El evento «Reduciendo el uso y el impacto de los pesticidas en el viñedo y el olivar mediterráneos» destacó los avances del proyecto Novaterra. Varios expertos del sector presentaron innovaciones, desde la reducción de fertilización con nitrógeno hasta la caracterización precisa del viñedo. Otro de los temas tratados fue la percepción del consumidor, donde se constata una valoración positiva hacia los vinos con menor uso de pesticidas.
El evento «Reduciendo el uso y el impacto de los pesticidas en el viñedo y el olivar mediterráneos» congregó a más de 40 asistentes entre su modalidad presencial y online. En este encuentro, se destacaron los avances realizados por los socios españoles en el marco del proyecto Novaterra, con especial atención a la reducción de pesticidas en el viñedo.
La inauguración estuvo a cargo de Nuria Rodríguez, directora de innovación y programas europeos de FEUGA, resaltando la apuesta del sector vitivinícola por la I+D+i y la relevancia de iniciativas estratégicas como Novaterra.
Felicidad de Herralde, investigadora del IRTA y coordinadora de Novaterra, introdujo el proyecto, que desde finales de 2020 trabaja en la reducción del uso e impacto negativo de pesticidas en viñedos y olivares mediterráneos, mediante investigación e innovación tecnológica.
Fertilización con menos nitrógeno
Desde la Universidad de Burgos, Andrea Martín presentó ensayos en la DO Ribera de Duero para optimizar la fertilización con menos nitrógeno, utilizando cubiertas vegetales y márgenes florales para mejorar el control biológico de las principales plagas que afectan a la vid y al olivo y la búsqueda de la mejor combinación de ambos manejos (fertilización más cubierta).
La tecnología OptinyteTM de Corteva se emplea para estabilizar la pérdida de nitrógeno, por lo que se fomenta la reducción de fertilización nitrogenada. Precisamente Costeva también es socio del proyecto Novaterra.
Emilio Rodríguez Canas, director enológico de Bodegas Terras Gauda, compartió ensayos con productos de biocontrol para combatir enfermedades, especialmente el mildiu, destacando el uso de cubiertas vegetales y florales en Rías Baixas. Además, comentó las pruebas para comparar el uso de cubiertas vegetales y florales con el fin de mejorar el control de plagas en el viñedo. Como resultado más relevante hasta la fecha, aunque aún muy preliminar, Emilio Canas explicó que “hemos visto que es posible reducir la fertilización con nitrógeno hasta en un 30% sin que afecte negativamente a la cantidad y calidad de la cosecha cuando el nitrógeno se estabiliza con Optinyte”.
El aspecto clave para la aplicación de fitosanitarios
Desde la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC), Francisco García habló sobre la importancia de la caracterización del viñedo, utilizando la tecnología Dosaviña para determinar el volumen óptimo de aplicación de tratamientos fitosanitarios en viñas.
Con este avance Novaterra ha conseguido dar un paso más y automatizar el proceso de medición de la vegetación, que hasta ahora se hacía de manera manual. Esto supone un gran avance para el viticultor ya que es una tarea tediosa y que requiere de mucho tiempo.
“Conseguimos mapas de vegetación mucho más precisos, gracias a la combinación de las imágenes del satélite y la información fotográfica que obtenemos por medio de la instalación de una cámara el tractor y que proporciona datos de la altura y anchura del viñedo”, según declaró Francisco García.
En el marco de Novaterra, la UPC también continúa avanzando en la implantación de un sistema de aplicación variable en viticultura de montaña que está desarrollando con la colaboración de la bodega portuguesa Sogrape Vinhos.
La opinión del consumidor: ¿valora la reducción de pesticidas?
En el marco del proyecto Novaterra, Zein Kallas, director científico del CREDA-UPC-IRTA, resaltó la importancia de trasladar estas innovaciones al consumidor. Una encuesta a más de 5.000 consumidores en Francia, Grecia, Italia, Portugal y España reveló que la reducción de pesticidas es valorada.
Entre los principales resultados obtenidos, el público general percibe que el uso de fitosanitarios es demasiado alto. La mayoría de los encuestados consume vinos convencionales (frente a vinos ecológicos, biodinámicos y otras categorías) y perciben el precio, el gusto y el conocimiento previo como los atributos más relevantes en la decisión de compra.
De especial interés es la predisposición del consumidor a pagar más por un motivo claro: en España, por cada 1% de reducción sin certificación, el consumidor estaría dispuesto a pagar un 0,70% más, sobre el precio de mercado de un vino concreto. Y esta cifra aumenta a un 1,35% más si la reducción está certificada por la Comisión Europea u otros organismos.
Así la encuesta realizada en el marco de Novaterra pone de manifiesto que los resultados varían en función del país y el tipo de certificación, aunque sí existe un mercado potencial para el vino convencional diferenciado en términos de uso de pesticidas en viñedo.
Novaterra un proyecto con recorrido hasta el fin de 2024
A finales del año 2020 arrancaba este proyecto liderado por el Institut de Recerca i Tecnologia Agroalimentàries (IRTA) que trabajará hasta terminar 2024 de la mano de otras 22 entidades procedentes de 6 países europeos: España, Portugal, Francia, Italia, Grecia y Bélgica.
Novaterra cuenta con un presupuesto de más de 5,5 millones de euros y ha recibido una ayuda de más de 4,8 millones de euros por parte de la Comisión Europea, a través del programa Horizon 2020.