AVA-ASAJA denuncia que cerca del 90% de la cosecha de la variedad bobal puede verse gravemente afectada en la comarca de Utiel-Requena a raíz de la aparición de un virulento brote de marchitez fisiológica y que a este problema se une la incidencia de la sequía y el pedrisco.
AVA-ASAJA alerta de los graves daños que está sufriendo la variedad de uva bobal en Utiel-Requena por un brote de marchitez fisiológica. Menciona que «la aparición de un virulento brote de marchitez aboca a la cosecha de uva de Utiel-Requena a un desastre histórico«. Se trata de un fenómeno que sólo afecta a la mencionada variedad y cuya causa atribuyen el descenso de las temperaturas durante la noche. En un comunicado la organización indica que a lo largo de las últimas semanas los termómetros se situaron en torno a los cinco grados durante la madrugada y coincidiendo con el momento en que los brotes son todavía muy tiernos y, al paralizar el frío el flujo de la savia, los racimos incipientes se secan y se echan a perder sin remedio.
Califican el alcance de los perjuicios que está ocasionando la marchitez fisiológica como «demoledor». Los partes de seguro que cursan los agricultores dando cuenta de esta incidencia se acumulan día tras día y las previsiones más pesimistas hablan ya de que en torno al 90% de la cosecha de uva bobal de Utiel-Requena puede encontrarse seriamente dañada por este fenómeno devastador. Si la evolución del cultivo en las próximas fechas corrobora esta tendencia, «las consecuencias serían catastróficas para la economía de la comarca, puesto que la referida variedad es abrumadoramente mayoritaria en Utiel-Requena, hasta el punto de que alrededor del 80% de su superficie vinícola está plantada con bobal«.
Cristóbal Aguado, el presidente de AVA-ASAJA, expone que «lo que está claro es que nos encontramos frente una situación límite ante la que las administraciones no pueden permanecer de brazos cruzados por más tiempo”.
Cristóbal Aguado, el presidente de AVA-ASAJA, explica que “la preocupación entre los productores es enorme y, desde luego, está plenamente justificada. A principios de la década de los ochenta y en los años noventa ya se vivieron dos episodios muy virulentos de marchitez fisiológica y los efectos sobre la comarca fueron muy duros”. Pero es que, además, apunta el máximo responsable de la organización agraria “a la aparición de este nuevo y grave problema que acaba de surgir ahora hemos de sumar la incidencia que desde hace ya meses está teniendo la sequía sobre los viñedos u otros cultivos como los frutos secos, ni podemos olvidar tampoco los últimos y recientes casos de pedrisco que han causado daños de consideración en distintas partidas de la comarca. En definitiva, que mucho nos tenemos que, entre unas cosas y otras y si no llueve pronto, el sector vinícola de Utiel-Requena pueda verse abocado este año a un desastre de proporciones históricas”.
Ante esta tesitura tan adversa, AVA-ASAJA considera prioritario que las administraciones tomen cartas en el asunto de manera urgente. Aguado indica que “es preciso, es indispensable que se establezcan líneas especiales de créditos o de ayudas, que se agilice el pago de las subvenciones pendientes y la aprobación de las resoluciones. Lo que está claro es que nos encontramos frente una situación límite ante la que las administraciones no pueden permanecer de brazos cruzados por más tiempo”.