Neiker-Tecnalia, Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario, se ha embarcado en el proyecto Fitovid para reducir el uso de fitosanitarios en viticultura. El objetivo es luchar contra el mildiu y oidio utilizando menos cantidad de plaguicidas convencionales y además se investigarán los residuos que los fitosanitarios dejan en la uva, el mosto y el vino.
Reducir el uso de productos fitosanitarios en viticultura es el objetivo de un proyecto coordinado por el Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario, Neiker-Tecnalia, y que se desarrollará en los próximos tres años. La iniciativa tiene como finalidad demostrar que es posible disminuir el número de aplicaciones de fitosanitarios en el tratamiento de las enfermedades de mildiu y oidio, dos de las principales patologías que afectan a los viñedos. Reducir el uso de estos productos resulta de gran importancia desde el punto de vista medioambiental y económico. El proyecto, denominado Fitovid, forma parte del programa Life de la Comisión Europea. Neiker actúa como socio coordinador y el resto de socios son Azti, Tecnalia Research & Innovation, la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) y la Universidad Politécnica de Cataluña.
Los investigadores de Neiker-Tecnalia se proponen demostrar, entre otras variables, que los fitosanitarios utilizados habitualmente por los agricultores pueden ser igualmente efectivos aplicando menor cantidad de los mismos. Para ello, es necesario ensayar y evaluar nuevas estrategias de manejo, control y lucha contra los microorganismos causantes del mildiu y oidio. Los técnicos quieren demostrar que es posible atajar estas patologías aplicando únicamente la cantidad óptima de fitosanitarios, que variará según la zona geográfica en la que se encuentre el viñedo dentro del País Vasco. En concreto, la investigación se llevará a cabo en las zonas agroclimáticas de Rioja Alavesa y Txakoli.
Los técnicos quieren demostrar que es posible atajar estas patologías aplicando únicamente la cantidad óptima de fitosanitarios.
Uno de los problemas que presentan los plaguicidas convencionales son los residuos que dejan en la uva y, por tanto, en el mosto y el vino. Los expertos medirán los residuos aportados por las materias activas de los fitosanitarios, cómo varía su presencia tanto en el medio ambiente como en diferentes partes del producto obtenido según las diferentes estrategias utilizadas para tratar el mildiu y oidio, y cómo pueden afectar a la salud humana. Igualmente, se evaluará el empleo de fitosanitarios denominados de ‘residuo cero’ como alternativa a los productos habituales.
Un aspecto vital es la detección temprana del hongo
Las estrategias de control de las dos enfermedades se establecerán basándose en herramientas tecnológicas para la detección temprana y localizada del hongo. Las nuevas tecnologías permiten percibir la presencia de la enfermedad antes incluso de la aparición de síntomas visibles. Esta detección rápida permite elegir de forma más precisa los momentos más adecuados para aplicar los fitosanitarios.
Todos los resultados de la investigación serán presentados a los productores de uva en distintos ensayos experimentales y demostrativos. El proyecto se ha planteado teniendo en cuenta la Directiva de Uso Sostenible de Plaguicidas, 2009/128/CE, que establece un marco para conseguir una utilización sostenible de los productos empleados para combatir plagas. La Directiva y el propio proyecto Life Fitovid buscan la reducción de los riesgos y efectos del uso de plaguicidas en la salud humana y el medio ambiente. Otros objetivos son el fomento de la gestión integrada de plagas y de alternativas a los plaguicidas químicos convencionales.