La Conselleria de Agricultura de la Comunitat Valenciana apuesta por la técnica de la confusión sexual para combatir la polilla del racimo. Para ello, destinará 2,5 millones de euros durante los próximos dos años. El presidente de la DO Valencia, Salvador Manjón, ha subrayado la importancia de este sistema, que señalan influye directamente en la calidad y valor del vino.
Vicente Badía, técnico del Servicio Sanidad Vegetal de la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica, ha explicado la línea de ayudas para los dos próximos años, confirmando una línea de ayudas por valor de 2,5 millones de euros por parte de la Conselleria. Asimismo, Badía ha hecho hincapié en el plazo para solicitar estas ayudas, que finalizan el próximo 21 de enero de 2022 y ha explicado el procedimiento para la tramitación de estas ayudas, asegurando que la Conselleria asume un 50 por ciento, “siempre que haya un compromiso por parte del viticultor de hacerse cargo del 50 por ciento restante, aplicando siempre este sistema de confusión sexual en su explotación, y utilizando cualquiera de los difusores que están registrados en el mercado”.
Sobre la apuesta por la técnica de confusión sexual, Badía la define como “la solución con mayúscula a la polilla del racimo, porque es eficaz, ya que se consigue una reducción muy importante del uso de insecticidas. Por ello, desde la Conselleria y en nuestro compromiso por la Sostenibilidad e Innovación, tenemos que apostar por este tipo de sistemas, y la mejor forma de hacerlo es a través de la feromonas”.
En la actualidad, la Comunidad Valenciana tiene más de 60.000 hectáreas de viñedo, entre uva de vinificación y uva de mesa, y únicamente en unas de 10.000 hectáreas se está aplicado la confusión sexual por parte de los viticultores.
Bajo este marco, el técnico de la Conselleria explica que “quedan todavía unas 50.000 hectáreas en las que se puede aplicar esta tecnología. Desde 2016 la progresión ha sido muy importante, pero ha costado mucho esfuerzo que el viticultor se dé cuenta de que este tratamiento es eficaz y necesario para aportar una mayor calidad al vino. Estamos en un mercado en el que el nivel de exigencia es cada vez mayor. Por ello, si queremos competir hay que apostar por una mayor calidad. La plaga clave en el viñedo es la polilla, y esta tecnología tiene grandes beneficios para el viticultor”.
Por su parte, Salvador Manjón, presidente de la DO Valencia, sede donde se ha realizado la jornada formativa, destaca que “además de ser un tema que apuesta por la sostenibilidad, hablamos de una cuestión de gran importancia, que influye directamente en la calidad y valor del vino”.
Técnica de confusión sexual: un camino hacia la sostenibilidad de los viñedos
La técnica de confusión sexual se inició hace 50 años y a finales de los 90 la firma Suterra fue pionera en lanzar al mercado un sistema en aerosol denominado Puffer. La tecnología Puffer cuenta con grandes ventajas por su rápida y fácil colocación, porque es respetuosa con el medio ambiente, y por su facilidad de retirada después del uso al finalizar la campaña, manteniendo su compromiso de parcela limpia.
En este sentido, Álvaro de Nieves, director comercial de Suterra, empresa especializada en el control sostenible de plagas mediante feromonas cuenta actualmente con una gama completa de confusión sexual en el mercado, ha explicado las diferentes soluciones de confusión sexual para el control de polilla con las que cuenta esta compañía. Así puede ser un referente para el viñedo valenciano en su camino hacia la sostenibilidad.
El siguiente paso de Suterra en este camino hacia la innovación y siempre buscando facilitar la labor al viticultor, ha sido el lanzamiento en 2021 de la feromona liquida Subvert, que se aplica como cualquier sistema convencional.
Se trata de una tecnología que ha supuesto un sistema revolucionario e innovador contra la lucha de la polilla.
Según Alvaro de Nieves es “una feromona líquida pulverizable, con un sistema exclusivo micro encapsulado que genera una liberación progresiva y muy ventajosa por su sencilla aplicación y porque ha permitido que el manejo sostenible del viñedo pueda estar al alcance de todos los viticultores, sin residuos, y preservando la fauna útil. Es una tecnología clave para la gestión integrada en el viñedo”.
