Todo surge de una propuesta en el año 2021 para que el conocido actor Robert de Niro promocionara internacional el evento Madrid Fusión Alimentos de España. A cambio se le ofrecía un menú irrepetible, cocinada por cinco de los chefs más prestigiosos del planeta. De Niro rápidamente dijo que sí y ha disfrutado ya de un menú que como no ha podido ser de otra forma ha tenido como gran compañía al vino.
Los cómplices de la iniciativa fueron los chefs Quique Dacosta, Mauro Colagreco, José Andrés, Joan Roca y Martín Berasategui. El «soborno» comienza cuando en 2021 se le propone a Robert de Niro promover Madrid Fusión Alimentos de España en el panorama internacional. el trato: a cambio de una comida irrepetible, cocinada por cinco de los chefs más prestigiosos del planeta, que suman en conjunto 25 estrellas Michelin,.
Más de tres horas durante las que el actor de Uno de los nuestros, Taxi Driver, Toro Salvaje o El Padrino 2 se mostró entusiasmado con las propuestas culinarias que prepararon los cinco cocineros. Los platos salían vacíos del comedor. A la cita solo faltó José Andrés, aunque no sus platos. El cocinero asturiano afincado en EEUU, capaz de dejarlo todo por acudir en ayuda humanitaria donde sea requerido, está desde el lunes con su ONG, World Central Kitchen, en la frontera de Polonia y Ucrania, sirviendo comida a los refugiados. Pero para la comida de De Niro estaban sus platos, los que iba a preparar en Madrid, de los que se encargó su mano derecha, Carles Tejedor.
En total 16 pases que iban acompañados de grandes vinos.
Durante más de tres horas disfrutó de ese menú único en la suite real del Mandarin Oriental Ritz, Madrid, junto a su actual pareja, Tiffany Chen. Cortó jamón, pidió mojar pan en el plato de kokotxas que preparó Martín Berasategui y se comió con ganas las angulas de Ribadesella que José Andrés había conseguido gracias a La Huertona. Iba predispuesto a pasarlo bien. Nada más entrar en el salón, antes de sentarse, comentó en broma: “Pónganme todo lo que sobre para llevar”.
Durante la comida, se levantó varias veces a fotografiar el emplatado de los chefs. Se mostró cercano, interesado por los productos y sorprendido por las presentaciones, los sabores y las texturas de muchos de los platos.
Los vinos del “menú impagable”
Marcas como Vega Sicilia, López de Heredia Viña Tondonia, González Byass y Dom Pérignon han estado presentes con sus vinos en este menú. A continuación y por orden de servicio los detalles de estos productos.
Dom Pérignon Plenitud 2, 2003
Elaborado con pinot noir, chardonnay y pinot meunier con A.O.C Champagne. Desde la firma francesa señalan que 2003 siempre será el año que marcó la memoria de Champagne, un verano abrasador obligó a realizar la cosecha más temprana desde 1822, lo que llevó a Dom Pérignon a interpretar este año único con un enfoque inspirado en la intuición y en las decisiones con visión de futuro.
Dom Pérignon Vintage 2003 Plénitude 2 ofrece una relectura de la historia y una segunda vida del Vintage 2003, revelando una insolente frescura
En nariz desde Dom Pérignon mencionan que de la suavidad floral del limonero emerge la mineralidad gris, tostada y cenicienta tan típica de Dom Pérignon. Aparece un sabor a fruta seca —albaricoque— y, más adelante, el carácter afrutado y confitado de la frambuesa y el higo.
Inesperadamente, la frescura de la hierbaluisa, la pimienta blanca y el romero se eleva por un instante, antes de sumergirse en la oscuridad de las especias y el regaliz.
En cuanto a boca lo definen como un vino físico. Llama y atrae, más táctil y vibrante que aromático. Como una ola, se construye sobre un ritmo con rupturas: primero se despliega y luego envuelve, generoso y estructurado, para después retirarse en una verticalidad profunda y oscura que se estira lentamente hacia una sensación amarga y sápida de yodo.
Viña AB Estrella de los Mares (González Byass)
Fino D.O Jerez-Xerez-Sherry. Variedad: Palomino
Vino de Jerez de “ida y vuelta” embarcado en el Buque Escuela Juan Sebastián de Elcano con el que González Byass ha recuperado la tradición de enviar vinos en «viaje redondo”. Amontillado escaso (solo 510 botellas) procedente de una sola bota de Viña AB de la bodega “La Constancia”, la número 74.
Tras dar la vuelta al mundo a bordo de Elcano, el resultado es un vino con un color ámbar intenso, redondo y complejo, con una notable influencia de su larga crianza biológica, así como con un componente salino muy acentuado debido al aporte de la brisa marina.
López de Heredia Viña Tondonia
Blanco Gran Reserva 1964
D.O.Ca Rioja. Variedades: viura y malvasía.
Variedades de uva: 85% de viura (macabeo) y 15% de malvasía.
Crianza en madera: 9 años en barrica de roble, 18 veces de trasegado a mano y clarificado con clara de huevo.
