La afamada bodega francesa Louis Roederer ha llevado a cabo el lanzamiento en España del champagne Louis Roederer Brut Nature 2006 by Philippe Stark en el prestigioso restaurante Ramses de Madrid. El nacimiento de su primer vintage, el 2006, además de contar con un diseño realizado por parte del diseñador Philippe Stark es un producto fruto de un trabajo enológico llevado al límite.
En 1976 Louis Roederer lanzó al mercado el que se ha convertido en el Champagne Rosé más exclusivo del mundo, su Louis Roederer Cristal Vintage Rosé. La Maison ha tardado 39 años en presentar un nuevo champagne, que en boca del prestigioso chef de cave Jean-Baptiste Lécaillon, “es como un coche de Fórmula uno, es la máxima expresión de la técnica enológica, una especie de banco de pruebas potencial para futuros cuvées, especialmente si la temperatura global continúa aumentando”.
Fundada en 1776 y propiedad de la misma familia desde 1819, Louis Roederer que cuenta con 240 hectáreas de viñedos es una de las grandes Casas de Champagne que a día de hoy siguen siendo independientes.
Louis Roederer y Philippe Starck unen fuerzas
Pero el nacimiento de este champagne es en realidad la historia de un encuentro, el de Frédéric Rouzaud, propietario de Louis Roederer, y Philippe Starck, el revolucionario diseñador francés, cuya única condición para trabajar en el diseño de la botella de un champagne fue participar también en el diseño de su interior.
Starck, obsesionado con el concepto de “abstracción”, del “menos es más”, pidió además si sería posible realizar ese champagne en la forma de un Brut Nature, (sin azúcar de expedición añadido), natural y desnudo, manteniendo el estilo elegante y de máxima calidad de Louis Roederer.
El origen: un viñedo biodinámico de Cumières
El reto estaba lanzado, así que la Maison de champagne se puso manos a la obra: la mejor finca en Cumières, de tan solo 10 hectáreas, cultivada experimentalmente de forma biodinámica, con caballos, tuvo que esperar hasta el vintage 2006 para obtener un mosto único, histórico, de la mayor madurez, pero de una increíble frescura.
De forma insólita en Louis Roederer, Pinot Noir y Chardonnay se vendimiaron, prensaron y vinificaron juntas, sin ningún tipo de coupage. «El vino resultante debía expresar este magnífico Terroir de la forma más natural posible» indican en el comunicado de Louis Roederer.
Las técnicas enológicas llevadas al límite
Louis Roederer había empezado a experimentar con menos dosage en sus vinos desde 2003, así que Jean-Baptiste Lécaillon tenía experiencia. Starck sólo llevo su decisión al extremo. La dificultad residía en cómo conseguir un vino equilibrado y elegante, sin maloláctica y sin añadir licor de expedición.
Jean-Baptiste Lécaillon, chef de cave: “es como un coche de Fórmula uno, es la máxima expresión de la técnica enológica, una especie de banco de pruebas potencial para futuros cuvées, especialmente si la temperatura global continúa aumentando”.
“El viñedo biodinámico de Cumières nos ofrecía un mosto excepcional” afirma el enólogo, “pero teníamos que aumentar su textura, así que el 50% del vino se puso a criar en barricas de roble de 9.000 litros en lías completas”. Lécaillon asegura también que “el azúcar actúa como un antioxidante, así que tuvimos de trabajar de formas muy reductivas, sin filtrados, aunque ello conllevara un vino menos cristalino, y alargar la posterior crianza a 18 meses en lías”. Una vez llegada la hora de convertirlo en champagne, también se adaptaron para mantener su pureza como explica Lécaillon: “Otra decisión fue rebajar el licor de tiraje, reduciendo así su influencia en el vino y su presión, de los 6 bares habituales en champagne a 4.5, de esta forma conseguíamos mayor cremosidad y que la burbuja estuviera por detrás del vino”. Este champagne ha obligado a todo el equipo a ser creativo en todas las facetas enológicas, reto que debido a las condiciones de la añada no se ha podido repetir de nuevo hasta el vintage 2009.
El resultado según confirman desde Louis Roederer «es una joya auténtica del terruño, seco y sin ningún ornamento. Su entrada en boca es elegante y fina a pesar de no poseer el azúcar para suavizarla. Su paladar es vinoso, especiado y complejo. Un champagne gastronómico de burbuja finísima e infinita que deja con ganas de más».
Una etiqueta que cuenta una historia
Según Starck, para realizar la botella y la etiqueta respetando la esencia de este revolucionario champagne debía dejar que brillara el champagne. “Brut Nature 2006 no sólo es una aventura formidable, sino también una invención: una invención del producto, una invención de su proceso de elaboración, donde el tema de la botella es lo que hay en su interior”, explica Philippe Starck. “Y lo interior es tan fuerte que merecía una botella despojada de todo tipo de artificio”.
Charles Fournier, director de exportación presente en el acto realizado en Ramses, el conocido restaurante de Madrid, y uno de los pocos en el mundo diseñado también por Philippe Starck, explicó a todos los asistentes la maravilla que estaban degustando. “En voz de Frédéric Rouzaud, Louis Roederer Brut Nature 2006 representa el encuentro de un terruño histórico, con un año extraordinario, el de una casa a la escucha de la naturaleza con un gran creador, un hombre libre”.
PVP: 89,50 euros.