Investigadores del Instituto de Ciencias de la Vid y del Vino (ICVV) han obtenido financiación para estudiar la diversidad genética de la uva, los beneficios del vino tinto en la salud cognitiva y las estrategias para fortalecer las raíces de las vides. Estos avances permitirán desarrollar variedades de uva más resistentes al cambio climático, vinos con propiedades saludables y prácticas agrícolas más sostenibles.

Tres proyectos liderados por investigadores del Instituto de Ciencias de la Vid y del Vino (ICVV) han sido financiados por el Plan Estatal de Investigación Científica, Técnica y de Innovación, dos hacen refereci a investigación en el viñedo y otro a los polifenoles del vino: Grapeshield, WinAging y Rhizoimprove.

Tecnovino ICVV instalaciones
Instalaciones del ICVV rodeadas de viñedo

Proyecto Grapeshield (PID2023-152513OB-I00) “Diversidad genética del hollejo para aumentar la resiliencia del viñedo y la calidad del vino”

Este proyecto, liderado por Pablo Carbonell Bejerano y Javier Tello Moro, dos investigadores del ICVV, tiene como objetivo identificar la diversidad genética beneficiosa a nivel inter- e intra-varietal en caracteres del hollejo de la uva relacionados con la tolerancia al estrés y la calidad del fruto. Para conseguirlo, se estudiarán tres caracteres relacionados con el hollejo que son clave para la sostenibilidad del sector vitivinícola:

  • La resiliencia del racimo de la vid frente a la incidencia de quemaduras solares que está aumentando en el contexto actual de cambio climático.
  • La tolerancia de la uva al ataque de la botritis.
  • La extractabilidad de los polifenoles presentes en el hollejo. Para identificar diversidad intervarietal útil y su base genética, se aplicarán métodos cuantitativos rápidos de fenotipado de los tres caracteres de hollejo de interés en una colección nuclear de variedades de gran diversidad genética.

Estos mismos métodos se usarán en una colección de líneas clonales de graciano, variedad con potencial de adaptación al cambio climático y valía para la crianza de vinos por su composición de fruto, pero sensible al daño por quemaduras solares de racimo. Para conocer las variantes genéticas responsables de la variación fenotípica, se usará una aproximación de análisis completo del genoma (WGR), para realizar estudios de asociación genética (GWAS) en la colección de variedades, y estudios genómicos comparativos entre líneas clonales.

En términos globales, el proyecto de investigación en el viñedo y la vid, Grapeshield proporcionará conocimientos fundamentales sobre la diversidad disponible en el germoplasma de la vid para caracteres de resiliencia del hollejo de la uva, así como sobre las variantes genómicas y los procesos de desarrollo que determinan esta diversidad. Este conocimiento aumentará la eficiencia de los programas de selección y mejora genética de uva de mesa y de vino, en aras de una viticultura más sostenible y resiliente al cambio climático.

El proyecto ha sido financiado con 178.750 euros.

Proyecto WinAging (PID2023-148704OB-C21) “Aplicación de técnicas ómicas para el estudio de la funcionalidad de los polifenoles del vino en la modulación del microbioma intestinal y la capacidad cognitiva y locomotora en personas de edad avanzada”

Este proyecto está co-liderado por María Jose Motilva (ICVV) y por Patricia Pérez Matute (Universidad de la Rioja). En él también participan investigadores del Centro de Investigación Biomédica de La Rioja (CIBIR-Fundación Rioja Salud), del Servicio de Neurología del Hospital San Pedro de Logroño y de la Universidad de Kentucky (USA). Se trata de un proyecto coordinado con el grupo de investigación “Functional Nutrition, Oxidation and Cardiovascular Disease” de la Facultat de Medicina i Ciències de la Salut de la Universitat Rovira i Virgili.

La hipótesis de partida de este proyecto está basada en que el consumo regular de polifenoles del vino tinto, suministrados a través de un vino tinto sin alcohol, en el contexto de un patrón de dieta mediterránea, podría promover mecanismos de protección para un envejecimiento saludable centrado de forma particular en las habilidades locomotoras y cognitivas.

