Julio Faustino Martínez, ha fallecido el 30 de octubre en Pamplona a la edad de 87 años, después de una larga enfermedad. Hijo único del bodeguero Faustino Martínez tomó el testigo de su padre en 1953 y fue el promotor de la internacionalización de la compañía, bajo la marca Faustino.
Grupo Faustino ha dado a conocer en un comunicado el fallecimiento del alma máter de la firma bodeguera, Julio Faustino Martínez.Don Julio, como era conocido, nació en Oyón, el 1 de octubre de 1933, hijo único del bodeguero Faustino Martínez. De su mano conoció viñas, uvas y vinos, secretos, pasiones y esperanzas que convirtió en su modo de vida.
En 1957, ya casado con María Pilar Zabala, según decía él “su gran talismán junto con su padre” toma las riendas del negocio familiar Bodegas Faustino Martínez y en 1960 comienza su andadura en exportación amparado en la hoy conocida marca Faustino.
Desde el grupo bodeguero detallan que «cincuenta años después Faustino I está presente en más de 140 países y es el Gran Reserva de Rioja más vendido en el mundo».
En el comunicado señalan que «con su dedicación y esfuerzo consolidó Bodegas Faustino como una empresa líder del sector del vino en nuestro país siendo hoy una gran bodega de Rioja».
Hombre audaz y emprendedor, “y poco ahorrador” según él, no tuvo reparos en montar modernas bodegas de elaboración y, sobre todo, dedicó un capital importante a la compra de viñedo, garante de la calidad de los vinos como le enseñó su padre Don Faustino. Grupo Faustino es hoy uno de los mayores propietarios de viñedo en Rioja.
En paralelo Don Julio adopta un dinámico perfil institucional y promueve el acuerdo de Rioja para la supresión de la comercialización en exportación de graneles, todo un triunfo de la calidad y el prestigio para la Denominación Rioja y defiende el papel del Consejo como órgano regulador de la calidad.
Y ya acompañado de sus hijos en la gestión, en 1990 concluye su gran sueño, Bodegas Campillo, en Laguardia todo un hito arquitectónico del momento y precursora del enoturismo en La Rioja. Convencido de que el futuro de su empresa dado el acento internacional de sus clientes es formar un grupo diversificado, Grupo Faustino, después de Bodegas Marqués de Vitoria en Rioja, se adentra en otras denominaciones siempre en el mismo orden, compra de viñedo y construcción de la bodega.
Llegan así Bodegas Leganza y Finca Los Trenzones, en la DO La Mancha, Bodegas Valcarlos en Navarra en 2001, y por último, Bodegas Portia, en Ribera de Duero, diseñada por Foster&Partners, su agradecimiento a todo lo que el sector le ha dado.
Desde Grupo Faustino resaltan su carácter curioso, poco hablador, según él “pierdo mucho tiempo pensando”. Añaden que «se rodeaba del mejor equipo, viajero y trabajador incansable; todo esto unido a su visión global del negocio, fueron los ingredientes de una fórmula que le llevó a crear uno de los mayores grupos bodegueros de España y una de las marcas más reconocidas a nivel mundial».
Ensalzan su figura como «hombre innovador y valiente, con una gran capacidad de trabajo y cuyo resultado fue el éxito y reconocimiento general en el mundo bodeguero y empresarial. El mundo del vino siempre lo tendrá presente. Y no nos olvidemos, un gran catador, no olvidaba tan fácil las características de los vinos que señalaba como elegidos. Le gustaban los “vinos señoritos”, elegantes, finos y con aroma, vinos sin aristas. Esa era su premisa para definir un gran vino».
Otro de los aspectos que mencionan es su faceta empresarial, como consejero en varias empresas y bancos como Bankoa.
Hace unos años, en una entrevista concedida a una publicación del sector, reflexionaba sobre su vida y declaraba: “Creo que el balance es positivo. He hecho todo lo que he ido pensando, poco a poco, con mucho trabajo y superando riesgos día a día; preservando por encima de todo el carácter familiar de la bodega. Desde los 14 años mi vida ha sido el vino, y ahora ya es tiempo de darle el relevo a mis hijos, ahora les toca a ellos y yo me dedicaré a vivir un poco más”.