La evolución visual de Emilio Moro, con una nueva etiqueta en tono crema, tipografía refinada y la firma original de Emilio, refleja la dedicación constante desde 2022 para ofrecer la máxima calidad de la bodega familiar de Ribera del Duero.
En el corazón de Ribera del Duero, en una ubicación de la «Milla de Oro», se ubica Bodegas Emilio Moro. Esta bodega familiar, con más de un siglo de trayectoria, se posiciona como un referente que evoca de inmediato conceptos como familia, tradición y, por supuesto, calidad. Los cimientos de esta bodega se remontan a Emilio Moro, quien junto a su padre, compartiendo no solo el nombre sino también un sueño común, se embarcaron en la misión de crear vinos excepcionales. Para lograrlo, el fundador optó por el camino del trabajo arduo, el esfuerzo constante y la intuición, valores que ha logrado transmitir a las generaciones siguientes que actualmente lideran esta bodega en la Ribera del Duero.
Sin embargo, la relevancia de Emilio Moro trasciende estas etiquetas convencionales. Cada vino es portador de una leyenda única, y la historia de la persona que da nombre a este tempranillo es «tan entrañable» explican desde la bodega que cada degustación de un Emilio Moro «sea una ocasión especial».
Imagen renovada y añada 2021 de Emilio Moro
Bajo la premisa de evolucionar sin perder su esencia, Bodegas Emilio Moro revela su renovada imagen, un cambio que se integra al continuo trabajo emprendido desde 2022 con el propósito de «ofrecer la mejor calidad», según expresan desde la bodega.
La transformación incluye la despedida de la antigua etiqueta, dando paso a una nueva presentación en tono crema, con una tipografía más refinada, la incorporación del medallón y la firma original de Emilio, rememorando así las primeras etiquetas de esta emblemática bodega familiar. Este rediseño armoniza con la estética de los demás vinos de la denominación de origen Ribera del Duero, reflejando la significativa evolución y el salto cualitativo experimentado por la bodega en la Ribera del Duero.
En paralelo a esta transformación visual, Bodegas Emilio Moro presenta Emilio Moro 2021, una añada que se distingue por condiciones climáticas particulares. La primavera registró temperaturas moderadas, seguidas de lluvias en abril y un verano con temperaturas ligeramente inferiores a lo común, afectando el ciclo vegetativo de la planta. El otoño, caracterizado por escasas lluvias, favoreció la maduración de la uva, resultando en un vino de carácter fuerte que amalgama potencia y equilibrio, complementado con una riqueza de matices distintiva.
Notas de cata de Emilio Moro 2021
De color rojo granate intenso, Emilio Moro 2021 despliega en nariz un fascinante equilibrio entre las notas frescas de fruta roja característica de la variedad, y matices más maduros de fruta negra, café y especias como vainilla o clavo. En boca, muestra un equilibrio destacado, de paso fácil pero conservando su distintiva personalidad, culminando en un postgusto persistente y sumamente agradable.
El precio de la botella es de 20,50 euros y se puede adquirir en su tienda haciendo clic aquí.
La esencia de Emilio
Javier Moro, presidente de Bodegas Emilio Moro, recuerda a su padre declarando que era “un hombre trabajador con el que aprendimos el verdadero significado de la palabra familia”.
Durante el encuentro para presentar la nueva imagen y la añada 2021 de Emilio Moro, sus seres queridos han puesto en común recuerdos y anécdotas sobre “una persona increíble que dejó huella en aquellos que le conocimos y cuya memoria seguirá viva gracias al legado que nos dejó”. Sus hijas, Rubi y Fabiola Moro, recuerdan cómo su padre reunía a familiares y amigos para compartir uno de sus vinos favoritos, Emilio Moro. “Fue él quien nos enseñó a saborear cada logro y, sobre todo, a compartirlo con todos los que nos rodean”.
Además de sus hijos, la cuarta generación de Bodegas Emilio Moro también ha querido dedicar unas palabras de cariño a su abuelo. “Emilio disfrutaba paseando por la bodega y lo hacía siempre con una sonrisa”, explica Patricia Sánchez Moro, directora general de Bodegas Emilio Moro. “Pero lo que más le gustaba era el campo. Cuidar de la viña, recoger la uva…De él aprendí todo lo que hoy sé y me siento muy agradecida”. Sus nietos mayores reconocen sentirse muy afortunados por todo lo que su abuelo les enseñó y atesoran como una de las lecciones más valiosas que Emilio compartió con ellos que el vino es un arte, que, si se sabe escuchar, nos habla.
Por su parte, Mario Sánchez Moro, responsable de ventas en EE.UU, explicó que “le puedo ver perfectamente en el comedor, con luz tenue y en silencio, disfrutando a solas de una copa de vino”. Vivencia que también comparten Alberto y Héctor Medina Moro, director de ventas de América y director de marketing de la bodega respectivamente. Ellos le describen como un hombre muy cercano, “pero con carácter. Le gustaban las cosas claras, pero siempre desde la humildad y el respeto.” Así le dibuja Héctor, como “una persona con un don y es que, todo lo que él nos decía, nos llegaba al alma.” Por su parte, Alberto destaca lo lejos que ha llegado lo que en su día su abuelo empezó “siendo un niño al que le apasionaba la viña y cuyo sueño era tener su bodega, su propio vino”, comenta Alberto. “Siento un gran orgullo cada vez tengo que presentar nuestra bodega. Es increíble ver cómo el nombre de Emilio Moro ha llegado a tantos rincones del mundo”.