del año 2019, lo que implicó una pérdida de valor del 8,53%.
En esta situación también tiene un papel protagonista la administración Trump que, con su política de aranceles, ha tenido un importante impacto en las exportaciones agroalimentarias catalanas. Entre los productos más tocados, el vino, con una afectación global por un valor total de unos 8,5 millones de euros (4,5 por los aranceles y 4 por la caída en las ventas).
Gaudeix del que és bo, la campaña conjunta de les DO
Frente a todas estas adversidades, las 11 denominaciones de origen vitivinícolas catalanas decidieron unir esfuerzos para promover el consumo de vino catalán con una campaña pionera en el sector bajo el lema Gaudeix del que és bo #ViCatalà (Disfruta de lo bueno).
Desde un inicio, el objetivo de la campaña ha sido el de acercar al consumidor que vive en Cataluña a los vinos catalanes con DO mediante la modernización de la imagen del vino catalán y el acercamiento al consumidor no experto.
La campaña conseguía su momento de máximo esplendor con la difusión de un spot que llegaba a los consumidores a través de la televisión pública de Catalunya, TV3, pero también de La Xarxa de Television Locals y de múltiples plataformas audiovisuales y redes sociales, llegando a un público amplio y diverso que es, en definitiva, el consumidor potencial de los vinos que se hacen en el territorio.
El importante papel de las Denominaciones de Origen
El papel de las 11 Denominaciones de Origen vinícolas catalanas es fundamental para continuar haciendo difusión y divulgación del vino. Su sello es garantía de calidad y origen, así como de estricto control, certificación y trazabilidad de los productos en todas sus fases de producción y elaboración.
Pero, además de la calidad y la trazabilidad, las Denominaciones de Origen, con sus bodegas, viticultores y viticultoras, son una herramienta imprescindible para el equilibrio territorial. Permiten el mantenimiento de la población en el territorio luchando contra la despoblación, dinamizan zonas más desfavorecidas y mantienen nuestro entorno y paisaje mediterráneo.
Su importancia lo es tanto a nivel cualitativo como cuantitativo. No en vano, las 11 DD.OO catalanas reúnen a 10.000 viticultores y viticultoras alrededor de todo el territorio, además de a 853 empresas vinícolas que tienen una facturación anual de 1.600 millones de euros, según la agencia de la Generalitat Catalonia Trade & Investment.
Estas cifras dan una dimensión aproximada de la relevancia del sector vitivinícola en Cataluña, un sector que ha de continuar luchando por ser adalid y punta de lanza de la economía de un territorio en el que el vino con DO comercializa un total de 108.232.994 botellas por un valor de 332.601.929€, tanto en mercados naciones como internacionales, según el último informe elaborado por INCAVI con datos de 2018, y que tiene el reto de continuar aumentando estas cifras durante el 2021 para poner fin a la situación anómala que vive el sector en Cataluña y conseguir así que los vinos de proximidad sean los más consumidos.