Crianza en botella: Embotellado en julio de 1973 sin filtrar.
Color: dorado.
Nariz: elegante, intenso, muy perfumado y afrutado, pero a la vez complejo y bien desarrollado. Con un bouquet procedente de aromas terciarios.
En boca suave, muy fresco, con finura, bien desarrollado y distinción final persistente. Armonioso y equilibrado.
Añada calificada como excelente, está considerado como «la mejor cosecha del siglo» en La Rioja. Se elaboraron excelentes vinos de esta añada, y aún conservan un carácter afrutado, lo que significa que las grandes añadas duran mucho tiempo, destacan desde López de Heredia.
Vega Sicilia Único 1989
Variedades: tinto fino y cabernet sauvignon. Este vino adscrito a la D.O Ribera del Duero es el patriarca y precursor de un linaje de vinos excepcionales, forjados a lo largo del tiempo, cuya perdurabilidad les distingue y otorga un carácter especial.
Es la referencia de Vega Sicilia. Un vino en el que se ensamblan a la perfección las cualidades del tempranillo y el cabernet sauvignon en distintas proporciones. Cada una de ellas aporta, en cada añada, un elemento diferenciador que le hace grande.
Con un estilo inimitable, firme y sólido ha sido capaz de conformar un gusto único y atemporal. Para Tempos vega Sicilia se trata de «un icono de prestigio mundial que con esfuerzo, constancia y discreción ha labrado la historia de un mito lleno de verdad».
Noé, Pedro Ximénez VORS de González Byass
De elaboración muy limitada, esta Solera Exclusiva de González Byass envejece una media de 30 años en botas de roble americano siguiendo el sistema tradicional de criaderas y solera.
La constancia, la paciencia y la selección son tres de los pilares que otorgan la singularidad a este Pedro Ximénez Muy Viejo V.O.R.S de color ébano intenso, con aromas a higos, café y especias y un sabor muy dulce y sedoso.
Un gran menú
Los 16 pases de la comida quedan en la minuta de un menú irrepetible. La experiencia comenzaba con una serie de aperitivos a base de producto, con jamón ibérico de bellota 5J 2018 y queso Olavidía de Quesería Quesos y Besos -mejor queso del mundo en el World Cheese Awards 2021-, que acompañaron con panes de Panem, mejor panadería de Madrid en 2019, y maridaron con un vino a la altura: Dom Pérignon Plenitud 2, 2003 de pinot noir, chardonnay y pinot meunier de la AOC Champagne.
Aparecían después los chefs con los entrantes. En concreto lo hacía Quique Dacosta con sus salazones en atmósfera salina y la rodaja de tomate seco, acompañados por un González Byass Viña AB Estrella de los Mares Palomino Fino de la DO Jerez-Xerez-Sherry, la cava de ida y vuelta que ha recorrido los mares y océanos del planeta a bordo del Buque Escuela de la Armada Española Juan Sebastián de Elcano.
En los platos principales llegaban los otros tres cocineros con algunos de sus platos más representativos: la contesa de espárragos blancos y trufa de Joan Roca, la remolacha con salsa de caviar Osciètre de Mauro Colagreco y el milhojas caramelizado de anguila ahumada, foie gras, cebolleta y manzana verde de Martín Berasategui. Esta primera entrega de los platos del menú irrepetible exigía un cambio de copas para catar uno de los vinos más singulares españoles, una cosecha mítica: López de Heredia Viña Tondonia, Blanco Gran Reserva 1964, Viura y malvasía, de la D.O.Ca Rioja.
La sinfonía en el maridaje proseguía con otro de vino emblemático, Vega-Sicilia Único 1989 de tinto fino y cabernet sauvignon, una de las mejores cosechas de la D.O Ribera del Duero. Con él maridaron las propuestas de José Andrés (Fresas con nata y erizo), Quique Dacosta (Gamba roja de Dénia hervida en agua de mar), Joan Roca (Toda la gamba. Gamba marinada en vinagre de arroz, jugo de la cabeza, patas crujientes y velouté de algas) y de nuevo José Andrés (angulas ahumadas con guisantes lágrima y chicharrón de soja).
Los tacos de merluza con kokotxas, emulsión de café y escamas de pimentón de Martín Berasategui y el arroz variedad Sénia entre cenizas de trufa negra del maestrazgo de Quique Dacosta cerraban la parte salada de la impresionante jornada gastronómica en la suite real del Ritz.
Dos postres finales para cerrar la cita: Naranjo en flor del argentino Mauro Colagreco y el Postre Láctico, dulce de leche, helado de leche de oveja, espuma de cuajada de oveja, yogur de oveja y nube de Joan Roca. El brindis final a esta colosal comida lo puso un Noé Pedro Ximénez VORS de González Byass.
“Esto no es una comida, es algo increíble que recomendaría a cualquiera que tuviera la posibilidad de vivirlo”. Así resumió Robert De Niro esta aventura gastronómica que no olvidará. Ni él ni los cocineros que participaron. «Desde ahora, Bob es uno de los nuestros», dicen desde la organización Madrid Fusión Alimentos de España.