Según el balance auditado de 2020, Familia Torres ya ha reducido un 34% su huella de carbono en relación con 2008. Ahora la bodega da un paso más y anuncia su intención de aumentar su objetivo de reducción de emisiones de CO2 a mínimo el 60% en 2030. Pero sus esfuerzos no se quedan ahí, sino que lleva a cabo proyectos para absorber CO2 de la atmósfera, entre ellos: la reforestación en la Patagonia chilena y la viticultura regenerativa.
Familia Torres revisa al alza su objetivo de reducción de emisiones de CO2 por botella para 2030 y lo fija en el 60% como mínimo con respecto al 2008, con la voluntad de alcanzar el 70% gracias al proyecto de reforestación de la Patagonia chilena. La bodega redobla así su compromiso ambiental para contribuir a mitigar la crisis climática y encaminarse hacia la neutralidad de emisiones antes del 2040.
Según el balance auditado de la huella de carbono correspondiente al año 2020, Familia Torres ya ha reducido el 34% de sus emisiones de CO2 por botella en todo su alcance, que contempla tanto las emisiones directas como las indirectas generadas en el cultivo de la uva, la producción del vino y el envasado, la distribución, el consumo y los residuos generados tras el consumo.
Los factores que más han contribuido a esta reducción de emisiones han sido el incremento de energías renovables por parte de la bodega y de sus proveedores – Familia Torres produce en la actualidad el 30% de la energía que consume en su bodega de Pacs del Penedès–; el mayor aprovechamiento de la caldera de biomasa instalada en esta bodega, que le ha permitido suprimir prácticamente todo el consumo de gas natural; la aplicación de medidas de eficiencia energética en todas sus instalaciones, o la implantación del teletrabajo y consiguiente disminución de los desplazamientos y de los viajes comerciales, una tendencia que posiblemente se mantendrá una vez superada la pandemia.
Según Miguel A. Torres, presidente de Familia Torres: “Aun siendo un año anómalo debido a las restricciones impuestas por la pandemia, hemos continuado esforzándonos no solo por reducir nuestras emisiones de CO2 sino por absorber CO2 de la atmósfera mediante la reforestación. También hemos iniciado un proyecto de viticultura regenerativa con el fin de incorporar carbono al suelo y de que esto contribuya con un 2 o 3% a la reducción de nuestras emisiones”.
El programa Torres & Earth, que impulsó Miguel A. Torres en 2008 con el compromiso de destinar cada año el 11% de los beneficios, se articula en tres pilares: reducir las emisiones, adaptarse a la nueva realidad climática e influenciar al sector con iniciativas como la asociación International Wineries for Climate Action (IWCA), cofundada por Familia Torres y Jackson Family Wines de California para impulsar la descarbonización del sector a nivel mundial.
IWCA se ha convertido en la primera organización agroalimentaria en ser admitida a la campaña Race to Zero de las Naciones Unidas y ya cuenta con 10 nuevos miembros entre los cuales hay 2 bodegas españolas: Alma Carraovejas y Bodega Emina de las Bodegas Familiares Matarromera.
Para reducir sus emisiones, Familia Torres fomenta las energías renovables, la movilidad sostenible y la eficiencia energética, y colabora estrechamente con sus proveedores para disminuir el peso de las botellas y el uso de otros materiales auxiliares con el fin de que las emisiones traspasadas sean menores. Desde hace unos años la bodega también invierte en la investigación y desarrollo de soluciones para capturar el CO2 de la fermentación y darle un uso alternativo; su prioridad es reutilizarlo en la propia bodega como gas inerte dentro de los depósitos, una vez terminada la fermentación, para evitar la oxidación del vino.
Reforestación y viticultura regenerativa
En paralelo a los esfuerzos por reducir la huella de carbono, Familia Torres contribuye a absorber CO2 de la atmósfera para compensar con recursos propios sus emisiones a través de dos actuaciones clave centradas en la regeneración de tierras: por un lado, la reforestación –en la Patagonia chilena, Familia Torres ha plantado 80.000 árboles de pino ponderosa en un superficie de 70 hectáreas, con el objetivo de plantar 2 millones de árboles en diez años– y por otro, la viticultura regenerativa que permitirá que el suelo, además de estar más sano, con mayor microbiodiversidad y capacidad de retención de agua, acumule más carbono en su interior –obtenido a partir del CO2 del aire–, contribuyendo a reducir los niveles de este gas de efecto invernadero de la atmósfera (troposfera).
Entre las actuaciones medioambientales que llevará a cabo Familia Torres este 2021, destaca la incorporación del primer tractor eléctrico para vendimiar sus fincas del Penedès con la intención de substituir paulatinamente toda la flota. Marimar Estate, la bodega que regentan Marimar y Cristina Torres en California, también incorporará este año un tractor eléctrico y autónomo para viticultura de la marca Monarch, fabricado en Estados Unidos, después de haber realizado un ensayo en su viñedo el pasado mes de mayo.