El 42° Congreso Mundial de la Viña y el Vino que organiza la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) se realizará en Ginebra (Suiza), del 15 al 19 julio de 2019. Este evento es un «dos en uno», por una parte se lleva a cabo el congreso y por otra se celebra la asamblea general de OIV.

El 42° Congreso Mundial de la Viña y del Vino de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) abordará las cuestiones relativas a la sostenibilidad a través del tema: “Preservar e innovar: expectativas ambientales, económicas y sociales”. Del 15 al 19 de julio de 2019, Suiza será sede de este evento, así como de la asamblea general de la OIV.

Como una novedad adicional al Congreso, la sesión de apertura común del lunes 15 de julio de 2019 será gratuita y estará abierta al público en general. Especialistas internacionales harán sus aportaciones en el contexto de la producción sostenible. Este asunto se abordará desde el punto de vista de la producción, pero también desde la perspectiva de la percepción de los consumidores.
La apertura brindará una perspectiva científica sobre la evolución de los últimos 30 años y desenredará los temores de los consumidores con el fin de responder mejor a sus expectativas.

El congreso, una puesta al día sobre la actualidad vitivinícola

El mundo del vino se enfrenta a numerosos problemas, como el cambio climático o las percepciones y expectativas cambiantes de los consumidores. El congreso anual de la Organización de la Viña y el Vino (OIV) es una oportunidad excepcional para analizar, comprender y debatir sobre esos temas con 600 expertos internacionales participantes en la vanguardia de su campo de investigación en viticultura, enología o en la economía del vino.
La gran cantidad de presentaciones presentadas enfatiza el gran interés por esta reunión única. En total se han recibido 373 presentaciones orales y pósters, por lo que estas propuestas sitúan a esta edición suiza del Congreso en la 4ª posición en cuanto al número de presentaciones de los últimos diez años de reuniones de la OIV.
Los órganos de gobierno de la OIV en París seleccionaron en total 348 comunicaciones para el congreso, bajo diferentes formatos que han resultado ser 95 presentaciones orales, 102 comunicaciones breves y 151 carteles de colaboradores de 42 países, entre ellos Francia, Italia, España, Brasil y Suiza, Japón y Nepal.

Un congreso y una asamblea anuales

Cada año, un congreso mundial de viña y vino y una asamblea general de OIV tienen lugar en uno de los estados miembros, donde se reúnen los más grandes expertos en este campo. La primera edición del Congreso se celebró en 1928 en Francia. Suiza, miembro de OIV desde 1934, la ha acogido dos veces: en 1935 en Lausana, luego 42 años más tarde, en 1977 en Nyon, coincidiendo con una edición de la fiesta de los viticultores (fete des vignerons). La última edición se realizó en Uruguay, donde el anterior director general de la OIV, Jean-Marie Aurand, hizo una interesante exposición sobre las tendencias del vino en el mundo que publicamos en Tecnovino.
El director general, Pau Roca y la presidenta, Regina Vanderlinde tuvieron reuniones de trabajo para lanzar las primeras etapas logísticas y visitar el Centro Internacional de Conferencias de Ginebra (CICG) que acogerá a los expertos y delegados que participarán en el 42° Congreso de la OIV. Fueron acogidos por el comité de organización suizo, entre ellos la presidenta Simone de Montmollin, el vice-presidente Dominique Maigre, el presidente del comité científico François Murisier, y el jefe de la delegación suiza de la OIV Pierre Schauenberg.
 

Suiza, a la vanguardia de la producción sostenible

Desde la organización en Suiza del 42 ° Congreso Mundial de la OIV señalan que el país está preparado para albergarlo y que representa una oportunidad para destacar su papel histórico e innovador en la sostenibilidad de la producción de vino, un tema que interesa a la comunidad científica internacional y está captando cada vez más la atención pública. Tanto en la implementación de nuevas prácticas de cultivo más respetuosas con el medio ambiente y a través del desarrollo de variedades de vid interespecíficas con resistencia natural a las enfermedades de la vid, indican que Suiza lleva más de medio siglo contribuyendo a este tipo de trabajo pionero.