El primer objetivo de este proyecto se centra en el desarrollo de un vino tinto sin alcohol, con alto contenido en polifenoles y una buena aceptación sensorial, de modo que se pueda integrar en la dieta de personas entre 60-74 años (en ambos sexos) durante un periodo de 9 meses. Esta intervención de dieta con vino durante un periodo prolongado es una de las principales novedades y retos del proyecto, dadas las limitaciones éticas para llevar a cabo estudios de intervención dietética con vino en humanos, por lo que se ha planteado el uso del vino sin alcohol como vehículo para administrar la compleja mezcla de polifenoles del vino tinto, de una forma sostenida en el tiempo. Otro de los objetivos se centrará en el estudio de los mecanismos de la funcionalidad de los polifenoles del vino tinto, en el que se evaluará su influencia sobre la composición y funcionalidad de la microbiota intestinal y el metaboloma asociado, así como el impacto sobre la inflamación y la salud intestinal además de las modificaciones epigenéticas relacionadas con la edad. El último objetivo estará centrado en aplicar técnicas de análisis computacional para la integración de datos, que permitan la identificación de las variables clínicas más determinantes para la mejora de las capacidades locomotoras y cognitivas, asociadas a los polifenoles del vino. Los resultados del proyecto permitirán avanzar en la comprensión más precisa de los complejos procesos implicados en el envejecimiento humano y su relación con los polifenoles de la dieta.

El proyecto tendrá una duración de 3 años y una financiación de 237.500 euros.

Proyecto Rhizoimprove (PID2023-147360OR-C32) “Mejora del equilibrio simbioma-patobioma en la rizosfera para mitigar el estrés por déficit hídrico en la vid”

El tercer proyecto también enfocado a investigación en el viñedo, liderado por David Gramaje (ICVV), tiene como objetivo investigar el impacto de la presencia e infección de patógenos en el suelo y las condiciones de estrés hídrico en el holobionte de la vid, un cultivo de gran importancia económica a nivel global y en España. Se centrará en el estudio de dos enfermedades fúngicas significativas que afectan el sistema radicular: la enfermedad del pie negro (BFD) y la enfermedad de la pudrición blanca de las raíces (WRRD). Estudios preliminares sugieren que BFD puede ser más prevalente en condiciones húmedas del suelo, mientras que WRRD puede ser más severa en suelos con menor disponibilidad de agua. No obstante, se necesita investigación adicional para confirmar estos patrones, especialmente considerando el aumento del uso de irrigación para contrarrestar las pérdidas de producción debido a la creciente sequía. En un contexto de reducción mundial en el uso de fungicidas químicos, Rhizoimprove busca desarrollar estrategias alternativas a través de la selección de portainjertos tolerantes a patógenos y estrés hídrico, y la mejora del rizobioma mediante la introducción de hongos beneficiosos y metabolitos de exudados de raíces. La evaluación de la tolerancia del portainjerto a enfermedades del suelo y la comprensión del impacto del déficit hídrico en el equilibrio patobioma-simbioma son fundamentales para un sistema de protección integrada.

El proyecto destaca el papel de los hongos micorrícicos arbusculares y los endófitos septados oscuros, ambos conocidos por sus efectos positivos en el crecimiento y la tolerancia al estrés de las plantas. También se investigarán las interacciones tridireccionales entre la sequía, el rizobioma de la vid y los exudados de raíces, que afectan directa e indirectamente la tolerancia al estrés. A través de la selección cuidadosa del portainjerto, la aplicación de microorganismos beneficiosos y el uso de metabolitos seleccionados de exudados de raíces, se busca desarrollar una estrategia integrada para mejorar el rizobioma en el cultivo de la vid. El objetivo de este proyecto es mitigar los impactos del estrés hídrico y las enfermedades causadas por hongos del suelo, al mismo tiempo que se promueve la salud del suelo.

El proyecto tendrá una duración de 3 años y una financiación de 147.750 euros.