El 4º Simposio de Viticultura Regenerativa, organizado por la Asociación de Viticultura Regenerativa (AVR) con el apoyo de INNOVI, abordó las estrategias para aumentar la resiliencia de las viñas ante la sequía. Expertos y académicos subrayaron la importancia de la agricultura regenerativa, la eficiencia en el uso del agua y la selección de variedades resistentes como claves para enfrentar el cambio climático y asegurar la sostenibilidad del sector vitivinícola.
Durante las próximas décadas, el gran reto del sector vitivinícola será conseguir que las viñas sean más resilientes ante la sequía. En este contexto, la agricultura regenerativa es una gran aliada, y por este motivo, el 4º Simposio de Viticultura Regenerativa, organizado por la Asociación de Viticultura Regenerativa (AVR) con el apoyo de INNOVI y celebrado en el Vinseum de Vilafranca del Penedès, se ha centrado en qué estrategias se pueden implementar para afrontar el problema del agua en las mejores condiciones posibles.
El simposio, presentado por la periodista Margalida Ripoll, redactora jefe de la revista Arrels, y retransmitido en streaming, reunió a expertos y académicos para profundizar en aquellas prácticas regenerativas que pueden ayudar a mitigar el impacto de las sequías y a adaptar los cultivos a la crisis climática.
El acto de bienvenida corrió a cargo de Miquel Medialdea, concejal de Promoción Económica y Medio Ambiente del Ayuntamiento de Vilafranca del Penedès y de Mireia Torres, socia fundadora de la AVR y presidenta de INNOVI, que ha explicado cómo en tres años la asociación ha pasado de los cinco socios iniciales a más de cien, la prueba de que la viticultura regenerativa, que se basa en devolver la vida a los suelos, genera cada vez más interés y se percibe como «el único modelo vitícola» que tiene sentido en la situación actual.
Bloque de carácter académico
El primer bloque de ponencias, de carácter más académico, ha sido inaugurado por la Dra. Mª Carme Llasat, catedrática de Física de la Atmósfera de la Universitat de Barcelona (UB). Experta en riesgos meteorológicos y cambio climático, quien ha explicado la relación entre estos, la agricultura y los recursos hídricos en la región mediterránea. Durante su ponencia, Llasat ha declarado que «el aumento de temperatura es superior a las previsiones», un hecho «altamente preocupante» y que tiene una «incidencia clara» en las precipitaciones, con menos agua y repartida entre sequías y episodios de lluvias torrenciales. Llasat, con más de 200 publicaciones científicas de hidro-meteorología, cambio climático y de sus impactos sociales, ha subrayado los problemas que esto causará en una región con una población creciente: episodios de escasez y disminución de la calidad del agua, entre otras. Un escenario donde, ha concluido, harán falta soluciones como las que aporta la agricultura regenerativa.
Por su parte, la Dra. Elena Baraza, profesora de Ecología en la Universitat de les Illes Balears (UIB) e investigadora del Instituto de Investigaciones Agroambientales y de Economía del Agua, se ha centrado en las estrategias de mitigación y adaptación al cambio climático que se pueden adoptar. La situación es «difícil», ha declarado, y ante ello hay que «mejorar los balances hídricos», optimizando la eficiencia en el uso del agua con un mejor manejo del paisaje, el uso de agua regenerada y sistemas de riego que sean «extremadamente eficientes». Al mismo tiempo, hay que reforzar la capacidad de absorción del suelo y evitar la pérdida por evapotranspiración con técnicas como las cubiertas vegetales, la agroforestería o la mejora de la interacción con los organismos que viven en el suelo, todas ellas propuestas que forman el núcleo de la agricultura regenerativa y cuya validez ha sido afirmada por estudios científicos. La investigación en variedades resistentes a la sequía, además, también será clave, y es por eso por lo que se está trabajando intensamente, así como con fenotipos concretos dentro de las variedades que se cultivan actualmente, para asegurar la continuidad de los vinos actuales.
