La lucha urgente contra la emergencia climática fue el foco de atención de las VIII Jornadas Ambientales, organizadas por la Universitat de Barcelona y Bodegas Torres. ¿Son los impuestos la solución al cambio climático? esta pregunta encontró una respuesta unánime por la docena de expertos nacionales e internacionales que participaron. Todos coincidieron en que el impuesto al carbono es necesario y que los gobiernos deberían comenzar a actuar de forma inmediata.
El impuesto al carbono es una solución eficaz para descarbonizar la economía y frenar el calentamiento global, en esta medida coincidieron los expertos reunidos en las VIII Jornadas Ambientales, organizadas por la Universidad de Barcelona, Familia Torres; bodega muy concienciada con el problema del cambio climático, y el meteorólogo y profesor de la UB Tomàs Molina.
Los asistentes estuvieron de acuerdo en que dicha medida debería implementarse de manera global y coordinada entre todos los países para garantizar su éxito y la aceptación por parte de los ciudadanos. También instaron a los gobiernos a actuar de inmediato, ya que en la actual situación de emergencia climática ya no caben excusas.
Estas son las principales conclusiones del encuentro que tuvo lugar en el Edificio Histórico de la Universidad de Barcelona el pasado 5 de junio, bajo el lema «¿Son los impuestos la solución al cambio climático?«, en el que participaron una docena de expertos nacionales e internacionales y al que asistieron unas 200 personas.
¿Qué opinan los expertos nacionales e internacionales?
La inauguración corrió a cargo del consejero de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat de Cataluña, Damià Calvet; del presidente de Familia Torres, Miguel A. Torres, y del vicerrector de Doctorado y Promoción de la Investigación de la Universitat de Barcelona, Francesc Xavier Roigé, quien definió el cambio climático como «el mayor desafío de nuestra historia».
Miguel A. Torres apuntó que «los políticos deben ser conscientes de la extrema gravedad del cambio climático»y criticó que actualmente haya más subvenciones al petróleo que a las renovables. «Es un problema de todos y cada uno de nosotros debemos hacer algo para descarbonizar la economía«, sentenció.
Damià Calvet defendió la fiscalidad al carbono, a pesar de las dificultades con las que se está encontrando. «Hay que recaudar de manera más eficiente para dar las señales correctas e invertir en energías bajas en carbono«, señaló. Calvet destacó la declaración de emergencia climática impulsada desde la Generalitat, que demuestra la preocupación del Gobierno en esta materia «esto debe llevarnos a ser más conscientes y revisar los instrumentos previstos con mayor celeridad«, comentó.
Maite Vilalta, vicerrectora de Igualdad y Acción Social de la UB, fue la encargada de abordar el tema de los impuestos desde el punto de vista académico, entendiendo los gravámenes climáticos como «mecanismos para penalizar o castigar bienes con externalidades negativas. Son impuestos correctores de conductas, sin ánimo recaudatorio«, pero alertó de que este tipo de impuestos son costosos de gestionar y administrar y que los gobiernos disponen también de otros instrumentos para regular el mercado.
Jeroen van den Berg, profesor de investigación del ICREA en el ICTA-UAB y catedrático de Economía Ambiental en la Universidad Libre de Ámsterdam, aseguró que hay miedo y resistencia por parte de los gobiernos, reticentes a implementar medidas que podrían afectar negativamente a la competitividad de las empresas. El profesor aseguró que no se solucionará la emergencia climática sin una política armonizada que implique a todos los países e incluya impuestos al carbono.
Emilio de las Heras, experto en financiación internacional y autor del blog Cambio Climático y Economía del diario Expansión, indicó que «España necesita una ley ambiciosa de fiscalidad climática«, con un cargo al carbono de forma progresiva, que se internalice y se implemente a perpetuidad.
