El webinar «Fábrica con Inteligencia Artificial: ¿realidad o futuro?», organizado por AINIA, pone de manifiesto que la Inteligencia Artificial (IA) ha irrumpido con fuerza en el sector agroalimentario, dejando de ser una visión futurista para convertirse en una herramienta clave en su transformación. Mostró varios casos prácticos de su uso, como el de Bodegas Familiares Matarromera.

El centro tecnológico Ainia ha realizado el webinar “Fábrica con Inteligencia Artificial: ¿realidad o futuro?”, con el objetivo de analizar el impacto actual y futuro de esta tecnología en distintos sectores productivos. Entre las conclusiones, destaca que la Inteligencia Artificial (IA) ha dejado de ser una promesa tecnológica del futuro para convertirse en una realidad tangible que ya está transformando la industria.

Durante la sesión, se abordaron aplicaciones prácticas de la IA, los retos de su implementación y su papel como herramienta estratégica en la digitalización de las empresas. La sesión contó con la participación de David Martínez, jefe de desarrollo estratégico de negocio digital y alianzas de Ainia, Joan Adam, director de sostenibilidad en Montibello y Raquel González, técnico de calidad e I+D en Bodegas Familiares Matarromera.

La IA: presente en muchos procesos industriales

El webinar subrayó que la IA ya está presente en numerosos procesos industriales, desde la automatización de la producción hasta el control de calidad y la personalización de productos. La combinación de IA con tecnologías como la sensórica, la robótica y la fotónica está permitiendo optimizar la cadena de suministro, mejorar la seguridad alimentaria y acelerar el desarrollo de nuevos productos.

David Martínez de Ainia declara que «la Inteligencia Artificial no es una tecnología más; está llamada a ser tan disruptiva como lo fue la automatización en los años 50. No se trata de decidir si entrar o no en la IA, sino de cómo hacerlo, porque va a implicar un cambio de paradigma en la industria«. Y añade que «la IA ya no es una opción futura, es una realidad que está transformando la forma en que producimos, controlamos la calidad y optimizamos los procesos».

Según los expertos, el mercado mundial de la IA alcanzó los 3.200 millones de dólares en 2023 y se espera que crezca hasta los 20.800 millones en 2028, lo que demuestra su rápida adopción y el impacto que tendrá en la competitividad empresarial.

La inteligencia artificial en el sector agroalimentario, en concreto en bodegas

Durante el webinar, se estudiaron varios casos de implementación de la IA en el sector agroalimentario, como por ejemplo, el de Bodegas Familiares Matarromera, que ha implementado sistemas de riego automatizados basados en IA y sensórica avanzada, optimizando la productividad y la calidad de sus cultivos. Además, la visión artificial está siendo utilizada para mejorar la precisión en el etiquetado y empaquetado de productos.

Raquel González, técnico de calidad e I+D en Bodegas Matarromera, explica que «la IA ha revolucionado nuestra forma de gestionar los cultivos. Gracias a sistemas predictivos, podemos anticiparnos a las necesidades del viñedo, optimizando el uso del agua y mejorando la calidad del vino. Es una herramienta clave para la sostenibilidad y la eficiencia«.

Desafíos y posibilidades de la IA

La adopción de la IA enfrenta varios desafíos, entre ellos, la falta de competencias tecnológicas, tanto a nivel operativo como directivo, la integración de la IA en sistemas ya existentes y la gestión adecuada de los datos.

David Martínez explicó que «uno de los grandes desafíos que enfrentan las empresas al integrar la IA es la falta de talento especializado y la dificultad para identificar dónde aplicarla de manera efectiva». Y añade que «a veces se tienen expectativas poco realistas sobre lo que la IA puede resolver. Es fundamental entender la tecnología, ajustar las expectativas y desarrollar estrategias de integración que sean coherentes con la realidad de cada organización».

Sin embargo, los expertos coinciden en que el futuro pasa por la adopción de estas tecnologías. La IA no solo está mejorando la eficiencia operativa, sino que también está facilitando la personalización de productos y servicios, permitiendo a las empresas adelantarse a las demandas del mercado y mejorar su competitividad.

En el sector comético, Joan Adam, director de sostenibilidad en Montibello detalló que «la IA nos ha permitido pasar de procesos rígidos a una producción mucho más flexible y eficiente. La visión artificial, por ejemplo, ha elevado los estándares de calidad, permitiéndonos un control unitario que antes era impensable». De hecho la firma ha aplicado machine learning para mejorar la flexibilidad en la producción de lotes pequeños y visión artificial, que se ha convertido en una herramienta clave para el control de calidad