Valdemonjas es una bodega sostenible, está pensada para ser autosuficiente y este es uno de los principios que ha marcado su arquitectura y diseño. Se encuentra en el término municipal de Quintanilla de Arriba (Valladolid) y la han proyectado las arquitectas Ana Agag y Silvia Paredes, formadas en los estudios de Foster&Partners. Es el único proyecto español finalista en los premios de arquitectura «Architizer A+» (EE. UU.) y opta a dos premios: uno dependiente del jurado y el otro, de la votación del público.
Ana Agag y Silvia Paredes, formadas en los estudios de Foster&Partners, son las autoras del proyecto de arquitectura de la bodega Valdemonjas. “Es una bodega familiar, pensada y realizada desde el cariño, el respeto y la pasión por el terruño, la uva y el vino. Asimismo, uno de nuestros objetivos principales era la integración del paisaje existente”, destacan las arquitectas.
Desde el punto de vista técnico, el edificio tenía que cumplir los siguientes criterios: requisitos técnicos al servicio del proceso de elaboración del vino; un compromiso de sostenibilidad y una fuerte imagen de marca, acorde con los tiempos actuales.
Valdemonjas SL es un proyecto de la familia Moyano-Agüera que afirman que su punto de partida es el terruño, ya que apuestan «por una viticultura paciente y sostenible – ecológica, por el trabajo respetuoso con la planta y su terruño».
Una bodega autosuficiente y sostenible
El punto de partida es que la bodega ha sido diseñada de forma autosuficiente. Es totalmente autónoma, ya que uno de los requerimientos de la propiedad fue que no estuviera conectada ni a la red de agua ni a la de electricidad. “El aprovechamiento sostenible del agua ha sido una de nuestras preocupaciones desde el comienzo. Por eso se ha diseñado una cubierta inclinada que nos diera la posibilidad de recoger el agua de lluvia en unos aljibes subterráneos. También hemos diseñado un sistema eficiente de filtrado y tratamiento de agua, para que se pueda utilizar”, especifica Silvia Paredes.
Las necesidades energéticas de la bodega se cubren con sistemas de generación independientes, de la red. Los paneles fotovoltaicos se han integrado en la cubierta del edificio de tal forma que, a la vez que captan la energía solar, sirven para dar sombra a la zona de entrada y recepción de uva. También se utilizarán sistemas pasivos de control solar en la fachada oeste, así como ventilación natural de los espacios, que permitirá prescindir de sistemas de aire acondicionado, que originan un enorme gasto energético.
Según explica Ana Agag, “el mejor vino se consigue partiendo de la mejor calidad de la uva en el momento de la recogida. De este modo, es necesario conseguir que los procesos de elaboración apenas resten calidad al fruto”. Para ello se basan en unos principios básicos. En primer lugar, la recogida y selección de uva se hace de forma manual y no mecanizada para no realizar presión sobre el fruto. En segundo lugar, el recorrido de la uva desde la recogida hasta la zona de elaboración es el menor posible, ya que la bodega se sitúa en el mismo viñedo. Por último, el transporte por gravedad de la uva sin bombeo con motor, de forma que el preciado fruto sufra lo menos posible. Por ello, era necesario que la bodega estuviera distribuida en dos plantas, una superior para entrada y recepción de uva y otra inferior, “el lagar”, para la elaboración y fermentaciones.
Valdemonjas, finalista en los premios «Architizer A+» de arquitectura (EE. UU.)
La bodega Valdemonjas de la D.O. Ribera del Duero, ubicada en el término municipal de Quintanilla de Arriba (Valladolid) es finalista en los premios «Architizer A+» de arquitectura (EE. UU.), que se escogen entre las mejores muestras arquitectónicas mundiales, en más de 115 categorías. Los premios «Architizer A+», también conocidos como “los Óscar de la arquitectura” han recibido proyectos de más de 100 países.
Como David frente a Goliat, Valdemonjas es finalista en la categoría Comercial / Factory Warehouse. Compite con cuatro grandes proyectos provenientes de: China, Eslovenia, Tailandia y Suiza. Valdemonjas es el único proyecto finalista español. La bodega opta a dos premios: uno dependiente del jurado y el otro, de la votación del público. Los ganadores serán anunciados el día 12 de abril y reconocidos en la Gala de los premios A+ que se celebrarán en mayo en Nueva York. La candidatura de Valdemonjas se puede votar hasta el próximo día 1 de abril a través de la web de los premios: http://awards.architizer.com/public/voting/?cid=18
El edificio, su diseño y el trabajo en la bodega
Respecto al edificio, el proyecto ha tenido en cuenta que el trabajo diario de bodega se centra en una única planta, con una nave central en eje este-oeste que sirve para la elaboración del vino, fermentaciones y como espacio polivalente para distintas funciones: lavado de barricas, embotellado o etiquetado. Dicha nave central sirve como corazón a la bodega, siendo el centro de todos los movimientos del vino.
La entrada de uva se realiza por el este a una planta superior directamente conectada con la nave de elaboración por un espacio a doble altura. La salida del producto terminado se hace por el oeste a través de un vestíbulo térmico que abre a la misma nave de elaboración, quedando así la salida de producto terminado en una situación muy próxima al acceso rodado existente. A los costados de la nave central se encuentran las naves durmientes: hacia el sur, la nave de crianza en barricas y hacia el norte, la nave de crianza en botellas, ambas aprovechan la topografía del terreno. El arco de la bóveda, fabricado en ladrillo, permite unas condiciones de temperatura y humedad naturales, óptimas para la crianza del vino en barrica.
La planta superior de la bodega, de escaso tamaño, quiere ser la tarjeta de visita de Valdemonjas expresando claramente los valores que imperan en el proyecto. Se trata de dos bloques de importancia representativa para la bodega: uno dedicado al inicio del proceso como es la recepción y entrada de uva. Dicho bloque emerge de la tierra, ya que supone la bajada de la uva a la zona de elaboración. El otro, dedicado al final del proceso: la degustación del vino. Éste último adquiere mayor presencia y está más orientado a la degustación y los placeres que la acompañan: con gran aporte de luz natural, mejores vistas, conexión directa a la bodega de crianza, la enoteca y el lagar.
Ambos bloques quedan englobados por una cubierta, que tiene la función de cobijar el espacio de llegada de uva y que se inclina para favorecer la recogida de agua, que se materializa en un aljibe contiguo a la bodega, con capacidad para cubrir sus necesidades de agua. Además, en este espacio se han integrado los paneles fotovoltaicos que son el pulmón energético del proyecto.
“Queríamos transmitir una imagen de bodega pequeña, eficiente y potente a la vez que arriesgada, muy acorde con los principios que rigen Valdemonjas; pensamos que el diseño de un edificio compacto, semienterrado, que surge del terreno, como si fuera una escultura, ayuda a reforzar la imagen de una nueva marca de vino Ribera del Duero, cuya calidad ya se ha reconocido internacionalmente en países como Suiza, Dinamarca, México, Bélgica o Australia”, concluyen.
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