Expertos de los Veintiocho aprueban medidas contra una bacteria perjudicial que mata olivos. Se trata de la Xylella Fastidiosa, que ha matado a miles de olivos en el sureste de Italia y que es potencialmente peligrosa para una amplia gama de otras plantas importantes para la agricultura de la UE, como la vid y los cítricos.
La Comisión Europea (CE) ha informado el 28 de abril que los expertos nacionales de los Estados miembros han aprobado medidas de emergencia para evitar la propagación en la Unión Europea (UE) de la bacteria Xylella Fastidiosa, que ha matado a miles de olivos en el sureste de Italia. Esta bacteria es un organismo perjudicial para olivos y potencialmente peligroso para una amplia gama de otras plantas importantes para la agricultura de la UE, como la vid y los cítricos.
El Comité Permanente de Vegetales, Animales, Alimentos y Piensos (PAFF, por sus siglas en inglés) de la Unión ha dado luz verde a las medidas propuestas por la Comisión, que obligan a los países a notificar a Bruselas cualquier nuevo brote de esta bacteria y delimitar rápidamente las áreas afectadas. Se establecen también estrictas medidas de erradicación en estas áreas, que incluyen arrancar y eliminar las plantas afectadas y todas las plantas en un radio de cien metros, «independientemente de su estado de salud», indicó la Comisión. Además, las importaciones y los movimientos dentro de la Unión de plantas específicas que podrían ser susceptibles de estar infectadas por la Xylella Fastidiosa de cualquier lugar del mundo estarán sujetas a «estrictas condiciones». En este sentido, se ha impuesto una prohibición a las importaciones de plantas que provienen de Honduras y Costa Rica, «teniendo en consideración el alto riesgo de que estén infectadas por la bacteria».
En la zona más afectada por la bacteria, en la provincia italiana de Lecce, «donde la erradicación ya no es posible» se podrán aplicar medidas de contención en toda la zona y se mantiene el requisito de eliminar de manera sistemática todas las plantas infectadas y analizar aquellas en un radio de cien metros, en un área de 20 kilómetros cerca a las provincias colindantes de Brindisi y Taranto.
El primer caso de Xylella Fastidiosa en la UE fue notificado por las autoridades italianas el 21 de octubre de 2013, de manera que las primeras medidas de emergencia de la UE se tomaron en febrero de 2014, para después adoptar más acciones en julio.
«La falta de tratamientos eficaces para curar las plantas una vez que se infectan, la amplia gama de especies de plantas que son proclives, así como la alta probabilidad de dispersión y establecimiento más en la UE, hacen de esta bacteria una amenaza muy grave para la UE sector agrícola», dijo la Comisión.
Italia es el segundo productor comunitario de aceite de oliva, por detrás de España.
Síntomas y daños de la Xylella Fastidiosa
Según un informe de la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía la Xylella Fastidiosa invade el xilema de la planta hospedadora. Su multiplicación en el interior de los vasos puede llevar a la obstrucción del flujo de savia bruta, principalmente agua y sales minerales. Los síntomas varían de unos hospedadores a otros. En algunos se corresponden con los síntomas típicos de estrés hídrico: marchitez o decaimiento generalizado y, en casos más agudos, la seca de hojas y ramas, y finalmente la muerte de toda la planta. En otros casos los síntomas se corresponden más a los provocados por ciertas deficiencias de minerales, como clorosis internervial o moteado en hojas.
Esta bacteria cuenta con más de 100 plantas hospedadores diferentes. En muchas de ellas no provoca daños aparentes, y pueden actuar como reservorios de la bacteria. Los principales cultivos afectados son principalmente leñosos, y entre ellos destacan vid, cítricos, almendro, melocotonero, café y adelfa, aunque muchos otros son también susceptibles en distinta medida, entre ellos peral, ciruelo, aguacate, arándano, y distintos árboles ornamentales como plátano de sombra, robles, olmos, arces, liquidámbar, etc.
En la información que recoge la Junta de Andalucía se explica que se transmite de forma natural de unas plantas a otras con la ayuda de insectos vectores, principalmente cicadélidos y cercópidos, hemípteros chupadores que se alimentan del xilema. La especificidad entre la bacteria y el vector suele ser muy baja, por lo que prácticamente cualquier especie de cicadélido o cercópido puede ser vector potencial de la bacteria. Los vectores, sin embargo, sólo actúan como dispersores eficientes a corta distancia. «El principal riesgo de entrada de la bacteria en otros continentes es hoy en día el comercio y transporte de material vegetal infectado«, zanja la información de la Junta de Andalucía.