Por último, en este bloque ha intervenido la bióloga y doctora en agroecología Laura Armengot, experta en prácticas agrícolas sostenibles y sistemas agroforestales, evidenciando que, dentro de las propuestas innovadoras para el futuro del sector, uno de los nuevos conceptos más destacados es la agroforestería vitivinícola. Sobre ella, ha explicado que es la inclusión de plantas leñosas perennes –árboles, arbustos, palmeras, bambúes…– y de animales en los cultivos. Una idea muy cercana a la agricultura mediterránea tradicional, que desde el siglo XIX se ha perdido para dar lugar a los monocultivos, un «desierto verde», ha afirmado Armengot, que está empezando a cambiar para aprovechar los beneficios de este método, empleado durante siglos: mantiene la producción y la calidad, mitiga el cambio climático rebajando la temperatura, limitando la evapotranspiración y mejorando la biodiversidad, aumenta la fertilidad del suelo, limita el impacto de las plagas y permite diversificar los ingresos más allá de la viña con otros productos.
Ejemplos y acciones concretas
Desde el punto de vista de los productores, Juan Palacios, miembro de una nueva generación de profesionales enamorados de las cepas y que quieren respetar el entorno, conservar técnicas ancestrales y valorar el trabajo en la tierra, ha sido el primero en intervenir en este bloque. Fundador de Viticultura Viva, que ayuda a las bodegas a mejorar el equilibrio de las viñas y alargar la vida de las cepas, ha puesto el foco en cosas que «no queríamos ver» y en la agroecología, un enfoque científico y también político para «cambiar la base» del sistema. Regenerar los suelos es «esencial», ha afirmado, pero hay que evitar el «greenwashing» y entender la agricultura regenerativa en su totalidad, no solo con aquello que «está de moda».
En esta línea, también ha hablado de la poda de respeto, un elemento clave para la resiliencia tanto durante la formación de las cepas como para asegurar su supervivencia y de la importancia de recuperar las podas en verde, que se han dejado de hacer.
Otro de los temas tratados en el simposio fue el de conseguir conservar y aprovechar al máximo la poca agua disponible. Sobre ello ha hablado Sergi Caballero, agricultor, ganadero, consultor y cofundador de la Cooperativa Mas Les Vinyes, que produce cordero, fruta y hortalizas. Para conseguir lo que ha llamado la «rehidratación del paisaje», ha afirmado, hay que «observar los patrones de la naturaleza», un proceso largo pero que da una «base sólida» para ir aprendiendo a relacionarse mejor con un planeta que está cambiando. Caballero ha destacado la importancia del humus, «el pegamento de la tierra», que impide la erosión y asegura que acumule el máximo de agua posible cuando llueve. De esta forma, ha concluido, trabajar la tierra para mejorar la presencia de materia orgánica es vital para una mejor salud del suelo y a restablecer la salud de los ecosistemas agrícolas, escogiendo la cubierta vegetal más adecuada para cada caso.
La última ponencia ha sido la de Ángel Perurena, jardinero especializado en manejo holístico, permacultura y agricultura regenerativa y sintrópica. En su búsqueda de una manera de producir alimentos que esté en armonía con la naturaleza, está llevando las ideas de la agroforestería regenerativa a la jardinería. La actividad humana, ha explicado, está teniendo unos impactos enormes en la agricultura mundial, y eso nos lleva a una situación «muy difícil». En esto, las plantas y los árboles son «especialistas» en condensar el agua de la atmósfera, y eso nos puede ayudar a recuperar el aumento de la humedad que está causando el cambio climático y a compensar la reducción de las precipitaciones. Una idea que puede llevar a diseñar nuevos paisajes más resilientes y con una agricultura productiva y a la vez beneficiosa para los ecosistemas donde se desarrolla.
La clausura del simposio ha corrido a cargo de Eloi Montcada, director de INNOVI, Eloi Montcada y de Francesc Font, vicepresidente de la AVR, Montcada, con más de 20 años de experiencia en sostenibilidad e innovación, ha valorado el gran nivel de los ponentes y la manera simple en la que han explicado conceptos que, a veces, pueden ser muy complejos. Por su parte, Font, cofundador de AgroAsessor, experto en regenerativa y autor de varios libros sobre la materia, ha concluido la jornada subrayando el papel de la asociación como «punto de encuentro» donde compartir conocimientos, y la importancia del nuevo sello de viticultura regenerativa que da visibilidad a las bodegas y viticultores que empiezan y a los que llevan años regenerando los suelos. Este sello es, según ha dicho Font, nuestra manera de explicar a los consumidores que «estos vinos contribuyen a enfriar el planeta».
El simposio completo puede verse a continuación: