Los vinos chilenos, argentinos y norteamericanos aprovechan el notable aumento de las importaciones mexicanas de vino informa el Observatorio Español del Mercado del Vino (OeMv). Chile ocupa el lugar de España como el principal proveedor en volumen, pero España mantiene el primer puesto en cuanto a valor.
Entre enero y septiembre las importaciones mexicanas de vino muestran un excelente desarrollo, dado que aumentan un 31% en dólares y más del 40% en litros. Amplía su cartera de vinos importados, ya que el vino envasado sigue liderando claramente las compras pero fue el que menos creció, con muy buenos datos para el espumoso y, sobre todo, para el vino a granel y en envases de más de 2 litros, este último con un desarrollo exponencial de Chile y Argentina.
Chile sustituye a España como primer proveedor en volumen, «pero nos mantenemos en una cómoda primera plaza en valor, con un precio medio que vuelve a estar por encima de la media», afirma el Observatorio Español del Mercado del Vino (OeMv) en su nota de prensa.
México, un mercado prometedor para el vino
Aunque el consumo de vino en México sea bajo, se estima que va a haber un crecimiento constante a medio y largo plazo. Son las conclusiones de un estudio del Icex, titulado «El mercado del vino en México» (realizado por María del Carmen Estevan Fernández bajo la supervisión de la Oficina Económica y Comercial de la Embajada de España en México, con fecha de enero de 2013) y del que a continuación extraemos algunos de los puntos más relevantes acerca de la evolución del país y del consumidor.
La producción de vino en México es inferior a la cantidad de vino importado y aproximadamente, el 75% del vino que se consume en México procede del exterior. En el año 2011 las importaciones mexicanas de vino alcanzaron la cifra de 45,4 millones de litros importados, el segundo volumen más alto de su historia, sólo superado por las cifras alcanzadas en 2008. El precio medio del vino importado se situó en 2,97 €, un 7,4% superior al año anterior, y el más elevado desde 2006.
Aún así el consumo de vino en México, a pesar de haber aumentado en los últimos años hasta alcanzar los 600 ml. per cápita, sigue siendo muy reducido en comparación con países eminentemente productores como España, Italia o Francia. Pero muchos de los expertos estiman una tasa de crecimiento anual de consumo aproximada del 13% para los próximos años (fuente: Consejo Vitivinícola Mexicano). La demanda de vino ha venido creciendo a ritmos del 12% anual durante la década 2000-2010, debiendo destacar que el crecimiento está sustentado por el mercado de vinos importados, mientras que los vinos nacionales han tenido un desarrollo menor. En 2011 la venta de vino siguió creciendo entre los consumidores mexicanos. Se alcanzaron ventas de 67 millones de litros, aumentando así un 6% con respecto al 2010 (fuente: Euromonitor). El estudio del Icex recoge que el perfil de consumidor de vino en México sigue siendo hombres de mediana edad con un nivel socio-económico medio-alto y alto. Sin embargo destaca un nuevo público promesa para el vino en el país, ya que muchas de las casas de vinos han empezado a dirigir algunas de sus etiquetas hacia un segmento más joven y dinámico, donde se encuentran mujeres y hombres de 20 a 30 años.
Por eso el estudio del Icex afirma que «en este sentido, podemos considerar el mercado del vino en México como un mercado totalmente en crecimiento, donde cada año aumenta tanto la producción nacional, las importaciones y el consumo de vino».
También resalta que en México hay un número importante de marcas (más de 2.000 etiquetas, 1200 de las cuales son españolas, según Según Luis Alberto Cetto, Presidente del Consejo Mexicano Vitivinícola) para el nivel de consumo del país. Este hecho provoca que exista una situación de saturación de mercado para nuevas marcas, si bien es cierto que siguen existiendo nichos de mercado para determinados vinos. Por tanto hay una fuerte presencia en el mercado de productos importados de múltiples nacionalidades frente a una producción todavía moderada de vinos mexicanos.
España es el principal proveedor de vino a México en términos de valor, indica el informe del Icex, con una cuota de mercado del 30,4% del total de importaciones en 2011. «El vino español goza de una percepción y prestigio excelentes, en especial, las D.O. Ribera del Duero y Rioja, las más conocidas entre los consumidores; no obstante, en los últimos años ha aumentado el interés por parte de los importadores en trabajar con vinos de otras regiones españolas, lo cual ayuda a la entrada de nuevos vinos en el mercado mexicano», indica el estudio.
Para entrar al mercado mexicano la fórmula es tradicional, a través de un importador/ distribuidor local que comercializa el vino entre los puntos de consumo, aunque también existe la posibilidad de exportar directamente a grandes cadenas de autoservicio y tiendas especializadas, claro que esto dependerá del volumen y rotación del producto existente en sus lineales.
El informe del Icex también hace hincapié en que la venta de vino es superior, tanto en valor como en volumen, en el canal horeca que en el comercio detallista, con porcentajes del 64,5% y 35,5% respectivamente (fuente: Euromonitor Internacional). El número de importadores en el país es más reducido que en otros más maduros dentro del sector vitivinícola, por lo que los agentes de la distribución están concentrados y especializados en varias zonas y productos. Asimismo, a pesar de ser los importadores quienes ejercen de proveedores de vino al canal horeca y gran distribución, muchas grandes superficies también importan directamente de las bodegas.