Gemma Barricarte, portavoz de Fridays for Future Barcelona, se lamentó de la inacción de los gobiernos y los ciudadanos a la hora de frenar el desastre climático. «La continuidad de la vida en el planeta tal como la conocemos está al borde del abismo«, aseguró, e indicó que la reducción de emisiones es la única vía posible «para asegurarnos un futuro».
Caso ejemplar de Canadá: la cuantía del impuesto se establece en función de la cantidad de carbono de los combustibles fósiles. Este impuesto repercute en los consumidores, pero éstos reciben del gobierno un reembolso para costear su factura energética
Dave Sawyer, economista jefe del Instituto para el Clima y el Desarrollo Limpio de Canadá, expuso el caso ejemplar de Canadá con el impuesto al carbono, destacando la coordinación entre el gobierno federal y los gobiernos provinciales para establecer los objetivos y políticas adaptadas a las necesidades de cada lugar.
Según Sawyer, la cuantía del impuesto se establece en función de la cantidad de carbono de los combustibles fósiles. Este impuesto, que lo pagan los distribuidores, repercute en los consumidores, pero éstos reciben del gobierno un reembolso para costear su factura energética. El economista aseguró que estas medidas tendrían un coste más asequible si se implementaran de forma global, alineando costes y consiguiendo una regulación climática cohesionada.
El periodista Josep Cabayol, moderador de la mesa redonda, enfocó la emergencia climática desde un punto de vista humano «según la OMS, 800.000 personas sufren una muerte prematura por las malas condiciones del aire en Europa«, dijo, y manifestó sus dudas sobre la posibilidad de resolver la emergencia climática con el sistema capitalista actual.
Javier Martin-Vide, catedrático de Geografía Física de la UB, repasó los efectos del cambio climático con casos reales, como la aceleración de diecinueve días en la floración del olivo en contraste con el siglo pasado.
Por su parte, Enric Tello, catedrático de Historia e Instituciones Económicas de la UB, puso el foco en la congruencia del mensaje que proyectan los medios de comunicación y el mercado «se tiene que conseguir que el mensaje sea congruente en todas sus dimensiones«, aseguró.
Aida Vila, responsable de proyectos de Integrity en Greenpeace Internacional, argumentó que parte de la problemática es del sistema, que hace que se asocie la búsqueda de la felicidad con el crecimiento personal y colectivo, y afirmó que «vivimos en un sistema que nos desconecta del medio ambiente«. Vila recordó que la ciudadanía tiene el poder para votar a aquellos políticos que se comprometan a actuar.
Laura Rahola, responsable de prensa de la Representación de la Comisión Europea en Barcelona, expuso las conclusiones de la jornada, en las que aseguró que «tenemos los instrumentos y los estudios necesarios para que nuestros gobiernos actúen, con acciones coordinadas y con un gravamen al carbono que implique la devolución de las recaudaciones a la ciudadanía, ya que el aumento de precio podría ser la solución para cambiar los hábitos de consumo«. Según Rahola, las reticencias de los gobernantes podrían desaparecer si los técnicos les muestran que la solución es numéricamente factible.
El meteorólogo Albert Barniol, conductor de la jornada, la concluyó señalando que los medios de comunicación tienen el compromiso de informar sobre esta problemática.
Amplíe la información sobre cada ponencia en el siguiente enlace
VI Premio Torres & Earth a la Innovación Ambiental
En el marco de las Jornadas Ambientales, se entregó el VI Premio Torres & Earth a la Innovación Ambiental, que recayó en el estudio «Potabilització de l’aigua i gestió de residus de Madina Souane«, de los estudiantes de Ciencias Ambientales de la UB David Asensio, Gemma Bargalló, Lucia Blanc y Mar Pradell.
Este reconocimiento tiene el objetivo de dar a conocer y premiar los proyectos, experiencias e iniciativas de los estudiantes y grupos científicos que actúan a favor de la preservación del medio ambiente. En esta edición del certamen se presentaron ocho trabajos, que fueron expuestos durante el congreso y votados por los asistentes y el comité científico de las Jornadas Ambientales.