El Programa de Apoyo al Sector Vitivinícola Español (PASVE) deja sin ejecutar 30 millones de euros en 2023, de modo que se infrautilizan recursos para esta actividad. La medida menos utilizada del PASVE ha sido la de reestructuración y reconversión, atribuida a la sequía y la falta de perspectivas en los mercados de uva y vino, lo que ha llevado a aplazar decisiones productivas.
El Programa de Apoyo al Sector Vitivinícola Español (PASVE y futura Intervención Sectorial Vitivinícola) ha dejado sin ejecutar 30 millones de euros en 2023, intensificando la crisis para los productores y resaltando la subutilización de recursos en el sector. Durante el pasado ejercicio, ya se desaprovecharon 15 millones de euros, según alerta Unión de Uniones.
El FEGA ha publicado las cifras de distribución de los pagos del Programa de Apoyo al Sector Vitivinícola Español en 2023, ascendiendo a 171,7 millones de euros, 30,4 millones por debajo de la asignación presupuestaria de 202,1 millones de euros. La asignación de fondos se ha distribuido en diferentes áreas, siendo Inversiones (27,08 %), Reestructuración y Reconversión (26,10 %), Promoción (21,75 %), Destilación de Subproductos (17,77 %), Cosecha Verde (6,90 %) y Destilación Crisis (0,41 %).
Unión de Uniones critica que, en un contexto de crisis profunda y prolongada, “el sector haya dejado de utilizar recursos comunitarios por valor de más de 45 millones de euros en los últimos dos ejercicios por la dejadez y rigidez de los mecanismos establecidos, por la indolencia de las administraciones públicas que veían venir esta situación y por la connivencia de agentes del sector que llegaron a desmotivar la aplicación de medidas de crisis como la vendimia en verde”. Asimismo, la organización piensa que “hay que hacer una reflexión profunda del porqué de esta situación y que se atiendan las demandas urgentes de este sector básico para la economía y el tejido social de muchas de nuestras regiones”.
Desde la organización también señalan que “en un escenario de producción escasa y existencias controladas, con bajos precios de uva y vino en origen, una intensa sequía y nubarrones en la demanda con un consumo nacional de vino registrando caídas cercanas al 5 % y una reducción en valor y volumen de las exportaciones como firme tendencia, que se hayan desaprovechado recursos por más de 45 millones de euros en estos dos últimos ejercicios cuando llevamos clamando por ayudas directas al sector por la sequía desde hace meses, dice muy poco de nuestros responsables políticos y administrativos, de su tino y pericia a la hora de dotar a este sector de algo más que un mero discurso enfundado en sucesivos y sugerentes planes estratégicos”.
La medida menos utilizada del PASVE ha sido la de reestructuración y reconversión, atribuida a la sequía y la falta de perspectivas en los mercados de uva y vino, lo que ha llevado a aplazar decisiones productivas. Esta medida debe recuperar intervenciones para el mantenimiento de viñedos viejos, una demanda extendida en diversas zonas productivas que debería ser considerada en su implementación o incorporada al menú de intervenciones existentes mediante modificaciones en el PEPAC.
Respecto a la vendimia en verde, es esencial que las administraciones públicas, especialmente las autonómicas, corrijan los datos estadísticos desfasados y sesgados a la baja, que han afectado negativamente a su aceptación. En este contexto, Unión de Uniones declara que “algún que otro agente en el sector deberá reflexionar sobre los mensajes que fueron enviados a viticultores desmotivando e incluso penalizando la concurrencia a esta intervención que, junto con la reestructuración, beneficiaría, bien gestionada, al sector productor”.
Y finalizan añadiendo que “ante esta situación es preciso abrir un debate que adapte el PASVE a las necesidades reales del sector, planteándose, incluso, ayudas para el abandono del cultivo por parte de viticultores que se jubilan en zonas con muy bajos rendimientos y sin relevo generacional alguno”.
Cabe recordar que para el periodo que abarca los ejercicios financieros 2024 a 2027, las ayudas al sector vitivinícola se articularán a través de la Intervención Sectorial Vitivinícola (ISV), que sustituye al actual Programa de Apoyo al Sector vitivinícola Español (PASVE 2019-2023).