El nuevo espacio de Marcos Granda en Marbella ofrece una experiencia gastronómica única con una amplia carta de champagnes y una cocina de mercado. Millésimé cuenta con más de 910 etiquetas de champagne, con una rotación mensual para garantizar una oferta variada y actualizada, ofreciendo la posibilidad de degustar diferentes añadas y referencias, muchas de ellas disponibles por copas.
En el mes de junio, Marcos Granda sorprendió con el cambio de ubicación su primer restaurante desde el pequeño local del casco histórico a una casona andaluza en la Milla de Oro de Marbella coincidiendo con el vigésimo aniversario de Skina. Con este cambio, Granda cumplía el sueño de crear ‘el gran restaurante’ y asumía, junto al chef Mario Cachinero y el director de sala Jesús Urda Sánchez, un proyecto con más espacio y nuevos conceptos que responden a momentos de consumo más allá del menú gastronómico. Así Millésimé, Le Petit Bar by Skina cuenta con una carta independiente en torno a producto fresco, de temporada y local, y una selección de champagnes digna de coleccionistas.
Una carta con más de 910 etiquetas de champagne
Millésimé tiene un especial vínculo con el champagne, su nombre ya es una declaración de principios, por lo que reúne añadas y referencias excepcionales, 910 etiquetas de las cuales 6 se pueden tomar por copas y que cambian cada mes. El espacio, al aire libre, en el patio central, está diseñado para 29 personas. A partir de octubre amplía su horario abriendo de martes a sábados de 13.00 a 15.30 h y de 19.30 a 22.45 h.
Millésimé, Le Petit Bar by Skina adopta una actitud más relajada y una carta perfecta para compartir. El equipo de cocina, con Mario Cachinero al frente, confía en pequeños productores locales, cuyos cultivos y métodos respetan el enfoque eco-responsable que favorece los circuitos cortos, garantizando la trazabilidad necesaria al servicio de la ética y la calidad de su cocina.
Entre su oferta gastronómica se pueden encontrar una selección de propuestas como ostras (tanto al natural como con gazpacho de pepino y parra), la ensalada de tomates andaluces o las anchoas acompañadas de brioche y mantequilla ahumada, el tartar de atún rojo y pistacho o el carpaccio de ventresca de atún rojo. En cuanto a las carnes, destacan la cecina de wagyu, la hamburguesa de wagyu y black angus, y el solomillo de ternera. El toque dulce se compone de ensalada con frutas de temporada, tarta de chocolate Guanaja y el flan de vainilla.
Sobre el vino pero ya referido al restaurante Skina dispone de una carta muy personal de más de 6.000 vinos, cada uno de ellos meticulosamente seleccionado por Marcos Granda que se declara un enamorado de Francia: «Lo admito. Vitivinícolamente hablando, Francia me tiene robado el corazón. Como sumiller, considero que las regiones de la Champaña y la Borgoña, en concreto, han producido algunas de las mejores añadas habidas y por haber».
Por eso subraya que «como apasionado del vino disfruto enormemente recorriendo los pequeños viñedos de estas míticas zonas, probando lo mejor de los pequeños productores locales y seleccionando añadas antiguas y míticas en su mejor momento de consumo que sé que se convertirán en el perfecto maridaje para nuestra carta». Por ello afirma que «la bodega Skina es hoy un homenaje a estos pequeños productores y un reflejo de mis gustos personales, el amor a la uva chardonnay de la Borgoña y a los champanes de pequeña producción».