Esta investigación que promueve Pradorey junto al centro tecnológico Ainia cuenta con la colaboración de la Universidad de Salamanca, profundiza sobre los polifenoles del vino.
Pradorey, bodega en la región de Ribera del Duero, ha llevado a cabo un estudio de vanguardia enfocado en los polifenoles del vino y su impacto en la salud.
Antes de embarcarse en esta investigación, la bodega se interesó en el trabajo del experto Roger Corder, autor de «The Wine Diet» y miembro de la Universidad Queen Mary de Londres. Corder, famoso por su estudio sobre la «paradoja francesa», exploró por qué la población francesa muestra una baja mortalidad por enfermedades cardiovasculares a pesar de una dieta rica en grasas saturadas. En su análisis, Corder clasificó los vinos en una escala del 0 al 5 según su contenido de compuestos fenólicos, otorgando un 5 a los más destacados. Sorprendentemente, solo el 1,5% de los vinos estudiados de diversas regiones del mundo alcanzaron esta puntuación máxima, y los vinos de la bodega Pradorey superaron este estándar.
En el siguiente paso de la investigación, se buscó la colaboración de expertos para validar el efecto cardioprotector de los polifenoles del vino. Pradorey se asoció con AINIA centro tecnológico, que cuenta con 35 años de experiencia en I+D+i, la Universidad de Salamanca y el propio Roger Corder. Juntos, analizaron la composición fenólica de los vinos Pradorey durante las cosechas objeto del estudio.
La composición fenólica de los vinos
Esta investigación, llevada a cabo entre 2020 y 2023 con una inversión de más de medio millón de euros financiada por el CDTI, ha validado el potencial efecto cardiovascular de los polifenoles, que se encuentran en alta concentración en los vinos cultivados en la histórica finca de Pradorey, según los estudios realizados por la Universidad de Salamanca. Los investigadores utilizaron modelos celulares que simulan los órganos responsables de factores de riesgo en enfermedades cardiovasculares, actuando sobre células del sistema vascular, el hígado y el tejido adiposo.
El estudio, titulado «Nuevas técnicas de cultivo y prácticas enológicas para la elaboración de vinos con alta concentración de compuestos fenólicos con potencial beneficio para la salud cardiovascular», analizó en detalle el efecto de diversas técnicas de cultivo y enológicas en la composición fenólica de los vinos. Esto permitió identificar las prácticas que mantienen de manera óptima el contenido fenólico, según la catedrática de Nutrición y Bromatología de la Universidad de Salamanca, Teresa Escribano. Además, se simularon procesos de digestión para evaluar cómo los compuestos fenólicos afectan a indicadores de la presión arterial, obesidad, diabetes y colesterol. AINIA desarrolló estas investigaciones utilizando tecnologías innovadoras, incluyendo un Digestor Dinámico de Fermentación colónica y cultivos celulares.
La biodisponibilidad de los polifenoles es limitada en el organismo humano porque se absorben en muy pequeña cantidad en el intestino delgado y la gran mayoría se acumulan en el colon donde son metabolizados por la microbiota intestinal. Como explica Blanca Viadel, responsable de Estudios de digestión in vitro en el Dpto. de Biotecnología de AINIA, “los polifenoles más abundantes no siempre son los más activos en el organismo, ya sea porque tienen una menor actividad, su absorción en el intestino es baja, son altamente metabolizados o se excretan rápidamente”. Para que estos compuestos bioactivos puedan ejercer un efecto biológico beneficioso en el organismo es necesario que resistan el paso por el tracto intestinal (boca, estómago e intestino delgado). Por ello, añade Viadel, “es esencial conocer la absorción y el metabolismo de estos polifenoles en el organismo humano y estudiar las bases científicas que sustentan los mecanismos implicados en su beneficio para la salud, así como en la prevención de enfermedades”.
La investigación reveló que el vino con alta concentración de polifenoles estimula el crecimiento de bacterias ácido-lácticas en el intestino, junto con el aumento de ácidos grasos de cadena corta. Estos ácidos son conocidos por reducir el riesgo de enfermedades como la diabetes, la obesidad y las enfermedades inflamatorias y cardíacas, además de mejorar el sistema inmunológico. Además, se observó que el consumo siempre moderado de estos vinos mejora los biomarcadores asociados a los niveles de colesterol y a la resistencia a la insulina, factores de riesgo en enfermedades cardiovasculares.
Fernando Rodríguez de Rivera, director general de Pradorey, valora la importancia del estudio y de sus conclusiones: “Desde hace unos años venimos observando una creciente preocupación en los consumidores por su salud, la cual está modificando ciertos hábitos de compra. En Pradorey no sólo compartimos esa inquietud, sino que, basándonos en un profundo conocimiento de nuestro terruño, llevamos tiempo buscando cómo hacer vinos mejores, más saludables sin perder la esencia de lo que es la Ribera del Duero ni las señas de identidad de Pradorey”.
Por su parte, Pilar Moretón, responsable del departamento de I+D+i de la bodega, explica que “estos vinos tienen una concentración de compuestos fenólicos que tras la digestión modulan positivamente algunos de los biomarcadores asociados a factores de riesgo cardiovascular”. Y añade que, “curiosamente, los vinos con mayores concentraciones de compuestos fenólicos suelen gozar de mejores reconocimientos por parte de los prescriptores”.
Pradorey, una bodega con una variedad de 17 referencias, ha destacado como la primera en Europa en utilizar corchos ecológicos en sus añadas, demostrando su compromiso con la sostenibilidad. Con su extensa finca de 537 hectáreas, de las cuales 45 son ecológicas, Pradorey se posiciona como una figura destacada en la región de Ribera del Duero y continúa marcando pautas en la industria del vino.