Las altas temperaturas y el incremento del 30% en los costes de producción impactan sobre la campaña de la vendimia de este año, tal y como señalan desde la Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos.
El 2022 se ha caracterizado en España por ser un año especialmente seco. Además, la coyuntura actual de subidas de precios generalizadas y otras circunstancias, han hecho que los costes de producción de la uva se incrementen en un 30%. Esta realidad supone un golpe directo a la campaña de la vendimia, que se ve afectada de manera negativa, tal y como resalta la Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos, tras consultar los datos con todas sus organizaciones territoriales.
Según Unión de Uniones, se da una media de disminución del 11% de la producción, especialmente en las cosechas de las principales zonas productoras, como en Castilla La Mancha, donde habrá en torno al 16% menos, o Cataluña, con un descenso superior al 20%, y Valencia, donde la mengua alcanzará el 15%.
En el caso de Castilla y León, prevé una reducción del 10%, más o menos, cifras similares a las contempladas en La Rioja y País Vasco. En Navarra y Galicia, confían en conseguir una cosecha similar a la de los últimos cinco años, ya que su climatología ha sido más benévola que en el resto de los territorios. En cuanto a Extremadura, la situación es positiva y espera un incremento del 15%.
Un aspecto común y con tintes optimistas es la buena calidad de la uva de esta campaña, así como en un adelanto considerable en todos los territorios debido a las altas temperaturas, que rondará entre los diez y quince días.
Sin margen por culpa de los precios
Hay una unanimidad en los territoriosos en cuanto a los precios actuales, dado que apuntan que «los precios a los que las grandes corporaciones quieren pagar la uva, en muchos casos, no llegan a cubrir los costes de producción, que se han visto incrementados». Mencionan que en torno al 30%, especialmente por el coste del gasóleo utilizado en la maquinaria agrícola (superior al 70%), los fertilizantes (del 50%) y de los productos fitosanitarios.
Es verdad que los precios suben un poco respecto a la pasada campaña, pero resaltan que no lo hacen en la misma medida que los costes, dificultando la situación para los agricultores. En la DO Valdepeñas, por ejemplo apuntan a que «Félix Solís situaría en 0,37 €/kg, con una subida del 2% con respecto a la pasada campaña, pero que, ni mucho menos, ayuda a cubrir los costes».
En la misma línea se posicionan el resto de los territorios consultados, destacando especialmente el caso de Extremadura, donde los costes de producción rondan los 0,40 €/kg y se pretende pagar a 0,14€/kg.
La organización anima a los viticultores a formalizar contratos por escrito de compra-venta de uva con el establecimiento de calidades, precios y condiciones concretas, e informa de la obligación de las bodegas de pagar las uvas a los viticultores a 30 días según la actual ley de morosidad, independientemente de la fecha de calificación del vino por una Denominación de Origen.
«El sector del vino es uno de los más fuertes del país, genera empleo, riqueza en el medio rural y es un signo de identidad. No es de recibo el menosprecio, y nunca mejor dicho, que la propia industria nos lanza», señalan desde Unión de Uniones. Recuerdan que «la Ley de la Cadena Alimentaria está para cumplirse y la AICA y el Ministerio deberían controlar que así fuera».